En un acto que calificaron como el “inicio de una nueva era”, el PAN anunció que el próximo 18 de octubre a las 10:30 horas realizarán una marcha que irá del Monumento a la Revolución al Ángel de la Independencia con la que pretenden “relanzar” la imagen del instituto político.
En la convocatoria señalan que desde el partido han trabajado, reflexionado y analizado la mejor forma de reafirmar su identidad, renovar su visión y reconectarse con la ciudadanía.
Oposición de cepa
Acción Nacional es el partido más antiguo de México. La mayor parte de su historia ha sido desde la oposición, sin embargo, ante la terrible situación que enfrenta el país —el regreso del partido ya no hegemónico, sino único y el avasallamiento a la oposición— el partido busca su reacomodo en el escenario político.
Un sitio que abandonaron en las últimas tres dirigencias, cuando más que oposición, se comportaron como el “tonto útil” que mencionaba Lenin para describir a los no comunistas considerados susceptibles a la propaganda y la manipulación psicológica, una descripción que viene muy bien al panismo actuando a favor del bloque de Morena.
Antes de pensar que este relanzamiento nace de buenas intenciones, habría que recordar que después de ser una oposición firme, congruente, con principios y valores, pasaron a ser irrelevantes.
Hubo momentos en que el panismo se distinguía por sus posicionamientos, propuestas e iniciativas, hoy, si es que lo hacen, copian el estilo del gobierno con propuestas simplonas y populistas; pero lo más grave, abandonaron a su militancia, ya no “hacen calle” ni construyen lo más cercano a los ciudadanos, los comités municipales. Se han borrado del mapa y en las elecciones, aparecen en alianzas que nadie cree.
Tiempo de corregir
Después de años traicionando su historia, el PAN parece más una suma de conveniencias o de vendettas políticas para beneficiar a la cúpula.
Pero, quiero imaginar con optimismo que este relanzamiento puede servir para corregir vicios, combatir la corrupción interna de muchos “distinguidos” personajes e invitar a la unión y al renacimiento de una verdadera y fortalecida militancia.
Me imagino entonces que, en primera fila estarán los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón; que acudirán incluso aquellos gobernadores que han sido críticos y no son afines; que estará una luchadora incansable con principios y valores como Adriana Dávila y todos los que dentro del partido han tenido el valor de alzar la voz y enfrentarse a los tontos útiles.
En un acto de cordura y responsabilidad, me imagino que renunciarán quienes hoy integran el Comité Ejecutivo Nacional, señalados una y otra vez por distintos actos de corrupción.
Lo más valioso del PAN
Hay militancia, gobiernos y liderazgos que valdría la pena rescatar. Pero, si este relanzamiento es sólo un cambio de logo o un intento de la misma élite que ha puesto al partido con la rodilla al suelo, para reposicionar la marca abrazándose entre ellos y apostando a la mercadotecnia cursi y cara de sus amigos publicistas, entonces mejor que se lo ahorren.
Seguirán desperdiciando el presupuesto en propaganda vacía cuando lo que necesitan es regresar a hacer calle, construir partido y sostener los ideales que alguna vez hicieron del PAN una oposición respetable, que coadyuvó en la lucha por establecer la democracia que les permitió llegar al poder.
Y aquí una pausa, porque, más allá del PAN, lo que está en juego, es la salud democrática del país: una oposición fuerte no es un lujo, es un contrapeso necesario. Es vigilar, denunciar y proponer, es ser quien impide que el poder se vuelva impune.
Cuando la oposición se diluye, el autoritarismo se fortalece. Cuando calla, el abuso se normaliza. Cuando se acomoda, la ciudadanía queda huérfana de representación.
Rescatar la dignidad
No hace falta coincidir con la ideología del PAN para reconocer el valor que les daba la congruencia, la iniciativa, la militancia y el liderazgo. Pero hasta hoy, lamentablemente, todo indica que volverán a tropezar con la misma piedra y que, una vez más, traicionarán su propia historia.
Por eso, si hay panistas que aún creen en el partido, que recuerdan lo que significa ser oposición y mantienen su dignidad intacta, es el momento de alzar la voz. De exigir rendición de cuentas y de recuperar el partido desde abajo, desde la calle, desde la militancia.
Y para quienes no militan, pero sí votan, opinan y se indignan, es también su momento. Porque la democracia no se defiende sola. Se defiende con crítica, con memoria, con exigencia y cuando toca, con ruptura.
Si el PAN quiere relanzarse, que lo haga con verdad, limpieza y de cara a la gente. Que abra espacio a su militancia, que no desechen a personajes como Fox y Calderón por ser muy críticos a la 4T y al régimen de Morena. Si no están dispuestos, no lo llamen relanzamiento, porque no se relanza lo que nunca se quiso cambiar.
Que la marcha no sirva para que Morena diga que el PAN es nada. ¿Será tan servil la dirigencia para pasar como el tonto útil, nuevamente?
X: @diaz_manuel