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El presidente Andrés Manuel López Obrador informó en su conferencia mañanera de este jueves 29 de junio la apertura de las válvulas para comenzar a cargar con petróleo crudo a la refinería Olmeca de Dos Bocas y se estima que en unos días se empezarán a producir 80 mil barriles de productos refinados, y que a principios del 2024 la planta petroquímica instalada en Paraíso, Tabasco estará produciendo 340 mil barriles diarios de combustibles. Esto parece molestar a la oposición.

La construcción del complejo petrolero ha significado la llegada de miles de trabajadores a esa localidad, lo que ha encarecido los precios de los servicios y ha hecho evidente la falta de infraestructura para la atención de necesidades básicas, pero lo que llama la atención es que en el poblado si haya un casino a todo lujo y no existan otro tipo de diversiones que fomenten el deporte y la cultura para la gente local y de las personas que han emigrado a ese lugar.

El hecho de que exista un centro de juegos cercano a la planta refinadora sin que hayan otras diversiones, hace que se corra con el riesgo de que los hombres y mujeres que viven en esa zona del país caigan en la ludopatía, o sean víctimas de otros problemas sociales que impacten negativamente en la economía y en la salud mental de la población.

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El anuncio hecho por el jefe del ejecutivo podría significar que el próximo año se pueda estar alcanzando la autosuficiencia en combustibles y que esa región del sureste mexicano que tanto tiempo estuvo abandonada por los gobiernos neoliberales, lo que ocasionó un pobre desarrollo económico a esa zona del sureste mexicano, tenga ahora los incentivos necesarios para un crecimiento sostenido y se frene la desigualdad que existe en la actualidad con respecto a otras partes del país.

El pasado mes de octubre, el jefe del ejecutivo federal informó que la inversión pública para levantar la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, asciende a los 233 mil millones de pesos, es decir alrededor de 11 mil 650 millones de dólares.

A lo largo del proceso de construcción de la refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex) esta ha enfrentado diversos sobrecostos por la inflación que se sufrió en gran parte del planeta, por lo que ha quedado atrás la promesa de que el precio iba rondar los 160 mil millones de pesos, es decir unos 8 mil millones de dólares.

De acuerdo con el jefe del ejecutivo federal, el costo total de la refinería oscilará, como máximo, los 16 mil millones de dólares, pero afirmó que no se contempla el rebase de los 20 mil millones de dólares.

La edificación de la refinería Olmeca”, ha generado críticas de parte de la oposición al gobierno de la Cuarta Transformación, organizaciones empresariales, líderes de opinión y conductores de televisión, que de repente se vuelven expertos en temas de procesos de refinación de petróleo y hacen análisis financieros y técnicos donde pronostican un fracaso al proyecto energético, pero estas supuestas investigaciones más parecen deseos de que le vaya mal a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador que un estudio serio del tema.

Los que refutan la política energética del actual gobierno federal y que hacen todo tipo de observaciones y predicciones terroríficas del futuro energético del país, fueron siempre incapaces de hacer críticas a las erráticas estrategias que llevaron los últimos cinco presidentes en materia de producción de gasolinas y diésel y ni siquiera hicieron un análisis del fiasco que fue el proyecto para construir una planta de refinación en Tula, Hidalgo, que se quedó en solo una barda en el sexenio del ex presidente Felipe Calderón.

El decir que una refinería ya no es negocio es una aseveración errónea ya que la crisis energética derivada de la suma de las consecuencias de la pandemia del covid-19, el riesgo del gas y la guerra de Ucrania dejó en todo el mundo una incógnita en materia climática que solo el tiempo aclarará, y lo más seguro es que se refuerce en el mediano plazo la industria fósil, especialmente impulsando al gas natural y gasolinas.

Elon Musk, CEO de Tesla, ha dedicado básicamente su existencia a competir con los automóviles, el petróleo y el carbón, alcanzó brevemente una capitalización de mercado de un billón de dólares y entregó casi un millón de vehículos eléctricos el año pasado, ahora está públicamente a favor de aumentar la producción de petróleo y gas.

Musk tuiteó hace unos meses:

“Odio decirlo, pero necesitamos aumentar la producción de petróleo y gas de inmediato”.

Elon Musk

“Obviamente, esto afectaría negativamente a Tesla, pero las soluciones de energía sostenible simplemente no pueden reaccionar instantáneamente para compensar las exportaciones rusas de petróleo y gas”, agregó en un tuit de seguimiento nueve minutos después.

En 2017, que fue el penúltimo año del gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto, se aumentaron los precios de las gasolinas, diésel y gas LP, así como de otros productos refinados del petróleo, lo cual causó un deterioró en la economía de un gran número de familias mexicanas y también provocó un malestar social en medio de un periodo electoral.

El incremento de los precios de los combustibles petrolíferos fueron liberados hace cinco años a las fuerzas del mercado, y se debió a varios factores entre los que se encontraban, el alza del precio internacional del petróleo, que es el principal insumo para la elaboración de estos productos refinados, los altos impuestos en ese año al consumo de los energéticos, el robo de gasolina en los ductos y sobre todo la baja producción de las refinerías de Pemex, que provocó que hubiera poca oferta local y que se tuvieran que importar los productos para satisfacer la demanda nacional. Esto se agravó, con la depreciación del peso frente al dólar en 2017 que encareció más la adquisición de estos hidrocarburos en el exterior.

Según el reporte de Petróleos Mexicanos, en 2017 el 71.58% del volumen de gasolina utilizada por los mexicanos, fue importada con un total de 570.6 miles de barriles diarios adquiridos en el exterior, especialmente de Estados Unidos.

En cuanto al diésel, un 74.77% de dicho hidrocarburo consumido en México, se trajo de otro país, mientras que aproximadamente el 50 por ciento del gas licuado de petróleo que se comercializó en México se trajo del extranjero. Solamente el año antepasado, cuando se abrieron las importaciones, Pemex importó, 50.6 mil barriles diarios, de los 134 mil que llegaron del exterior, según información de la Secretaría de Energía (Sener).

La construcción de la refinería de Dos Bocas es un gran acierto ya que la dependencia energética de México sobre todo en lo que se refiere a los combustibles es muy grande y esta obra junto con la adquisición del complejo petrolero de Deer Park y la reconfiguración de las 6 plantas de refinación podrían darle al país la tan anhelada autosuficiencia.

Sin embargo, hay una falta de planeación urbana y de infraestructura en Paraíso Tabasco que podría significar un deterioro de las condiciones de vida de esa población, además de que existe un casino que está afectando la economía y la salud mental de una parte de la población, que gasta una parte muy alta de sus ingresos en ese centro de apuestas.