La Global Sumud Flotilla es una iniciativa marítima internacional, liderada por organizaciones no gubernamentales, cuyo objetivo es romper el bloqueo israelí de la Franja de Gaza. Una sociedad civil no violenta y desarmada integrada por personas de alrededor de 50 países, que transporta en decenas de embarcaciones alimentos y medicamentos para la población civil en Gaza; la que queda, porque la mayoría ha sido exterminada.

Integrantes de la Flotilla, que solo buscaban llevar ayuda humanitaria, fueron secuestrados en aguas internacionales por el régimen israelí. Entre ellos se encuentran seis mexicanos: Arlín Medrano, periodista; Carlos Pérez Osorio, director, productor y fotógrafo; Dolores Pérez-Lazcarro, politóloga de la Universidad de Guadalajara; Karen Castillo, defensora de derechos humanos; Sol González Eguía, psicóloga social y Ernesto Ledesma, periodista y director de Rompeviento TV.

El gobierno mexicano informó que los connacionales fueron trasladados al puerto de Ashdod y, posteriormente, al centro de detención de Ketziot, en Israel. Sin embargo, hasta el momento se desconoce si efectivamente se encuentran en ese lugar.

Fueron secuestrados, están incomunicados y se desconoce su paradero.

Y ante la gravedad del hecho, la Secretaría de Relaciones Exteriores envió a Israel un comunicado endeble: peticiones hechas “con pinzas”, carentes de energía frente a un Estado genocida que mantiene a nuestros connacionales a su merced en sus sangrientas manos.

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La prudencia, la diplomacia, la pasividad no son viables. Es imperativo que este acto conlleve consecuencias severas. Tiene que realizarse una protesta diplomática, de gobierno a gobierno, en la que se condene enérgicamente el secuestro —no la detención, sino el secuestro— de ciudadanos mexicanos en aguas internacionales por fuerzas israelíes, únicamente por haber intentado llevar ayuda humanitaria y romper el cerco en la Franja de Gaza.

Ernesto Ledesma, periodista y director de Rompeviento TV, quien viajaba a bordo de una de las embarcaciones, relató que cuando se acercaban los soldados israelíes, les ordenaron arrojar sus celulares y computadoras al mar. Los querían incomunicados. ¿Para hacer con ellos qué?

¿Dónde está la soberanía? ¿No somos capaces de levantar una protesta firme y enérgica contra el gobierno de Israel, porque cuenta con el respaldo absoluto de Estados Unidos? ¿Estamos otra vez hincados ante ese país?

La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que se han enviado cuatro notas diplomáticas al gobierno israelí y se han sostenido entrevistas con funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, a fin de garantizar la integridad física y el respeto a los derechos de los mexicanos y su inmediata repatriación.

¿Cómo pedirle a un genocida que brinde garantías a seis mexicanos, cuando ha asesinado a más de 66 000 personas, dejado decenas de miles de heridos y provocado el desplazamiento de millones? ¿Cómo confiar en quien ha hecho que al menos una cuarta parte de los heridos en Gaza sufran lesiones que les cambiarán la vida para siempre? ¿Mandar simples notas diplomáticas a los responsables de que miles de niños hayan perdido extremidades en bombardeos y hayan sido sometidos a operaciones quirúrgicas sin anestesia?

Aunado a eso, el comunicado expedido por Relaciones Exteriores es en extremo blando: “Sobre la situación actual de la Flotilla Global Sumund en la que participan personas mexicanas, la Secretaría de Relaciones Exteriores informa que la embajada de México en Israel ya solicitó el acceso consular a las autoridades de ese país y pidió garantizar que sus derechos e integridad sean respetados en todo momento, de conformidad con el derecho internacional aplicable”. Entre líneas se lee el miedo de enfurecer a Donald Trump.

Protestas en todo el mundo, señalamientos firmes y posicionamientos contundentes, como el del presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien expulsó a toda la delegación diplomática de Israel al enterarse de la detención de dos mujeres colombianas. Esas son las expresiones y determinaciones que reflejan la indignación por lo que está ocurriendo y que han despertado eco en muchos lugares del mundo tras lo sucedido con esta flotilla.

Nuestros compatriotas permanecen en calidad de desaparecidos en manos de un Estado genocida. Sin embargo, la reacción de la Cancillería y del gobierno mexicano parece dictada por el temor a incomodar a Israel y a Estados Unidos: mantiene una postura frágil, sumisa, sin un pronunciamiento enérgico frente a la gravedad de lo que está ocurriendo.

La Global Sumud fue interceptada y sus integrantes secuestrados.

Sumud en árabe significa “perseverancia”, “firmeza” o “resistencia”. En el discurso político y cultural palestino se ha convertido en una palabra que representa la voluntad de existir y resistir, incluso sin recurrir a la violencia.

Perseverancia, firmeza, es lo que le ha faltado al mundo, para detener este genocidio. Firmeza, exigencia, determinación, es lo que le ha faltado a México para defender a sus connacionales, eso es... ¿y nuestra soberanía?