La pregunta de si después de 6 años ya no se debe nada es una de las más recurrentes y, lamentablemente, una de las ideas más equivocadas que circulan en el ámbito de las deudas. Como expertos en finanzas personales y defensores de los derechos de los deudores, es nuestra responsabilidad aclarar este punto crucial para evitar que más personas tomen decisiones financieras basadas en información imprecisa.
La respuesta directa es no, no es cierto que después de 6 años una deuda desaparezca mágicamente o que ya no se deba nada. Esta creencia se basa en una interpretación errónea de ciertos plazos legales y de las políticas de los burós de crédito. Permítannos desglosar la realidad detrás de este mito.
Lo que la gente suele confundir con la “desaparición” de la deuda es el concepto de la prescripción de la acción de cobro. Esto significa que, después de un determinado tiempo (que puede variar según el tipo de deuda y la legislación aplicable, pero que para algunos casos de deudas de consumo no garantizadas puede ser de 5 a 10 años, y no siempre 6), el acreedor pierde el derecho legal de iniciar un juicio para exigir el pago de la deuda. Es fundamental entender que la deuda como tal no se extingue, es decir, el dinero aún se debe. Lo que se extingue es la facultad del acreedor de llevar la deuda a los tribunales.
Imaginemos que usted tiene una deuda de tarjeta de crédito. Si el acreedor no ha iniciado ninguna acción legal para cobrarla en un periodo que la ley establece como el de prescripción, ya no podrá demandarlo judicialmente. Sin embargo, esto no significa que la deuda haya desaparecido de su historial crediticio ni que el acreedor deje de intentar cobrarla por otras vías.
Aquí es donde entra en juego el buró de crédito y otras sociedades de información crediticia. Estas instituciones tienen sus propias reglas sobre cuánto tiempo mantienen un registro de una deuda en el historial de una persona. Generalmente, las deudas (tanto pagadas como impagadas) permanecen en el historial crediticio por un periodo que puede ir de 1 a 6 años, dependiendo del monto de la deuda y de si fue saldada o no. Para deudas muy grandes, el registro puede permanecer incluso por más tiempo o hasta que se salde.
El hecho de que una deuda ya no aparezca en su reporte de buró de crédito no significa que la deuda no exista. Simplemente indica que, para efectos de la calificación crediticia, ese registro específico ya no es visible. Pero la obligación de pago sigue ahí. El acreedor original, o una empresa de cobranza a la que se le haya vendido la cartera, puede seguir contactándolo para intentar recuperar el dinero. Estas gestiones extrajudiciales son completamente legales, siempre y cuando se realicen dentro del marco del respeto y la ley.
Las consecuencias de dejar una deuda sin pagar, esperando que “desaparezca” después de 6 años, pueden ser severas y a largo plazo:
1. Deterioro del historial crediticio: aunque el registro específico pueda desaparecer, el historial de incumplimiento afectará su capacidad para obtener nuevos créditos, préstamos hipotecarios, automotrices o incluso la contratación de servicios básicos en el futuro.
2. Cobranza persistente: las empresas de cobranza pueden seguir contactándolo por teléfono, correo electrónico o cartas, lo que puede generar estrés y molestias constantes.
3. Venta de la cartera: su deuda puede ser vendida a otras empresas de cobranza, que a menudo tienen estrategias más agresivas para recuperar el dinero.
4. Impacto en la vida financiera: la imposibilidad de acceder a crédito limita las oportunidades de crecimiento personal y económico, desde la compra de una casa hasta la inversión en un negocio.
En la Defensa Del Deudor, siempre hemos abogado por la transparencia y la justicia. Ignorar una deuda no la hará desaparecer. La mejor estrategia es siempre enfrentar la situación, entender sus derechos y buscar soluciones realistas.
Si usted se encuentra en una situación de endeudamiento o tiene dudas sobre el estatus de sus deudas, le recomendamos encarecidamente que no se deje llevar por mitos o información incompleta.
Acérquese a la Organización Nacional de la Defensa Del Deudor. Contamos con expertos que pueden analizar su caso particular, explicarle sus opciones legales y financieras, y guiarlo en el proceso de negociación con sus acreedores. Asimismo, si considera que sus derechos como deudor han sido vulnerados, no dude en contactar a las autoridades competentes, como la CONDUSEF, quienes pueden brindarle apoyo adicional.
La información veraz y oportuna es su mejor herramienta para recuperar el control de sus finanzas. No espere a que sea demasiado tarde.




