Abusa de la confianza que le dieron el diputado federal Zenyazen Escobar García y el líder estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta.
Le causará un gran daño en las elecciones intermedias a la gobernadora Rocío Nahle García.
En la Secretaría de Educación de Veracruz —una dependencia que en el sexenio de Cuitláhuac García Jiménez pasó de 25.5 a 26.30 por ciento en rezago educativo— a pesar de que es la dependencia con mayor presupuesto, llegó recientemente un personaje con ínfulas de grandeza que en realidad ha resultado un payaso. Su nombre, David Agustín Jiménez Rojas.
Metido a la política jarocha de la mano de otro loco, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, secretario de gobierno en el sexenio veracruzano pasado, hombre fuerte de la entonces secretaria de Energía, Rocío Nahle García, el personaje enloqueció, quizá por la fiebre de la negritud, por las limpias de Catemaco o por el poder que como popularizó el expresidente Andrés Manuel López Obrador, “atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos”.
Ahí, a su lado, atendiendo sus locuras, imitándolo, soñando con ser como él, David Agustín Jiménez Rojas, actual subsecretario de Educación Media Superior y Superior. Llegó ahí por la estrategia del tapete. Por eso lo hizo director del Registro Público de la Propiedad y luego lo acomodó como presidente del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información y Protección de Datos Personal (IVAI), antes de su rompimiento con quien sería la gobernadora de Veracruz.
Jiménez Rojas fue más astuto, no rompió amarres, mantuvo el vínculo y despotricó todo lo que en la intimidad su exjefe hizo y deshizo. Por eso la gobernadora Rocío Nahle García lo acogió y al dejar el IVAI lo acomodó en la subsecretaría de Educación Media Superior y Superior. Él ha contado que la promesa fue por algo más grande, por la Fiscalía General del Estado de Veracruz. Por eso se ha dedicado a golpear a todos los que han buscado perfilarse para esa posición.
Hambriento de poder y dinero, David Agustín Jiménez Rojas ha hecho en la dependencia educativa lo que mejor le sale, saquear las arcas. La subsecretaría que dirige se ha convertido en una pista de aterrizaje con más de 400 aviadores que tiene en dependencias como el Colegio de Bachilleres del Estado de Veracruz (COBAEV); el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP); la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV), el Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Veracruz (CECyTEV) y todo el sistema de tecnológicos estatales.
Entre sus operadores cercanos se encuentran María Antonia Villalba Velasco, Carlos Arturo Lara Flores, Gustavo Adolfo Murrieta Esquivel y Dante Rebolledo Ferrari. Todos ellos con sueldo que distan mucho de la austeridad republicana que predica la 4T y la propia gobernadora Rocío Nahle García.
En pocas palabras, David Agustín Jiménez Rojas se ha servido con la cuchara grande en la dependencia educativa y parece que nadie puede pararlo. Lo suyo, lo suyo, como dicen los jarochos, es el mamaseo, la prepotencia, la arrogancia, el decir a diestra y siniestra que está “bien parado” y que solo recibe instrucciones del líder estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta y del diputado federal Zenyazen Roberto Escobar García. Ah, y también de la gobernadora Rocío Nahle. De nadie más. La titular de la SEV, Claudia Tello Espinosa no es nadie para darle órdenes.
La trayectoria de este personaje en el servicio público de Veracruz es una muestra fehaciente, contundente, de lo que “no se debe hacer”, pero por lo que se ve, eso es lo que les gusta, haciendo política de baja estofa, corriente, sin ningún tipo de nivel.
En el Registro Público de la Propiedad, en donde se estrenó como servidor público, por ejemplo, “cobraba piso”, como vil delincuente, a los 25 encargados de esta dependencia. Más o menos, nos cuenta una fuente bien enterada, se embolsaba unos 5 millones de pesos mensuales, ya que cobraba a cada dependencia entre 100 mil y 400 mil pesos mensuales. Su “estrategia” escandalizó hasta su propio jefe en ese entonces, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, quien terminó por removerlo.
En la pasada elección municipal la gobernadora lo mandó a operar las elecciones de Boca del Río y Alvarado. El hombre se la pasaba de fiesta, jugando padel en un Sporting Club de Veracruz. El resultado: Morena perdió esas dos demarcaciones municipales.
Claro, aunque los resultados le fueron adversos, sus bolsillos se fueron llenos, porque a los candidatos morenistas les pidió “moche” por la “operación electoral” que la titular del Poder Ejecutivo le había encomendado. Ningún operador vio ese dinero el día de la jornada comicial. Todo se lo quedó.
En su estrategia de cañerías y “cuenta cuentos”, David Agustín Jiménez Rojas cuenta a diestra y siniestra que será el próximo secretario de Educación de Veracruz y ya hasta fecha puso: el 1 de enero de 2026. Como ya ve que la Fiscalía General del Estado se le escapó de las manos, ahora sigue contando el cuento de esta importante dependencia educativa.
¿Permitirá la gobernadora de Veracruz que personajes de esta calaña sigan dañando su gobierno? Es pregunta. Desde nuestra perspectiva estamos seguros que le causará un gran daño en las elecciones intermedias. El tiempo lo dirá.



