“When I grow up
Be on TV
People know me
Be on magazines
When I grow up
Fresh and clean
Number one chick
When I step out on the scene
Be careful what you wish for
'Cause you just might get it
You just might get it
You just might get it”
Pussycat Dolls, ‘When I Grow Up’
“Everybody look at me, me
I walk in the door you start screaming
Come on, everybody what you here for?
Move your body around like a nympho
Everybody get your neck to crack around
All you crazy people, come on, jump around
I wanna see you all on your knees, knees
You either wanna be with me or be me (Come on, now)”
Nelly Furtado, ‘Maneater’
“Al fin he encontrado un remedio infalible que borre del todo la culpa
No pienso quedarme a tu lado mirando la tele y oyendo disculpas
La vida me ha dado un hambre voraz, y tú apenas me das caramelos, ay
Me voy con mis piernas y mi juventud por allá, aunque te maten los celos
Una loba en el armario
Tiene ganas de salir
Deja que se coma el barrio
Antes de irte a dormir”
Shakira, ‘She Wolf’
De repente todo se aceleró. En cuestión de pocos meses, dos mujeres empezaron a correr en la pista hacia el 2024. La culpa, como casi todo en este país, la tiene Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Él dio el banderazo de salida.
Claudia, como la preferida del presidente de la República (así lo ha hecho ver) y Mariana como un producto de las redes sociales y de la atención más fifí de México, lo que todavía no se sabe bien a bien qué significa.
Las acciones más recientes de ambas apuntan por la contienda. Seamos honestos: más allá de las actividades propias de sus responsabilidades en la esfera pública, aquí lo que hay son muchos actos de campaña.
Estilos diametralmente opuestos, sí; partidos contrincantes (o eso dicen); una electa y en funciones, la otra de compañera, mancuerna, aliada de su marido. Pocas cosas en común, salvo que son mujeres, que están hasta el cuello imbuidas en la política y que, conscientes de ello, están haciendo sus pininos.
Tal vez sea la primera vez en la política nacional que dos mujeres de tanto peso (ya establecimos que esto obedece a distintos motivos) echan a andar la carrera por la Presidencia.
Por cuanto a López Obrador, ya sabremos qué dirá; su “corcholata” favorita es la jefa de Gobierno capitalino. Él se ha dedicado a placearla y ella —complementando la dupla— está dispuesta a corear con megáfono todo lo dicho por el tabasqueño.
Lo que será interesante, entonces, es constatar qué piensa Dante (otrora alter ego del primer mandatario) de nominar a la no-primera-dama regia en lugar de a Alfaro o al mismo Samuel…
¿Cómo enfrentarán el resto de los institutos políticos de “oposición” a estas posibles candidatas?, ¿qué harán los propios coequiperos de las damas (Marcelo, Luis Donaldo, etcétera)? ¿Va por México se mantendrá unido y en torno a la búsqueda de alguien fuerte?, ¿será Manlio?, ¿se contentarán con un Ricardo?, ¿o recurrirán a resucitar o inventar a una mujer —Lilly, Margarita, Xóchitl— para una elección épica donde contiendan solo las féminas?
A mí me parece que, por mucho que la sociedad esté absolutamente polarizada, entre Mariana y Claudia hay terreno que abarcar (esto es, contrario a como dice Milanés: hay mucho espacio para NO coincidir)…
La primera, producto neto de las redes (no le quito ningún crédito pues hay mucha dificultad en ello) y parte fundamental del triunfo de su esposo (dicho por él mismo), mantiene a un público encandilado con sus vistosas y fosforescentes acciones.
Muchos consideramos que estas son vil propaganda, incluido su corte —que no rapada— de pelo, pero son más los que opinan lo contrario. Total, que su constante protagonismo la condena a no ser tomada en serio en Nuevo León, aunque sí observada por cientos de miles. Es una mujer de influencia, después de todo.
La segunda, en su mejor momento —de nuevo, es mi muy humilde opinión—, mostró serias diferencias con lo planteado por otros miembro del gabinete. Se conoció de sus desavenencias con el rockstar de la muerte y se consideró congruente con la lógica y la razón, mismo sin romper con su partido y con el Ejecutivo federal (que ya es decir bastante).
Pero a partir de la guerra de las colas algo comenzó a cambiar y desde entonces ha aceptado abnegadamente el manto protector de Palacio...
Parafraseando a Porfirio: una y otra, tan lejos de lo que en verdad requiere el pueblo mexicano y tan cerca del 24.
Claudia, que está por iniciar una gira por todas las alcaldías de la CDMX —¡ya hasta presumió como suyos los poco más de 5 mil niños que obtuvieron la vacuna anti Covid!—, tiene en sus manos a la capital del país y una de las urbes más pobladas del planeta. Mientras que Mariana, sin ser burócrata —vaya, ni presidenta del DIF en Nuevo León— tiene un nuevo juguete llamado la oficina “Amar Nuevo León”, y por vía de esta visita el zoológico del estado para tomarse unas maravillosas fotos, si bien no conoce lo que hace o hará por los animales...
Propuestas diferentes buscando incidir en el humor del votante, pero sobre todo en quienes en cada partido político destapan los chescos.
Lo anterior hace propicias algunas interrogantes: ¿será que lo que más le conviene a Claudia es ser la marioneta y la imitación de AMLO en lugar de desarrollar un carácter y una propuesta propia como lo hace Mariana? ¿Y será que a Mariana lo que mejor le vaya sea configurar y plasmar una imagen de persona frívola, vacua, superficial, que desplace el crecimiento político de su marido, pero realmente no presente una propuesta sustantiva para el 2024? Yo pienso que, como país, quedarnos con una u otra sería una pena, francamente. Esa es mi apreciación.
Verónica Malo el Twitter: @maloguzmanvero