Ahí está, como muestra, la intensa labor que realiza la presidenta constitucional de México, Claudia Sheinbaum. Hoy es un día muy especial para ella, máxime porque rendirá buenas cuentas a los mexicanos. Este primero de septiembre, como sabemos, es el marco para el informe de actividades de gobierno. Todo, en efecto, se paralizará para ver de cerca los pormenores detallados del proceso de transformación. Antes de que la jefa de Estado entre a los detalles, sin duda, podemos apreciar que se ha recorrido un largo camino en el que, dadas las bases que sentó Andrés Manuel López Obrador, se le ha sacado el mayor provecho posible. En términos más prácticos, Sheinbaum llega con más del 76% de aprobación, de acuerdo con MetricsMx, una de las encuestadoras que, por su efectividad, ha ganado reconocimiento.
Ese grueso de la población del que hablamos, sin duda, se traduce en el pueblo de México. Esa misma base, que fue fundamental para refrendar el triunfo, apoya incondicionalmente las políticas públicas. Los únicos que se quejan, valga la redundancia, es esa minoría que se agrupa en la oposición. Hace unos días, ante la impotencia del movimiento, dejaron al descubierto el grado de desesperación ante el discurso banal que esbozó Alejandro Moreno sobre la democracia. Nos queda muy claro que ellos, por mucho, no pueden hablar de una concepción cuando, en su momento, destruyeron las instituciones y saquearon al país. Siendo así, podemos hablar de un giro a mediados del año 2018, cuando el tsunami morenista arrasó en las urnas. Ese hito, por cierto, es el verdadero espíritu que ahora abrazamos.
Entonces Claudia, al igual que AMLO, ofreció un andamiaje de ideas y proyectos que han ido aterrizando para mejorar la calidad de vida de la población. Sin comparaciones, queda claro, Sheinbaum ha decidido hacer más frente al tema de la inseguridad. Esa política, delegada a Omar García Harfuch, ha dado muy buenos resultados con los mecanismos estratégicos que se han maniobrado a lo largo y ancho del país. Precisamente allí, sin precipitarse mucho, la mandataria ha encontrado desafíos a los que ha podido responder con precisión. Y qué decir de los programas sociales donde, cada vez más, la administración aumenta el acceso para que la asistencia llegue hasta las comunidades más lejanas, y los resultados se pueden corroborar con la buena noticia de que más de 13 millones de mexicanos salieron de la pobreza.
El sistema, como también se le ha denominado a la administración federal, tiene un andamiaje completo que ha sabido capitalizar a través de las instituciones y secretarías de estado. Eso, que no es otra cosa que la principal columna vertebral de la cuarta transformación, fue diseñada por la propia presidenta constitucional. De acuerdo con las propias encuestas, la Secretaría de Economía y la Secretaría de Relaciones Exteriores, por el papel sustancial que llevan a cabo, son las que más han eficientando la encomienda, sobre todo en temas de diplomacia y puentes de interlocución con naciones potencialmente productivas. Ahí se pueden ver la mano de quienes encabezan esas misiones. Hace poco, de hecho, la misma presidenta, acompañada de actores de primer nivel, se reunió en Palacio Nacional con una comisión especial del Lula da Silva, presidente de Brasil.
La labor crucial de Juan Ramón de la Fuente, en efecto, hizo posible que la comitiva que encabezó el vicepresidente de Brasil, ante un marco inmejorable, permitirá sellar acuerdos para el desarrollo científico, económico y ambiental, tal y como posteó la misma Claudia Sheinbaum en sus redes sociales. En tiempos cruciales como el que vivimos, definitivamente, ese tipo de encuentros nutren la visión que ha planteado la jefa de Estado a través del Plan México. Y Sheinbaum, cumpliendo con esa promesa que hizo de profundizar la transformación, ha sumado esfuerzos para romper paradigmas y superar obstáculos por medio de la industrialización. Recordemos que, como tal, la insignia Hecho en México, con el apoyo del Consejo Coordinador Empresarial, está poniéndose en lo más alto nuestras raíces. Por un lado, se está maximizando los productos y las marcas que ofrecen mayor calidad, pero, de igual manera, son momentos claves para las pequeñas y medianas empresas.
Y no solo eso. Desde el primer momento que arribó a Palacio Nacional, Claudia ordenó fortalecer el tema educativo y la salud, como una de las prioridades. Eso, como hemos visto, lo ha sabido cumplir al pie de la letra el mismo Mario Delgado, a través de la Nueva Escuela Mexicana. En el sector de la atención, específicamente del IMSS, como nunca antes, Zoé Robledo ha sentado un precedente sustancial con los nuevos mecanismos. Actuó, en pocas palabras, con base en las mismas necesidades que aquejan a la ciudadanía. Hablamos de suministro de medicamentos, lo mismo que atención personalizada para adultos mayores. El propio Robledo, que es de los pocos funcionarios que puede presumir estar en dos períodos consecutivos bajo la misma encomienda, ha entregado buenas cuentas. Al obtener ese reconocimiento, eso es parte fundamental de la columna vertebral a la que aludimos.
Existen más pormenores que han cubierto esa necesidad, producto de la esperanza que sembró Andrés Manuel López Obrador. La misma Claudia, ya con el bastón de mando, es una digna heredera del proyecto de transformación. Esa, como muchas cosas más, será uno de los rasgos que fluyan en esa cadena de logros que se han concretado a lo largo de este primer tramo. De hecho, se ha desatado una oleada de comentarios positivos que, de manera más práctica, la podemos incluir en esa abrumadora aprobación de más del 76%, de acuerdo con los datos que publicó MetricsMx, para SDP Noticias.