¡Bienvenidos amantes de la gastronomía! Dejemos atrás los sabores de las fiestas patrias y vamos enfilando los paladares para probar los sabores de otoño. La magia de la gastronomía, y más en nuestro país, nos permite degustar un mundo de maravillosos platillos que se elaboran “por temporada”.
La estacionalidad de la comida también tiene una función primordial: hacer cocina sostenible, además de apoyar la economía local, buscando productos de altísima calidad.
Para nadie es un secreto que los restaurantes de alto postín suelen tener menús rotativos, que van cambiando con las estaciones, pues buscan ofrecer platillos que sean elaborados con los mejores ingredientes de la temporada.
Es por eso que por ahora nos despedimos de la granada, del chile poblano y del maíz cacahuazintle seco, tan solo por mencionar algunos ingredientes; es momento de decir: ¡hola! a las calabazas, la berenjena, coliflor, coles de Bruselas, ejotes, zanahorias, betabel, espinacas y acelgas.
Lo más bonito de la gastronomía es que a partir de ellos comenzaremos a crear, recetas clásicas de la cocina, ya sea mexicana o de alguna otra parte del mundo. Dentro y fuera de casa, nos podemos dejar llevar, e incluso hacer “inventos” culinarios, pues como siempre digo: el límite es el cielo.
Tal es el caso de “Petit Gateau Café”, que se ubica en Avenida Independencia número 40, en la Colonia Centro de la Ciudad de México. Y este año nos trae unas novedades que no se pueden perder. Este lugar se esmera en realizar verdaderas obras de arte con la comida.
Un ejemplo de ello es “Las tres pesadillas”, un postre con tres pequeños “misifusos” de mousse de chocolate recostaditos sobre una cama de compota de blueberry con licor de cereza. Con ellos se expresa cómo las almas están atrapadas “entre lo dulce y lo amargo del recuerdo”.
También tienen otros postres que son dignos de ir a probarse como Tzompantli, Ofrenda, Danza Macabra, Momiji, todos ellos espectaculares. El precio promedio de estos platillos va de los 185 a los 195 pesos. Y no todo son postres, también cambian el menú regular, como por ejemplo la tabla de quesos otoñal que es “calabaza de queso crema con nuez, arándanos y avellanas, aceitunas verdes, pretzel, jamón serrano, queso Nueva Zelanda e higos”.
Otros restaurantes para tomar en cuenta, que gustan de ser estivales, son Contramar, Sud777, Rosetta, Charco y La Buena Barra. Gustan de adaptar sus menús a la oferta de frutas y verduras que hay en la temporada de otoño, para darles a los comensales la mejor de las experiencias.
Porque finalmente, un gran plato es la suma de ingredientes de alta calidad y el mimo que se les da para su realización; las técnicas culinarias que utilice el chef o cocinero son las que hacen la gran diferencia.
Así que los invito ahora a sumergirse en un mar de sabores otoñales, de esos que apapachan al corazón. ¡Bon appétit!
Cat Soumeillera en Twitter: @CSoumeillera