Artistas independientes

Como casi todo en la existencia humana excepto lo básico, la pandemia prácticamente paralizó el mundo desde el primer tercio del año 2019. Esto incluyó sobre todo a las artes y los espectáculos. Se cerraron escenarios musicales, teatrales, dancísticos. Y dentro de ese universo quienes más han padecido, han sido los artistas independientes, los que no tienen un contrato fijo, una plaza determinada en una institución. En el caso de México, por decir, los bailarines, actores, músicos, cantantes, etcétera, que no tienen alguna adscripción con honorario o salario estable al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, las universidades del país, las instituciones de cultura estatales, orquestas, coros.

Los que están bajo esta condición de contrato u honorario, han sido protegidos ante los estragos de la pandemia. Las instituciones del gobierno federal, la Secretaría de Cultura en particular, han cumplido esa parte, incluso con la de las becas. Pero han estado ausentes, han sido indolentes ante la situación de los artistas independientes; “han nadado de a muertito”, no han creado oportunidades para ellos. Y ya es hora de que se abra no sólo la posibilidad, las oportunidades, también el debate sobre el tema.

Durante los casi dos años de la pandemia generada por el Sars-Cov2, se ha demandado en México y en el mundo, por parte de los artistas independientes, la apertura de espacios al menos virtuales para su actividad pero de manera remunerada, no sólo gratuita, como normalmente se solicita en estos eventos.

Poco a poco, conforme ha avanzado el conocimiento sobre el tratamiento del virus, los cuidados y sobre todo el proceso de vacunación, los escenarios se han ido abriendo de forma lenta pero cada vez más firme; esto es de celebrarse.

En mi caso particular, que soy independiente, tuve mi última presentación presencial a finales de enero de 2019. Y es hasta diciembre de 2021 que he aceptado la invitación para una gira de tres presentaciones en conciertos de navidad de manera presencial. Naturalmente, la sensación es contradictoria. Por un lado, da gusto presentarse con público y obtener una necesarísima retribución. Por otro, la duda frente al virus como una amenaza al acecho está presente todo el tiempo. Aunque uno procure los cuidados, la naturaleza de la actividad hace que, para empezar, se desprenda uno del cubrebocas; también que se tome fotografías con el público. No deja uno de estar bajo la sensación de “la suerte está echada”; afortunadamente, en general la nueva variante Ómicron no se ha desarrollado aún en México y el país está básicamente en semáforo verde.

En tiempo de pandemia he sido invitado, como muchos, a conferenciar, charlar sobre diversos temas. También a cantar. Comparto esta participación para Gallery Weekend, desde Malmö, Suecia:

La gira de vuelta

Entonces, para ese regreso presencial fui invitado por la ciudad de Villahermosa (municipio del Centro, Tabasco) a ofrecer un concierto de “Nochebuena”, en el Parque al Aire Libre, “La Choca”, espacio estilo teatro griego muy agradable y muy amplio; la presentación será el 19 de diciembre.

El concierto consiste en tres secciones de repertorio. Italiano, mexicano (con algo de español) y canciones propias de la Navidad. Una vez dada esta invitación, surgió el interés por otros dos municipios del Estado. Cárdenas, el 17 de diciembre; Huimanguillo, el 18. Se ha celebrado el primero y puedo reportar una gran respuesta del público, participando, cantando; mucho entusiasmo.

Escribo esta nota preparando el viaje a la siguiente parada. Les comparto la agradable memoria de una presentación en diciembre de 2005, en Nueva York, como parte de la compañía Dicapo Opera Theater. Se trata de la célebre canción “Cantique de Noël” o “Minuit, chrétiens”, de Adolphe Adam; tema sobre el cual escribí precisamente hace un par de años en SDPnoticias.

Por si hiciera falta, los argumentos allí planteados, aparte de los inmediatos ya expuestos arriba, son válidos hoy. Aquí el video de aquella presentación de 2005 en la bellísima St. Jean Baptiste Catholic Church, de la Av. Lexington de Manhattan:

Héctor Palacio en Twitter: @NietzscheAristo