Llegar a las cero emisiones de carbono es una misión complicada, pero resulta mucho más complejo cumplir las metas trazadas cuando hay gente saboteando todas y cada una de las acciones emprendidas. En efecto, me refiero al buen Donald, el presidente de los Estados Unidos de América, quien cada vez que puede, niega la importancia de la transición energética, esto es, pasar de utilizar combustibles fósiles a sostenibles.

Tanto la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) como la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) emitieron junto con los gobiernos de Japón y Malasia una declaración conjunta en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se está celebrando (del 10 al 21 de noviembre) en Belém, Brasil.

Es notoria la ausencia de nuestros vecinos del norte en esta reunión mundial, donde se discuten los objetivos climáticos que como mundo tenemos que afrontar. Y es que a pesar de los grandes esfuerzos por mitigar lo más posible las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera, utilizando combustibles sostenibles y amigables con el medio ambiente, cuesta mucho trabajo cuando la política ambiental de Donald Trump, y su gobierno, actúan como enemigos.

Se ha trabajado mucho en lograr el objetivo de llegar al año 2050 con cero emisiones de GEI. Por este motivo se debe tener un solo enfoque para poder lograr los objetivos planeados, y evitar a toda costa medidas unilaterales o fragmentadas.

En dicha reunión, el director general de la IATA, Willie Walsh declaró:

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<i>“La aviación es un catalizador para la conectividad global y el desarrollo económico. Para lograr cero emisiones netas para 2050, los gobiernos deben reafirmar el papel de la OACI como única autoridad mundial, implementar plenamente CORSIA y poner en marcha el Artículo 6 para desbloquear la financiación climática para los países en desarrollo. </i>

<i>Los impuestos y gravámenes fragmentados no reducirán las emisiones; corren el riesgo de desviar fondos de las inversiones reales en reducción de emisiones, lo cual es una consideración climática fundamental, y solo debilitarán la conectividad y perjudicarán a quienes más dependen de ella”.</i>

Willie Walsh, director general de la IATA

Además de los países señalados, este documento fue firmado por Aerolíneas para Europa (A4E), la Organización de Aerolíneas Árabes (AACO), el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), la Representación Internacional de Aerolíneas en Europa (AIRE), la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), la Asociación de Aerolíneas Africanas (AASA), la Asociación de Aerolíneas del Pacífico Sur (ASPA), el Grupo de Acción del Transporte Aéreo (ATAG), la Asociación Europea de Aerolíneas Regionales (ERA), el Consejo Internacional de Aviación de Negocios (IBAC), el Consejo Coordinador Internacional de Asociaciones de Industrias Aeroespaciales (ICCAIA), el Consejo Nacional de Aerolíneas de Canadá (NACC) y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).

¿Cuáles son los puntos clave de esta declaración en conjunto? El primero sin lugar a dudas es el papel que tiene la OACI en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y el Protocolo de Kioto. Es el organismo encargado de poner orden en la aviación, y en este caso actuar como regulador de las emisiones de GEI de la industria aérea global.

Otro punto importante es que los Estados reconozcan a la OACI como el único facultado para ello, con la finalidad de evitar la duplicidad en materia de acciones a tomar para la disminución de los GEI a la atmósfera. Para más claridad, es seguir la hoja de ruta ya trazada, y no andar inventando “el agua tibia”.

Seguir una hoja de ruta optimiza los recursos, y no se pierde el tiempo con experimentaciones. Por eso el énfasis en fortalecer el Esquema de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA, por sus siglas en inglés), que ya fue aprobado por 193 países.

Se tiene que terminar de llevar a cabo su primera fase, que comenzó en 2024 y concluirá en 2026; la meta es conseguir que las aerolíneas adquieran poco más de 200 millones de créditos verdes. La siguiente meta es llegar al 2035 con más de 2 mil millones de créditos, mismos que ayudarán a la financiación para el apoyo de proyectos que ayuden de forma directa a reducir los GEI, así como para la promoción del desarrollo de combustibles sostenibles, el mejoramiento tecnológico y por supuesto, la creación de empleos alrededor de esta actividad.

Un punto que no podemos pasar por alto es el Acuerdo de París. Recordemos que los Estados Unidos, dos veces con Donald Trump a la cabeza, han firmado su retiro de este, siendo efectivo en enero del próximo año. Y es que el artículo 6 del Acuerdo de París establece un marco para la cooperación voluntaria entre países en la lucha contra el cambio climático, permitiendo la transferencia internacional de resultados de mitigación, emitiendo cartas para apoyar el desarrollo de combustibles sostenibles, y financiar el combate al cambio climático.

En esta reunión del COP30 dejaron muy claro que las cargas tributarias no abonan ni solucionan la reducción de las emisiones de GEI, declarando lo siguiente:

Un tema complejo, como podemos darnos cuenta. El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, declaró que es importante dejar el debate a un lado y comenzar a cumplir con los acuerdos previamente trazados.

<i>“Este cambio significa pasar de la negociación a la implementación, desbloqueando nuevos mecanismos para acelerar la acción a escala global […] el “Compromiso de Belém”, que propone cuadruplicar el uso de combustibles sostenibles para 2035. Hasta el momento, 25 naciones se han unido a la iniciativa.”</i>

Geraldo Alckmin, vicepresidente de Brasil

Yo aprovecho y hago un llamado a las autoridades mexicanas, es tiempo de poner manos a la obra y hablar en serio sobre la fabricación de SAF (combustible sostenible) en nuestro país, y con ello abrir un nuevo polo de desarrollo, y generar empleos para los jóvenes.

Definitivamente hoy todavía no es un gran negocio, se requiere de inversión, investigación y desarrollo, pero tenemos materia prima, a diferencia de otros países desarrollados que la tienen que buscar allende sus fronteras; no lo echemos en saco roto.