Por el Pordiosero

El 14 de febrero, además de festejarse el día del amor y la amistad es, también, para los trabajadores del organismo Telecomunicaciones de México, una celebración luctuosa: recuerdan la huelga reprimida por el gobierno de Abelardo Rodríguez, en febrero de 1933, que terminó con varios telegrafistas muertos y heridos.

La inconformidad de los trabajadores estalló al decretar el gobierno la fusión con correos, dándoles a estos la preferencia para que ocuparan las gerencias en las oficinas. Emprendieron un paro de labores y mítines en la Ciudad de México, por la que intervinieron fuerzas de seguridad con consecuencias funestas.

En noviembre pasado se conmemoraron 170 años de la llegada del telégrafo a nuestro país. En el Museo Nacional de Arte, se realizó una celebración encabezada por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis; la directora general del organismo Telecomunicaciones de México (Telecomms/Telégrafos), María del Rocío Mejía Flores; y la directora del MUNAL, Carmen Gaitan Rojo, a la que fue invitado Israel Ruiz García, quien el 1 de febrero cumplirá 52 años de antigüedad como telegrafista.

Ruiz García es secretario general del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de Telecomunicaciones de México (SUNTTM), organización que los días 8 y 9 de noviembre pasado introdujo reformas a sus estatutos para adecuarlo a la legislación laboral y convocar a elecciones de sus dirigentes.

La principal reforma consistió en que la elección será a través de voto personal, libre, secreto y directo de sus agremiados, en concordancia con lo que establece el artículo 69 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (LFTSE).

La convocatoria a proceso electoral, se espera, sea publicada después que se haya realizado la celebración del 14 de febrero. Podrán votar unos 2 mil 700 trabajadores en todo el país, lo que representa un reto por la dispersión en pequeñas comunidades donde se ubican oficinas telegráficas.

El presidente interino del SUNTTM, Eutimio Alvarez Ramos, no ha definido si buscará ser electo para un periodo de seis años -asumió el 19 de enero del año pasado, tras la muerte Manuel Ernesto Alvarez Arana-, pese a que en la convención de reforma estatutaria pidió a los presidentes estatales su apoyo, el cual no obtuvo.

Aprovechó que en la convocatoria a la convención se incluyeron “asuntos generales”. En una votación, el resultado no le fue del todo favorable, pese a que recibió la adhesión de Efraín Ancona Sansores, ex dirigente nacional.

Unos días más tarde, Alvarez Ramos sufrió, con la muerte de Ancona Sansores en su natal Quintana Roo, una baja que le mermó aún más sus posibilidades de lograr ser electo para un periodo completo.

La gestión sindical concluyó en octubre del 2020; pero la pandemia de la Covid-19 impidió que se reformaran previamente los estatutos y se llamara a elecciones para elegir a los nuevos dirigentes.

El SUNTTM es el sindicato mayoritario entre los telegrafistas. Otros cuatro emergentes no han logrado convencer que representan una mejor opción laboral, conformándose con membresía, en algunos casos, que supera apenas los 20 afiliados, número mínimo para mantener el reconocimiento gubernamental.

Telecomunicaciones de México enfrenta, en el Banco del Bienestar, una competencia en el maneja de programas sociales del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la cual se agudizará conforme se pongan en funcionamiento las 2 mi, 500 sucursales que se construyen en el país.

El 5 noviembre de 1851 se envió el primer mensaje telegráfico de la Ciudad de México a lo que ahora es Nopalucan de la Granja, en Puebla -en honor a Juan de la Granja, quien lo introdujo al país-, en el primer tramo del tendido que llegaría hasta Veracruz.

La importancia del telégrafo fue de tal magnitud, como lo recordó Israel Ruiz García en su intervención en la celebración del 170 aniversario, que existe el reconocimiento que la Revolución Mexicana se hizo por ferrocarril y caballo, pero también por telégrafo, debido a que los líderes revolucionarios establecían sus estrategias acompañados siempre de un telegrafista.

A los telegrafistas, estableció, “se les consideraba como los informantes de la Revolución, porque con sus destrezas contribuían al resultado de las batallas”.

Después del fallido intento por fusionar telégrafos y correos, en 1942 el presidente Manuel Ávila Camacho impulsó la creación de la Dirección General de Telecomunicaciones, y en 1986  la creación de un organismo descentralizado se convirtió en la Dirección de Telégrafos Nacionales -correos sufrió también un proceso similar-.

Meses después, con la puesta en órbita de dos satélites, cambió su nombre a Telecomunicaciones de México (Telecomms/Telégrafos).

Colaboración especial para SDPnoticias de agendapropia.mx, portal especializado en asuntos sindicales