Monterrey, 25 Feb. (Notimex).- Para ayudar a prevenir daños en los centros urbanos del estado, la Facultad de Ciencias de la Tierra (FCT) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) lleva a cabo una investigación que busca identificar las zonas más vulnerables, ante la incidencia de sismos.

La institución señaló que hay la creencia de que en el noreste de México no ocurren terremotos, sin embargo, aunque se le considera una zona asísmica, se ha demostrado que esta región es propensa a sufrir sismos.

Refirió que el último sismo de gran magnitud del que se tiene registro ocurrió el 28 de abril de 1841 y su epicentro fue cerca de Saltillo, Coahuila, donde murieron seis personas y el movimiento se sintió en los municipios de Linares, Galeana y García, Nuevo León.

Las zonas urbanas del noreste están asentadas sobre sedimentos aluviales que son capaces de amplificar la señal sísmica, y aunado a esto, las edificaciones de casi toda la región se construyeron sin medidas necesarias para soportar un temblor, señaló.

Refirió que una de las metodologías que se implementaron para evaluar la respuesta dinámica de los materiales que conforman el subsuelo es el registro de microtremores o vibración sísmica ambiental.

Los microtremores, explicó, se refieren a las vibraciones sísmicas que se producen en zonas urbanas por el tráfico vehicular, la industria, entre otros, que se transmiten al interior de la tierra y se les puede registrar gracias a los sismógrafos.

El estudio de estas vibraciones permite determinar áreas que experimentarían grandes sacudidas durante un terremoto, indicó.

El investigador de la UANL, Juan Carlos Montalvo Arrieta, destacó que ?medimos la vibración cotidiana, como el movimiento que se siente al pasar un camión, procesamos la señal y determinamos qué tanto los sedimentos aluviales pueden amplificar el movimiento del suelo?.

Añadió que ?entre más grande sea el espesor de los sedimentos, la amplificación también será mayor?.

Los registros, detalló, se han llevado a cabo en el centro de Monterrey y en la ciudad de Linares, Nuevo León, ubicada a unos 140 kilómetros al sur de esta capital.

Expresó que se realizaron en lugares con estructuras civiles estratégicas, tales como escuelas, hospitales, oficinas gubernamentales y unidades habitacionales.

La medición de microtremores requiere poca instrumentación sismológica, además la adquisición y procesado de los datos no lleva mucho tiempo, permitiendo cubrir extensas áreas y realizar un gran número de mediciones, indicó.

Como resultado se generaron mapas que localizan las áreas donde se puede amplificar el movimiento del suelo durante un terremoto, expuso.

Estos mapas, destacó, son de gran interés en la planeación urbana, ya que también ayudan a generar planes de contingencia y determinar qué edificios serían los adecuados para funcionar como albergues.

Explicó que la FCT cuenta con una estación sismológica que forma parte del Servicio Sismológico Nacional (SSN), el cual inició sus operaciones en enero de 2006 y hasta la fecha ha registrado más de 20 movimientos sísmicos de escala menor en la entidad.

?La evidencia nos muestra que desde hace más de 200 años existen estos temblores, en cualquier momento podría ocurrir un terremoto de fuerte magnitud y necesitamos estar preparados?, advirtió Montalvo Arrieta.

NTX/GRR/GPG