Santiago de Chile, 27 feb (EFE).- La familia del asesinado líder sindical Tucapel Jiménez Alfaro durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) afirmó hoy que después de 30 años del homicidio, aún hay responsables políticos del crimen.

Su hijo diputado, del mismo nombre, dijo, en el marco de la conmemoración de la muerte de su padre, que es contradictorio que personas que participaron en la dictadura militar se mantengan en el poder.

En esta línea, Jiménez señaló al actual alcalde del ayuntamiento de Providencia, Cristián Labbé, quien fue uno de los guardaespaldas de Pinochet, y al senador de la Unión Demócrata Independiente, Jovino Novoa, "quien estaba al tanto del espionaje del cual fue víctima" su padre.

En un clima de tensiones sociales y políticas, en plena dictadura militar, Jiménez Alfaro se convirtió en uno de los blancos de la represión militar, ya que el líder sindicalista había realizado diversas gestiones que alertaban a la dictadura respecto de una reagrupación sindical en coordinación con la Central Única de Trabajadores.

Según las investigaciones policiales, el líder sindical, militante del Partido Radical, fue seguido por miembros del Ejército mientras conducía su taxi en la mañana del 25 de febrero de 1982.

Varios agentes de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), que se encaramaron al vehículo de Jiménez, según consta en el relato judicial, lo obligaron a dirigirse a un lugar cercano a la terminal área internacional de Santiago.

Allí, obrando sobre seguro y premeditadamente, unos de ellos identificado como Carlos Herrera Jiménez, procedió a dispararle en cinco oportunidades en la cabeza. Enseguida, el dirigente sindical fue degollado.

"Hubo muchas responsabilidades políticas y nunca han dado la cara. Ni siquiera han tenido un castigo social, como ha ocurrido, por ejemplo en Argentina. Novoa sabía que espiaban a mi padre y a varios dirigentes sindicales", recalcó el parlamentario en declaraciones a Radio Biobío.

En tanto, el presidente de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), Raúl de la Puente, dijo que el papel que tuvo Tucapel Jiménez Alfaro en la lucha del sindicalismo fue relevante y valiente.

"No tuvo temor, no dio un paso atrás, sabiendo que iba a morir en aquellos tiempos por la dictadura, continuó su lucha. Es un ejemplo para los actuales dirigentes y es un modelo para los futuros líderes que vendrán", apostilló De la Puente.

Tras el proceso judicial que llevó a cabo el juez Sergio Muñoz, fueron condenados en primera instancia en el 2002 el exjefe de la DINE, general Ramsés Álvarez; el coronel Víctor Pinto; el mayor Francisco Ferrer Lima; y los suboficiales Manuel Contreras Donaire y Miguel Letelier Verdugo, como autores materiales del crimen.

La única cadena perpetua recayó en el mayor en retiro del Ejército Carlos Herrera Jiménez.