Mérida, 26 Feb. (Notimex).- La Federación de Sociedades Cooperativas Pesqueras del Centro-Poniente del Estado reportó dos pescadores muertos este año, por intentar capturar pepino de mar sin experiencia y conocimientos del buceo requerido para captar ese recurso.

El presidente de esa agrupación, José Luis Carrillo Galaz, agregó que ?antes de que la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca autorizara el inicio de la temporada de captura de pepino de mar, el 22 de febrero, a más de 200 embarcaciones, el año pasado ya había muerto un buzo?.

En entrevista, señaló que recientemente falleció otro buzo por descompresión, al bajar a una profundidad de 12 brazas sin tener experiencia en esa actividad de elevado riesgo.

Dijo que uno de los pescadores fallecidos, en su intento de capturar ese alimento era de la comunidad de Celestún y otro de la comunidad de Chuburná, ambos de menos de 40 años, y ya hubo otro muerto por la misma circunstancia en Seyba Playa, Campeche, apuntó.

Opinó que es la ambición de empresarios por la captura de esa especie, que tiene un precio de 4 mil o 5 mil dólares por tonelada en Asia, la que provoca la muerte de pescadores jóvenes.

?Un kilogramo de pepino de mar en tierra cuesta más de 300 pesos, más su exportación en dólares; por ello, empresarios contratan a hombres del mar que nunca han buceado para que hagan la difícil tarea, aún cuando implica un riesgo para la vida de esas personas?, denunció.

Recordó que el año pasado la Dirección de Pesca del gobierno estatal llevó al cabo un curso intensivo de varios meses para la preparación de buzos en el que esperaban capacitar a más de mil personas.

Sin embargo, empresarios, ?por su ambición y avaricia? de tener ventas en el mercado asiático, contratan a pescadores sin pensar si estos tienen experiencia o no en el buceo, lamentó.

?Antes de bajar, aunque sea a una profundidad de cinco brazas, la persona tiene que acostumbrase a una fuerte presión y temperatura en todo su cuerpo, y el equipo que porta ejerce también presión y fuerte peso?, detalló.

?Si la persona pretende bajar hasta 12 ó 16 brazas sin experiencia ni conocimiento del equipo, entonces juega con la muerte, además una burbuja en el respirador o un descuido del lanchero que aleje la embarcación del buzo, provocará que éste sufra muerte o descompresión?, alertó.

?El compañero de oficio, al ver que no tiene oxígeno, emprende el regreso a la superficie, pero en forma tan rápida y desesperada que al emerger del fondo del mar abruptamente no estabiliza su cuerpo y el oxígeno envenena su sangre y daña su cerebro?, refirió.

Si sobrevive, queda con afectaciones físicas para el resto de su vida, pero la mayoría de las veces fallecen lamentablemente, añadió.

Admitió que en ocasiones son los pescadores quienes en su desesperación por ganar más dinero les da por hacer de buzos, y eso también puede provocar más tragedias en la temporada de captura que concluye el próximo 24 de marzo.

El propio director de Pesca del gobierno estatal, Delfín Quesada Domínguez, confirmó que el pescador oriundo de Chuburná era el dueño de la lancha donde laboraba, además de que laboraba en forma clandestina, pues no contaba con los permisos de captura.

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