Jerusalén, 24 feb (EFE).- Un palestino murió hoy en el hospital a consecuencia de una herida de bala en el pecho causada por un militar israelí durante una protesta en el puesto de control de Qalandia, cerca de Ramala, informaron fuentes médicas.

La víctima mortal ha sido identificada como Talat Ramia, que recibió un disparo en el pecho y fue ingresado de urgencia en el Centro Médico Palestino de la ciudad, precisan las agencias palestinas "Wafa" y "Maan".

Un portavoz militar israelí señaló a Efe que el palestino lanzó "fuegos artificiales a corta distancia contra un militar, que sintió que su vida estaba en peligro y, por tanto, abrió fuego y le hirió en un hombro".

Los soldados israelíes dispararon balas normales y recubiertas de caucho y lanzaron gases lacrimógenos contra los manifestantes que se concentraron hoy en Qalandia, en el territorio ocupado de Cisjordania, en protesta por la entrada de la Policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, el tercer lugar más sagrado del Islam.

El incidente se produjo tras los eventos en la Explanada, en los que más de veinte palestinos y once policías israelíes resultaron heridos.

Policías regulares y de fronteras entraron al recinto al "ser atacados con piedras" después del rezo musulmán del mediodía, el más importante de la semana.

Cuatro palestinos fueron arrestados y once policías resultaron levemente heridos en el choque, señaló a Efe el portavoz policial, Mickey Rosenfeld.

La agencia de noticias palestina "Wafa" cifra en más de 20 los palestinos heridos, algunos de ellos por gases lacrimógenos, y señala que los presentes lanzaron piedras y zapatos a los policías.

Rosenfeld subrayó que los agentes "emplearon únicamente granadas de ruido para contener los disturbios".

Los ánimos se han caldeado en la última semana en torno a la Explanada, a causa de la visita al lugar que intentó el pasado domingo Moshe Feiglin, líder del ala más derechista del gobernante partido Likud de Benjamín Netanyahu.

La Policía impidió el paso a Feiglin por el riesgo de disturbios, como los que produjo en 2000 el protegido paseo del entonces líder de la oposición, Ariel Sharón, y que marcaron el inicio de la Segunda Intifada.

La iniciativa de Feiglin iba acompañada de la distribución de panfletos en los que se animaba a expulsar a los "enemigos de Israel" del lugar, donde se cree que se alzaba el Segundo Templo judío, destruido por el Imperio Romano en el siglo I de nuestra era, y que una parte del nacionalismo religioso aspira a reedificar.

"Pedimos que ni colonos, ni radicales ni soldados entren en Al-Aqsa para evitar fricciones", señaló hoy Muhamad Husein, de la autoridad religiosa encargada del recinto, quien advirtió al Gobierno de Netanyahu de que tendrá que "asumir las consecuencias" si la situación se desboca, según la edición digital del diario "Yediot Aharonot".

El martes, tres palestinos fueron arrestados a raíz de una visita a la Explanada de un grupo de israelíes y dos días después se repitieron los disturbios, con 21 detenciones y una declaración policial de alerta máxima ante posibles visitas provocadoras, señala "Maan".