México.- El Congreso de la Unión publicó este 30 de diciembre en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto por el que se declara al 2020 como Año de Leona Vicario, Benemérita Madre de la Patria.

Con esta determinación, toda la documentación oficial del Gobierno Federal llevará la leyenda arriba mencionada, tal como sucedió este 2019, que fue Año del Caudillo del Sur Emiliano Zapata y así se consignó en los documentos oficiales.

El decreto publicado este lunes señala además que el Poder Ejecutivo se coordinará con el Legislativo y Judicial, así como con organismos públicos autónomos, a fin de establecer un programa de actividades para homenajear a Vicario, figura trascendental en la guerra por la independencia de México (1810-1821).

¿Quién fue Leona Vicario?

María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador, mejor conocida como Leona Vicario, nació en Ciudad de México en 1789, parte de la Nueva España en aquel entonces.

Considerada por algunos como ‘la primera periodista mexicana’, Vicario Fernández de San Salvador tuvo por padre a un comerciante español y por madre a una descendiente directa del último emperador de Texcoco.

De clase acomodada, desde muy joven fue instruida en artes y desarrolló interés en la política, historia y literatura. Sus padres murieron en 1807 y quedó bajo la tutela de un tío, Agustin Pomposo Fernández de San Salvador, quien era abiertamente monárquico.

Sin embargo, eso no impidió a Leona Vicario financiar al movimiento independentista con su propia fortuna heredada, al tiempo que plasmaba sus ideas en la prensa libre de la época.

En 1811 conoce a Andrés Quintana Roo, otro periodista clave en el movimiento por la independencia de México. Pese al desacuerdo de Pomposo, quien no aprobaba a Quintana Roo por sus ideas políticas, iniciaron una relación sentimental de por vida.

Participación en la Independencia de México

Desde el inicio del movimiento independentista, Leona Vicario formó parte de Los Guadalupes, sociedad secreta y red de informantes que aprovechaban su perfil aristocrático para obtener información de los siguientes movimientos militares de los realistas.

En Marzo de 1813 fue descubierta y tuvo que huir, primero a Michoacán y luego a Huixquilucan, hoy Estado de México. Una vez capturada, su tío consiguió que la recluyeran en Colegio de Belén para no ir a la cárcel.

Tras unas semanas en el Colegio, logró escapar gracias a la ayuda de insurgentes vestidos de soldados virreinales. Lo primero que hizo al recuperar su libertad fue contraer matrimonio con Quintana Roo.

Con el triunfo de la insurgencia, el Congreso le otorgó como premio a sus servicios tres casas en Ciudad de México y una hacienda en Apan, hoy el estado de Hidalgo, así como una pensión vitalicia. Siguió trabajando en el periodismo hasta su muerte en el año de 1842, y es la única mujer mexicana que ha recibido honores de Estado en su funeral.