Uagadugu, 27 feb (EFE).- Burkina Faso pidió hoy una rápida reacción de las agencias y organizaciones humanitarias para paliar la crisis provocada por la llegada de unos 20.000 refugiados procedentes de Malí que huyen de la violencia en su país.

"Esperamos que los médicos (de las organizaciones humanitarias no gubernamentales y de las agencias de la ONU) lleguen a tiempo, ya que la situación de los refugiados podría empeorar", dijo hoy a Efe el coordinador de la Comisión Nacional de Refugiados del país, Denis Ouedraogo.

"Las cifras (de refugiados) se están disparando", agregó Ouedraogo, quien consideró "insignificante" el envío, por parte del Gobierno voltense, de ayuda no alimentaria para los 4.000 refugiados que, a principios de mes, se encontraban en su territorio.

En opinión de la fuente, haría falta proveer alimento, medios de transporte y seguridad a los refugiados.

Por su parte, el representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Uagadugu, Roger Ebanda, indicó a Efe que "harán falta millones de dólares" para encarrilar la situación.

"Hay una afluencia masiva y la ayuda es mínima", lamentó el gobernador de la región voltense del Sahel, Boureima Yiougo, quien señaló que llegan unos 800 refugiados al día a Burkina Faso.

El pasado 17 de enero, el maliense Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), escindido de una alianza que en 2006 firmó la paz con el Gobierno de Malí, se levantó en armas en el norte del país, exigiendo la autodeterminación de esta extensa zona septentrional conocida como Azawad.

Desde entonces más de un centenar de personas han muerto y miles han buscado refugio en los países vecinos (Níger, Argelia, Mauritania y Burkina Faso).

Las autoridades malienses acusan al MNLA de combatir junto a Al Qaeda en el Magreb Islámico, que también tiene el norte de Malí como uno de sus principales feudos.

No obstante, los tuareg del MNLA han negado estas acusaciones.

A principios del presente mes, el Gobierno de Malí y representantes tuareg del grupo "Alianza del 23 de mayo", llamaron, desde Argel, a "potenciar el diálogo y las consultas como medio para lograr las aspiraciones de los pueblos del norte de Malí".

El MNLA está formado por antiguos integrantes de esta alianza, que firmó la paz con Bamako en 2006, así como por los tuareg que combatieron junto a las filas del coronel libio Muamar al Gadafi y que regresaron a Malí tras la caída del régimen libio, el pasado agosto.