Su Winnie Pooh sigue en el mismo lugar.  No se ha movido nada. Su habitación todavía le espera.

La niña, de 14 años en ese entonces, desapareció en el centro de Ciudad Juárez cuando intentaba abordar uno de los desvencijados camiones del transporte público, que la conduciría a su escuela.

El portal de la Físcalía de Chihuahua, señala que desde 1995 al 21 de Febrero de 2012, 119 mujeres han sido reportadas como ausentes o extraviadas.

La lista sitúa a Esmeralda en el sitio 48.

La buscan en el Distrito Federal.

Una llamada le haría saber que existían probabilidades de que la chica, de 17 años ahora, fue trasladada a la capital por una organización delictiva para forzarla a prostituirse.

Don José Luis Castillo, salió de Ciudad Juárez a buscar a su hija, con un par de maletas, mil 800 pesos, un garrafón de agua de 20 litros y un rosario de su pequeñita, su amuleto.

Al llegar al DF, caminó con su mujer a solas, por las calles de barrio bravo de Tepito y la Merced.

Avanzaron por vías desconocidas para ellos, con el recuerdo siempre presente de su hija, buscaban ver “a su niña” la más pequeña, porque medía un metro con 63 centímetros, recuerdan, ver flotar ese cabello castaño oscuro ondulado, que le llegaba a los hombros.

Buscaron infructuosamente esa imagen de aquel rostro infantil de tez blanca, cejas delgadas, ojos medianos ovalados, nariz chica y chata, boca chica con labios regulares.

Esmeralda no apareció en las cientos de caras de mujeres pintadas que están en la Merced o en Tepito ofreciendo sus servicios sexuales.

“En el DF sí hay trata sin embargo las autoridades se hacen de la vista gorda” comenta José Luis.

El padre de Esmeralda asocia su recuerdo a las nieves de sabores: “Siempre nos peleábamos por la nieve de vainilla ¡Siempre!, ¡Siempre!, le compraba un galón de cuatro litros y cuando le decía: -Esmeralda dame nieve,

-Pos cual apá, sí ya me la comí

-¡¿Porque te la comiste?¡

-Porque usté dijo que era para mí y ya no hay nada, mañana compre más.

Don Jose Luis espera encontrarla con vida y que las autoridades hagan algo para ayudarle por que allá en Juárez “siempre se dedican a buscarlas muertas”.

Y camina con un folder grueso lleno de hojas selladas por el Presidente municipal, por el gobernador, por todos, sin embargo las respuestas han sido como una patada en el abdomen de los recuerdos.

“Ya no la busque, igual y se fue con el novio y ya no la quiere ver” le han llegado a decir.

A la pareja aún le restan cuatro días más en la ciudad de México y piensan apretar el paso, ir a la televisoras, aún tienen que repartir muchas “pesquisas” con el retrato de su hija, impresas en billetes de 200 pesos a nombre del Banco Cristo Jesús, aquel a quien muchos le dicen Dios y que paga al cien por uno.

Aún queda agotar todas las instancias, el Centro para Personas Extraviadas y Ausentes (Capea), la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA) que depende de la Procuraduría General de la República y si aquí no se puede, acudir a instancias internacionales como la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).

Los kilómetros recorridos a Don José Luis aún no le saben a derrota, porque siente que cada vez está más cerca de Esmeralda. Entre lágrimas le susurra:

“Esmeralda, ya está pronto hija, ya está pronto, no pierdas la confianza en mi padre Dios, él nos va a reunir mija, a su madre a sus hermanos y a mí, vamos a estar juntos mija, tenga confianza en nuestro Padre Dios, Ya mero mija, Ya mero, mira que te mando que seas fuerte, te esfuerces” .

Y así despacito, se repite a sí mismo para no perder la esperanza:

“Confío en mi padre Dios que me la va a regresar, que me la va a regresar cuando sea su voluntad, nada más espero estar con vida para recibirla, si Dios conmigo ¿Quien contra mí?”.

¿Quién está contra José Luis Castillo? ¿Dónde está Esmeralda?

Las respuestas, también están extraviadas.