Teherán, 26 feb (EFE).- La Comisión Electoral Central de Irán ha comenzado la vigilancia de la campaña para los novenos comicios legislativos que se celebrarán el 2 de marzo en el país, que desde su inició el jueves pasado ha pasado completamente desapercibida en Teherán.

Según Gholam Ali Hayizadeh, jefe de la Comisión Electoral, 54.000 inspectores vigilan eventuales violaciones de la Ley Electoral durante la campaña, aunque, al menos en Teherán y alrededores, no se observan carteles ni octavillas, no hay actos proselitistas programados y la información en los medios es muy escasa.

En la telefonía móvil, sí que se han observado incipientes indicios de campaña, con algunos mensajes SMS en los que se pide el voto para candidatos concretos, según pudo comprobar Efe, pero en internet, sometido a un fuerte control y censura, no hay campaña.

"Hasta ahora, se ha informado de muy pocas infracciones y la cifra demuestra que se han reducido en relación con las anteriores elecciones parlamentarias", dijo Hayizadeh, en referencia a los comicios legislativos de 2008, en los que la campaña fue también anodina, aunque no tanto como ahora.

El 2 de marzo, 48,2 millones de iraníes mayores de 16 años, en un país de 76 millones de habitantes, están convocados a votar a 3.444 candidatos admitidos por el Consejo de Guardianes de la Revolución, poderoso organismo religioso que supervisa la vida política de Irán.

De ellos, 3,9 millones tendrán derecho por primera vez al voto, que se podrá ejercer en 47.000 centros electorales repartidos por todo el país para elegir 290 diputados.

Estos comicios, según fuentes diplomáticas, se pueden considerar los más restringidos en los 33 años de la República Islámica, pues las limitaciones han sido muchas incluso dentro del propio régimen.

Los reformistas que se han podido presentar han sido muy pocos y gran parte de este sector propugna el boicot a los comicios.

Han quedado también relegados muchos partidarios del presidente, Mahmud Ahmadineyad, tachados de "desviacionistas" por los "principalistas" seguidores de Jamenei, que les acusan de poner en duda la primacía religiosa en el régimen y también les vinculan con casos de corrupción y gestión irregular de las instituciones.

El responsable electoral manifestó su esperanza de que los comicios se celebren sin problemas y con gran participación, deseo manifestado por los altos cargos del régimen, en especial por el líder supremo, Ali Jamenei, que temen que una gran abstención deslegitime las elecciones, según diplomáticos en Teherán.

A cinco días de los comicios, en Teherán, el interés por las elecciones parece muy escaso, pero se ha desatado el consumo, que se observa tanto en supermercados como en comercios pequeños y en especial en la zona del Bazar Central, en el mes previo al "Noruz", el Año Nuevo persa, que se iniciará el próximo 20 de marzo.

En algunos de los principales supermercados del norte y el oeste de Teherán, los estacionamientos de automóviles están completos y, a diario, hay colas de 15 a 20 minutos para entrar, algo que no es habitual.

En las zonas comerciales y sus inmediaciones, se observa mucha más publicidad de la habitual, algo similar a los que sucede en Occidente en fechas previas a la Navidad, pero no hay propaganda electoral.

En los comercios, se observa la superposición de etiquetas de precios, por las constantes subidas de los últimos meses, sobre todo en productos importados, mientras en cofres y estanterías de alimentos los empleados reponen constantemente las existencias, que en algunos casos acaban agotadas.

Algunos empleados de supermercados señalaron a Efe que, este año, las compras para el Noruz se han adelantado algo más de lo habitual e indicaron que se puede deber al temor a que, por las sanciones económicas internacionales y las amenazas de ataques de EEUU e Israel, los precios puedan subir aceleradamente en breve plazo.

Las sanciones y amenazas también han incidido en el cambio de moneda, lo que preocupa a comerciantes e importadores, que se han visto con un fuerte encarecimiento y escasez en el mercado libre de las divisas fuertes, como el dólar y el euro, para sus transacciones.

Esto ha provocado que los precios de muchos productos, entre ellos electrodomésticos y equipos informáticos, varíen casi a diario con las grandes fluctuaciones del dólar y el euro respecto al rial iraní, que se ha devaluado en el mercado libre alrededor de un 50 por ciento desde diciembre pasado.

Por Chema Ortiz