El alpinista poblano Roberto Montoya, de entre 28 y 30 años de edad, murió tras sufrir una caída mientras realizaba el ascenso al volcán Iztaccíhuatl, uno de los principales destinos de alta montaña en el centro del país.
El accidente ocurrió el domingo 21 de diciembre de 2025, cuando Roberto Montoya avanzaba junto a tres acompañantes por la ruta conocida como La Arista de la Luz, considerada una de las más técnicas y exigentes del macizo.
Rescatistas recuperan cuerpo de alpinista Roberto Montoya en el Iztaccíhuatl; fue entregado a las autoridades
De acuerdo con los reportes, la travesía tenía como objetivo recorrer la montaña del en el Iztaccíhuatl de norte a sur.



Durante el ascenso, Roberto Montoya cayó en una zona de difícil acceso ubicada entre el Iztaccíhuatl y el cerro Teyotl, en las inmediaciones del Parque Ecoturístico Dos Aguas.
La profundidad de la caída fue estimada entre 200 y 250 metros, aunque otras versiones indican que pudo haber sido cercana a los 50 metros.
Tras el accidente, los acompañantes lograron desplazarse hasta encontrar señal de telefonía móvil para dar aviso a las autoridades, lo que permitió la activación de un amplio operativo de rescate en montaña.
Las labores comenzaron en la madrugada del lunes 22 de diciembre y estuvieron a cargo de especialistas del grupo Rescate Agreste San Rafael, personal de la Cruz Roja Mexicana, técnicos en urgencias médicas de la delegación Amecameca, así como policías estatales y municipales de San Salvador El Verde y elementos de la policía de montaña del Estado de México.
El ascenso se realizó por la ruta del Teyotl hacia el punto del accidente. Las tareas se prolongaron por más de 20 horas debido a las condiciones climáticas adversas y al terreno accidentado.
El cuerpo fue localizado la noche del lunes y su recuperación y descenso concluyeron en la madrugada del martes 23 de diciembre.
Finalmente, el cuerpo de Roberto Montoya fue trasladado a un área cercana al Parque Ecoturístico Dos Aguas, donde la fiscalía estatal realizó el protocolo legal correspondiente.
El Iztaccíhuatl, recuerdan especialistas, exige preparación técnica, experiencia y estrictas medidas de seguridad en cada ascenso.



