México.- Saraí Ávila Arellano tenía 26 años cuando fue reportada como desaparecida el 3 de agosto de 2017 en la ciudad de Puebla; hasta el momento, no hay avances en la investigación, tampoco tienen pistas sobre lo que pudo ocurrir y la familia denuncia que ante la falta de respuesta, puede haber un posible carpetazo del caso.

Las irregularidades en la actuación de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla comenzaron al momento de denunciar pues no se investigó a las personas que vieron por última vez a Saraí. La ficha de búsqueda no salió de manera inmediata y el formato de colaboración ciudadana fue entregado a la familia dos años después de la desaparición.

En entrevista con SDPnoticias Atziri Ávila Arellano, hermana de Saraí, recuerda que la última persona en tener contacto con la joven de 26 años de edad, fue su esposo identificado como Rodolfo. La noche del 2 de agosto, luego de una discusión, habrían salido de su domicilio ubicado en la colonia Prados de Agua Azul y desde ese momento, se desconoce el paradero de Saraí.

“Mi mamá ha intentado mantenerse en contacto con el personal de la Fiscalía a cargo del caso pero no hay nada y parece que le dieron carpetazo porque nadie le dice nada. Desde agosto de 2017, no han investigado a las personas que la vieron ni siguieron el procedimiento de búsqueda”

Atziri Ávila Arellano
Búsqueda de Saraí.

La familia también denunció que desde la desaparición, Rodolfo no les han dejado ver al hijo de Saraí. Han intentado comunicarse con la familia de él, pero no obtienen respuesta a su mensajes. Su exigencia principal es saber dónde está Saraí y qué fue lo que pasó hace 3 años, pues el castigo al o los responsables vendrá en consecuencia de ello.

Desaparición de Saraí, luego de una discusión

El 2 de agosto de 2017, Saraí salió de su domicilio para ir al gimnasio mientras su esposo, Rodolfo estaba en su casa junto a su hijo. Él había quedado en pasar por ella pero no ocurrió y luego de esperar, Saraí se comunicó con un amigo para que la acompañara de regreso a su casa; ahí mismo, el amigo se dio cuenta que la pareja comenzó a discutir.

El amigo de Saraí se fue y luego de esto, sólo existe la versión de Rodolfo, quien contó a las autoridades que tras la discusión, ellos dos y el niño salieron de la casa a bordo de su camioneta. En el camino, cerca del fraccionamiento donde habitaban en la colonia Prados de Agua Azul, por el hotel “La Quinta”, la joven se habría bajado del auto y ya no tuvieron comunicación.

Al día siguiente, el 3 de agosto de 2017, la mamá de Saraí intentó comunicarse con su hija pero no obtuvo respuesta; horas más tarde, fue el padre de Rodolfo quien habló y le dijo que la noche anterior habían tenido una discusión y el hombre junto al niño, llegaron a su casa en Tehuacán, Puebla pero sin la mujer, por lo que no sabían donde estaba.

De acuerdo con Atziri, fue el 4 de agosto cuando denunciaron la desaparición de Saraí; a la Fiscalía llegaron también Rodolfo junto a su papá y dos abogados pero sin comentar algo sobre el posible paradero de la joven, pues la pareja aseguró que no se acordaba dónde había dejado a Saraí.

También destaca que entre las primeras y únicas acciones realizadas por las autoridades fue el cateo de la casa donde vivía su hermana junto a Rodolfo; en esa ocasión, no hallaron la computadora personal de Saraí, ni su celular, ni la pañalera que usaba, pero hasta el momento, todo esto sigue sin ser investigado.

Saraí.

“La Fiscalía no hizo su trabajo para encontrar a Saraí”

Para seguir buscando justicia, Atziri compartió el caso de su hermana por redes sociales. Ahí acusó que la Fiscalía de Puebla no hizo su trabajo para encontrar a Saraí, incluso agregó que la carpeta de investigación ha estado detenida por más de un año. Sobre investigar a la pareja de la joven, las autoridades les dicen que “no hay pruebas suficientes”.

“Exigimos que se reabra el caso y esclarezca lo que le sucedió a Saraí”, reitera la familiar de la joven que estudió pedagogía y era maestra de un kínder. Además, era activista por la defensa de los animales pues buscaba fondos para apoyar albergues y también tenía negocios de ropa y maquillaje en línea.

Una persona amable, agradecida, detallistas que no ha tenido justicia, es como la describen. También era una mujer fuerte, valiente y protectora con sus seres queridos y su hijo. Su hermana cuenta que durante la relación con Rodolfo, la mujer fue víctima de violencia psicológica y en ocasiones, sus brazos tenían moretones.

Desde que comenzaron la búsqueda, la familia también ha sido amenazada y los han intentado extorsionar, aunque repiten que seguirán hasta saber qué ocurrió con Saraí y tenga justicia.