Ciudad de México.- El presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), Edgar Elías Azar, aseguró que se hacen acciones para “limpiar la casa”, luego de la orden de aprehensión girada contra el titular del Juzgado 78 Civil, Justino Ángel Montes de Oca Contreras.

 

El también presidente del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal dijo que la separación del cargo del referido juzgador se debió a que existen elementos suficientes de la Procuraduría capitalina para consignar el expediente y por tanto que un juez penal girara una orden de arresto.

 

La orden de captura contra Montes de Oca Contreras es por los delitos de denegación y retardo de la justicia, ordenamiento que fue aprobado por el pleno de magistrados del propio TSJDF y que no se ha cumplimentado porque Montes de Oca Contreras “está escondido”, dijo el presidente del TSJDF.

 

En conferencia de prensa, Elías Azar mencionó que contra el juzgador se iniciaron varias averiguaciones que no prosperaron, pero a la fecha se tienen cuatro procedimientos administrativos aperturados y dos averiguaciones previas.

 

En este sentido, el presidente del TSJDF rechazó que las acciones que se tomaron contra el juez 78 civil fueran motivo de una venganza personal, ya que para que se dictara la orden de aprehensión tenía que se ser aprobada por todo el Consejo de la Judicatura y solicitada por la Procuraduría capitalina.

 

Por lo que respecta a la “limpieza de la casa”, dijo que más que una campaña es una tarea permanente la que se hace para la vigilancia de la buena actuación de los juzgadores.

 

En este caso, mencionó que cuando tomó posesión como presidente del TSJDF y del Consejo de la Judicatura local, había en la procuraduría capitalina unas dos mil averiguaciones contra magistrados y jueces, y ahora sólo existen 70, de las cuales 99 por ciento de los casos podrían no prosperar.

 

Lo anterior, expuso, es porque en la mayoría de los casos, litigantes interponen una denuncia contra el juzgador cuando reciben un fallo en contra y tienen que explicar de alguna forma que perdieron el caso.

 

“Los desvíos de conducta en el servicio público siempre molestan en grado sumo a la sociedad; pero cuando el desvío es de quien aplica la ley, de un juzgador, esa molestia se torna en irritación y en una sentida demanda de justicia”, aseveró.

 

Por ello, agregó, “no por evitar un problema evadiremos la responsabilidad de eliminar a jueces que no merecen la alta investidura de ser juzgadores, no los queremos impartiendo justicia”.