En un par de días, la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, anunciará cuáles serán las siguientes acciones a tomar de acuerdo a la estrategia de semaforización. Sabremos si, a partir del lunes 29 de junio, se permitirá la reanudación de ciertas actividades —si bien dentro de ciertos horarios y/o cuotas de aforo—consideradas no esenciales, como es la apertura de comercios, espacios de entretenimiento y restaurantes; estos últimos ya anuncian en medios que el 28 operarán de nuevo.

Ya la semana pasada, la titular local tomó la decisión de que los capitalinos permanecieran en una situación de semáforo rojo debido a que no se registró decremento en la saturación de camas hospitalarias para atención de pacientes de Covid-19. Se llegó a esa determinación a pesar de que el gobierno federal, otras entidades de la República y un sector ciudadano conminaban a acelerar el pronto retorno a la normalidad.

Las empresas OPMI y SRS midieron el apoyo de los capitalinos en torno a esa —aparentemente poco popular, pero necesaria— decisión.

A una muestra representativa de los habitantes de la CDMX se les preguntó lo siguiente:

¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con la jefa de gobierno Claudia Shienbaum, en la necesidad de extender el semáforo rojo en la Ciudad de México, continuando con un nivel de alerta máxima por el coronavirus donde se permite sólo la operación de las actividades esenciales, y hay más restricción en los espacios púbicos como supermercados y restaurantes?

Claudiametrics

Un abrumador 75% de los encuestados dijeron entender y apoyar la decisión de continuar confinados y restringidas las actividades no esenciales, mientras que 19% no está de acuerdo con la postura gubernamental. El porcentaje de indecisos resultó muy bajo (9%), lo que solo indica que la población tiene una opinión muy definida en la materia.

Claudiametrics

A partir de estos resultados, es notable observar que, si bien evidentemente se percibe y comprende la urgencia de reactivar la economía local, la gran mayoría de la gente privilegia las medidas que no arriesgan su salud y, con ello, las expectativas, pronósticos y cálculos de riesgo que está teniendo la autoridad local.

Ahora se aproxima otra difícil decisión que recae nuevamente en Claudia Sheinbaum: transitar hacia un semáforo naranja y permitir la apertura de actividades no esenciales o volver a sostenerse en la situación vivida desde hace dos semanas.

La jefa de gobierno tiene fundamentos para inclinarse por cualquiera de las dos posicionamientos. Por una parte, los números de contagio y muertos resultado del Covid-19 continúan a la alza en México (casi 6000 nuevos contagios y más de 900 defunciones en un día, 24 de junio); por la otra, la saturación de hospitales y centros de salud en la capital debido a casos de contagio se ha estabilizado y, de hecho, va ligeramente a la baja.

No obstante, para arribar a una nueva decisión que impere al menos durante la semana que va del 28 de junio al 5 de julio, existen factores sobre los que el gobierno de la Ciudad de México trabaja pero no controla en su totalidad: 

  1. Promover el uso de cubrebocas
  2. Mantener la sana distancia
  3. Fomentar las medidas de higiene
  4. Reducir, en la medida de lo posible, la movilidad, particularmente la que pueda ocurrir entre la capital y municipios de estados aledaños
  5. Imponer los horarios y restricciones que van de acuerdo a un semáforo naranja.

Sirva de aliento para la jefa de gobierno de la CDMX, por lo pronto, saber que cualquiera sea la decisión que tome en esta segunda ocasión parte de una base de apoyo y confianza muy amplio en torno a lo que ella gestiona y el cómo lo hace.

Metodología

Se levantaron 600 encuestas telefónicas en la Ciudad de México el 24 de junio. Ello con el método de robot, enviando las preguntas mediante un mensaje pregrabado que contestaron los entrevistados en su teclado telefónico. La muestra fue probabilística, entre hombres y mujeres con teléfono en la ciudad, con un margen estadístico de error de +-4%.