El estudio realizado por el investigador Jie Li de la Universidad de Michigan y profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente, asegura que el carbono de la Tierra llegó al planeta del espacio exterior, es decir mucho antes de que el disco protoplanetario -la nube de polvo y gas que rodeaba al sol- se formara y se calentara.

Además, la investigación publicada en el Science Advances asegura que el carbono de la Tierra muy probablemente fuera tomado luego del nacimiento del sol, es decir que el carbono terrestre sobrevivió a un viaje estelar del espacio exterior hacia el planeta para dar origen a la vida en él.

Antes de la publicación, se tenía la idea de que el carbono terrestre provenía de moléculas presentes en el gas nebular, mismo que se acumulaba en algún planeta rocoso cuando los gases se enfrían y las moléculas se precipitan.

El estudio señala que el carbono vaporizado no se vuelve a condensar

Sin embargo, el equipo de Jie Li, el cual integra al astrónomo Edwin Bergin de la Universidad de Michigan, a Geoffrey Blake del Instituto de Tecnología de California, a Fred Ciesla de la Universidad de Chicago y a Marc Hirshmann de la Universidad de Minnesota aseguran que las moléculas de gas que transportaban carbono no estarían presentes en la Tierra porque una vez que el carbono se vaporiza no se vuelve a condensar.

“El modelo de condensación se ha utilizado ampliamente durante décadas. Se asume que durante la formación del sol, todos los elementos del planeta se vaporizaron y, a medida que el disco se enfrió, los gases se condensaron y suministraron los ingredientes químicos a los cuerpos sólidos; pero eso no funciona en el carbono.”

Jie Li, investigador

Los investigadores observaron cómo se procesa el carbono cuando los pequeños precursores del planeta -conocidos como planetesimales- retienen carbono durante su formación inicial.

Los núcleos metálicos de estos cuerpos, ahora conservados como meteoritos de hierro, muestran que gran parte del carbono debe perderse a medida que los planetesimales se derriten, forman núcleos y pierden gas.

Con información de Europa Press.