Ciudad de México.- Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron al pie de lo que fue el Templo Mayor de la antigua Tenochtitlán, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, un esqueleto humano rodeado por más de un millar de huesos de niños, jóvenes y adultos.

 

Se trata del primer y único hallazgo en su tipo registrado, en él se observa el esqueleto de una persona adulta acompañado por piezas óseas humanas de diversas edades, señaló el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, responsable del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del INAH.

 

Además de los restos óseos, informó, se encontró una estructura circular de tezontle que contenía un tronco, el cual por su ubicación, correspondería a uno de los árboles ‘sagrados’ asociados a lo que fue el adoratorio a Huitzilopochtli, y a la plataforma circular, descubierta en 2011.

 

Los descubrimientos ocurrieron durante las labores que se realizan en el predio denominado Plaza Manuel Gamio, para la creación de un vestíbulo de acceso a la Zona Arqueológica y Museo del Templo Mayor, detalló el INAH.

 

De acuerdo con la antropóloga física Perla Ruiz, encargada de la excavación, el esqueleto completo corresponde a una mujer joven, lo que se ha determinado por la forma del cráneo y de la pelvis.

 

Indicó que tras concluirse la extracción de los restos se contabilizó un total de mil 789 huesos, entre los que se han identificado 10 cráneos, tres de niños y siete de adultos, así como algunas vértebras y esternones con posibles huellas de corte.

 

Por la cantidad de piezas óseas, los investigadores creen que fueron exhumados en esa época de algún otro lado, lo cual se determinará con exactitud con estudios de fechamiento.

 

La especialista comentó que todos los huesos fueron enviados al Laboratorio de Antropología Física del Museo del Templo Mayor, donde serán sometidos a análisis osteológicos, para determinar aspectos como el número exacto de individuos que conforman la ofrenda, el sexo y edad de cada uno de ellos.

 

Igualmente se definirán sus patologías y marcas, las cuales indicarán el tipo de actividades a las que se dedicaron en vida.

 

Por su parte, Rocío Morales, arqueóloga encargada de la investigación del entierro prehispánico, señaló que entre los objetos encontrados hay una pequeña olla de cerámica, que se halló del lado izquierdo de la osamenta completa, además de diminutos fragmentos de carbón.

 

Asimismo, destacó, a 35 metros de distancia del enterramiento se descubrió una estructura circular hueca de tezontle con recubrimiento de estuco, en cuyo interior había un tronco de encino, que posiblemente data del lapso que va de 1440 a 1469.

 

La estructura se detectó frente a la plataforma con cabezas de serpiente, localizada en 2011, con dirección a donde estuvo el adoratorio de Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra, lo que sugiere que se trata de uno de los árboles ‘sagrados’ del recinto ceremonial de Tenochtitlán.

 

Lo anterior, dijo el arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, se infiere a partir de las crónicas de fray Bernardino de Sahagún y Diego Durán, quienes en sus textos “Historia General de las cosas de la Nueva España” e “Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme” refieren que había diversos árboles con significado ritual dentro del recinto sagrado.

 

Dicho hallazgo confirma lo que las fuentes históricas describen, aunque por el momento ignoramos las funciones específicas de este tronco, puntualizó el responsable del PAU.

 

El arqueólogo Edgar Nebot García, del Museo del Templo Mayor, abundó Raúl Barrera Rodríguez, continúa la excavación e investigación de la estructura circular que lo rodeaba, con el objetivo de dilucidar su relación con el cuauhxicalco y con lo que fue el adoratorio a Huitzilopochtli”.

 

Por su parte, Dara Valencia Hernández, responsable de las labores de restauración en la Plaza Manuel Gamio, señaló que los restos del árbol presentan buen estado de conservación, sólo con algunos signos de ataque de insectos, por lo que es fumigado constantemente, como proceso de conservación preventiva.

 

“Una vez terminadas las obras de infraestructura del nuevo vestíbulo para la Zona Arqueológica y Museo del Templo Mayor, el tronco y su estructura circular, serán exhibidos en el espacio donde fueron encontrados para disfrute y conocimiento de los visitantes”, concluyó Raúl Barrera.