Tuxtla Gutiérrez.- La Procuraduría General de Justicia del Estado arrestó al propietario de la Clínica Pijijiapan, Pedro Hugo Ibarra Campero, después de que las autoridades comprobaron que de manera irresponsable arrojaba a cielo abierto residuos peligrosos.
El Agente de Ministerio Público adscrito a la Fiscalía Especializada en Atención a los Delitos Ambientales constató que la clínica no cuenta con la autorización de impacto y riesgo ambiental emitido por la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural.
De acuerdo con las investigaciones, la emisión de esos desechos sólidos representa un grave daño al ambiente al no tener un manejo adecuado de los residuos peligrosos, por lo que existe una alta posibilidad de riesgo de transmisión de enfermedades.
En un comunicado, la Procuraduría local indicó que se confirmó que del inmueble ubicado en la Cuarta Avenida Sur y Primera Calle Oriente, en el Barrio San José, se desalojaban bolsas de plástico y cajas de cartón con material quirúrgico.
Entre otros artículos, se desechaban de forma irregular jeringas, agujas, lancetas, guantes de látex, gasas y vendas con manchas de sangre.
Habitantes de los ejidos Monte Cristo y Nuevo Milenio Santa Cruz que se encuentran en las cercanías del basurero municipal de Pijijiapan, denunciaron que las aves riegan los desperdicios, lo que se convierte en un peligro para sus familias.
Uno de los guardias del basurero municipal señaló que en abril de 2011 personal de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural realizó una inspección al tiradero y recomendó no recibir desechos de rastros y hospitales, así como animales muertos, pues requieren un manejo especial.
Agregó que personal de la Clínica Pijijiapan acudió al lugar a deshacerse de desechos tóxicos en días que no pasa el camión de la basura.
Uno de los operadores del camión recolector afirmó que en fechas recientes Pedro Hugo Ibarra Campero llevó personalmente al basurero municipal diversas bolsas con desechos provenientes de la clínica.
Refirió que los microorganismos son capaces de causar enfermedades serias y hasta la muerte, entre ellas la hepatitis B y C; VIH, malaria, sífilis y otras producidas por gérmenes propios de los hospitales.
Los residuos biológico-infecciosos desechados en un basurero de residuos sólidos urbanos provocan un cambio en el ecosistema, toda vez que la emisión de gases y olores al aire, así como el retardo de la degradación del contaminante, activa un daño al medio ambiente.
Ibarra Campero fue puesto a disposición del Juez Primero del Ramo Penal del Distrito Judicial de Tuxtla e ingresado al Penal El Amate, desde donde enfrentará el proceso en su contra.
Se le acusa de los delitos de ecocidio en la modalidad de actividades que ponen en riesgo la salud de la población y sin autorización de impacto y riesgo ambiental, sancionados por el artículo 457 del Código Penal del Estado.