El remake de La Mano que Mece la Cuna, dirigido por Michelle Garza Cervera en Disney+, se presenta como una reinterpretación contemporánea del clásico thriller psicológico de 1992.

Esta nueva versión de La Mano que Mece la Cuna intenta actualizar los miedos domésticos para una audiencia moderna. Aunque la propuesta es ambiciosa, su ejecución narrativa deja espacios vacíos.

Aquí te dejamos nuestra reseña de 5 puntos:

  1. La Mano que Mece la Cuna trata de actualizar la premisa original
  2. Las actuaciones de La Mano que Mece la Cuna quedan por debajo de lo esperado
  3. La atmosfera y ritmo de La Mano que Mece la Cuna es irregular
  4. La Mano que Mece la Cuna no cumple con sus ambiciones
  5. La Mano que Mece la Cuna falla bastante en su narrativa

La Mano que Mece la Cuna trata de actualizar la premisa original

Algo que hay que reconocer es que La Mano que Mece la Cuna trata de actualizar la premisa original, siendo uno de sus puntos más rescatables.

La historia sigue a Caitlyn, una madre con mucho estrés que contrata a una niñera perfecta, Polly, sin saber que esta tiene motivos ocultos para infiltrarse en su hogar.

A diferencia del original, donde la motivación de la antagonista era una venganza personal ligada a la pérdida de su esposo, el remake trata de hacer las cosas más personales.

Pues hay algo que se oculta detrás de las protagonistas que les da motivos para desconfiar tanto de ellas mismas, como entre sí.

Además de mostrar cómo es la maternidad actual, la cual parece más compleja principalmente por la sobreprotección de madres y padres, mostrando a gente ajena al círculo familiar como una vía de escape para los hijos.

La Mano que Mece la Cuna

Las actuaciones de La Mano que Mece la Cuna quedan por debajo de lo esperado

Lamentablemente, fuera de sus intenciones primarias, la película falla en casi todos sus demás aspectos, una muestra clara es que las actuaciones de La Mano que Mece la Cuna quedan por debajo de lo esperado.

Maika Monroe ofrece una interpretación de Polly sin matices, vendiéndose como una antagonista prototípica en casi toda la película, sin dar espacio para la sorpresa o algún giro hasta el último acto.

Mary Elizabeth Winstead, en cambio, trata de hacer lo mejor que puede con lo que tiene para Caitlyn; dando una actuación pasable, pero que tampoco sorprende del todo.

Por su parte, los personajes secundarios como el esposo y el amigo de Caitlyn, están subdesarrollados y funcionan más como dispositivos narrativos que como figuras con agencia.

La Mano que Mece la Cuna

La atmósfera y ritmo de La Mano que Mece la Cuna es irregular

La atmósfera y ritmo de La Mano que Mece la Cuna es irregular, pues por cada momento interesante, hay otro que disminuye el impacto de la película.

La directora Michelle Garza Cervera apuesta por una estética sobria, con encuadres cerrados, iluminación tenue y una paleta de colores fríos que refuerzan el aislamiento emocional de los personajes.

No obstante, aunque la atmósfera es inquietante, el ritmo narrativo es irregular; el primer acto establece bien la tensión, pero el segundo se diluye en escenas repetitivas y decisiones poco creíbles.

Mientras que el clímax, aunque visualmente potente, no logra el impacto emocional que promete, quedando todo como algo más anecdótico que otra cosa.

La Mano que Mece la Cuna

La Mano que Mece la Cuna no cumple con sus ambiciones

Dentro de la actualización que se le quiere hacer a la obra, se introducen temas de abuso e inclusión; el problema es que La Mano que Mece la Cuna no cumple con sus ambiciones en este aspecto, sintiéndose irrelevante.

La película solo maneja de manera rápida las menciones al abuso, así como a la inclusión y diversidad, para después diluirse en el resto de la trama sin volverse a tocar.

Estos temas no se integran orgánicamente en la trama. El discurso se siente más impuesto que emergente y en ocasiones interfiere con la lógica interna del thriller.

Creando conveniencias, agujeros de guion y pareciendo que se quiere más “palomear una lista” que tratar estos apartados a profundidad.

La Mano que Mece la Cuna

La Mano que Mece la Cuna falla bastante en su narrativa

Como se puede ver La Mano que Mece la Cuna falla bastante en su narrativa, haciendo que la película no se sienta relevante y quede por debajo de lo que se esperaría de la actualización del clásico.

Esas traiciones a la lógica interna por reinterpretar un clásico desde una nueva mirada, quedan más como un experimento que como thriller efectivo.

Lo que hace que el enfoque de diversidad, que bien manejado hubiera dado un nuevo aire a la película, no justifique las inconsistencias narrativas.

Quedando al final muchas cosas en el aire, principalmente el giro del final, el cual en realidad nunca queda del todo patente, ya sea implícita o explícitamente.

La Mano que Mece la Cuna

¿Vale la pena La Mano que Mece la Cuna?

La Mano que Mece la Cuna es una obra ambiciosa que intenta renovar el thriller doméstico con una mirada contemporánea.

Aunque destaca por su intención de subvertir el género y por su atmósfera inquietante, La Mano que Mece la Cuna falla en sostener la tensión narrativa y en construir personajes convincentes.

Es más valiosa como propuesta discursiva que como experiencia cinematográfica, aunque no por eso se vuelve un producto relevante.

Para quienes buscan un thriller clásico, puede resultar frustrante; para quienes valoran la experimentación temática, no ofrece puntos de discusión interesantes.