México.- Han pasado poco más de 22 años desde que Cruz Azul levantó su último título de Liga MX, de modo que la sequía es inaguantable. Sin embargo y para lamento de los fieles hinchas celestes, luce poco probable que la tendencia negativa se vaya a revertir pronto.

Es más, todo parece indicar que el Clausura 2020 será un auténtico suplicio para una Máquina que hace dos semanas no tenía director deportivo y que hoy por hoy intenta armar un equipo al vapor.

Inestabilidad directiva

La principal causa de la crisis deportiva que vive el cuadro cementero es la falta de certeza en torno a quién toma las decisiones de peso, máxime luego de la reaparición de Víctor Garcés, “cuñado incómodo” de Guillermo Álvarez, presidente del club.

De hecho, fue Garcés, supuesto vicepresidente, el que echó a Pedro Caixinha y Ricardo Peláez para traer a Robert Dante Siboldi, actual entrenador. Tal acontecimiento, ocurrido en septiembre pasado, propició una mayor inestabilidad de la que de por sí existía.

Falta de un proyecto sólido

Lo anterior deriva en que no haya un plan claro a seguir en los intramuros celestes, ya que, por ejemplo, mientras a finales de diciembre Chivas presentaba ocho refuerzos, Cruz Azul ni siquiera tenía una cabeza en lo deportivo hasta que hace unos días se anunció la llegada de Jaime Ordiales.

De ahí la pésima planificación en cuanto a altas y bajas, muestra de ésta es que, en la víspera del inicio del Clausura 2020, carezcan de delanteros experimentados debido a las salidas de Martín Cauteruccio y Bryan Angulo, así como por la fractura de Milton Craglio. Por ende, Santiago Giménez, es decir, el “Chaquito”, tendrá la gran oportunidad de mostrarse.

No obstante, se antoja muy complicado que un chamaco de 18 años pueda ser la solución que requiere el equipo celeste, que por cierto se quedó fuera de la Liguilla pasada, algo imperdonable para una institución que reclama el mote de “grande”.

Esos son los ¿refuerzos?

Pese a que Cruz Azul podría sufrir la salida de hasta ocho futbolistas en distintas posiciones, la directiva apenas ha traído al portero Sebastián Jurado, a Luis Romo, defensor, y Pablo Cepellini, mediocampista.

Asimismo, La Máquina la “cruzazuleó” en el escritorio al quedarse sin el fichaje del ariete marfileño Aké Loba, quien todo parecía indicar llegaría a La Noria pero que de último minuto fue anunciado como refuerzo de Rayados.

De manera que luce casi imposible que los cementeros desempeñen un buen papel en el torneo venidero, pues de nueva cuenta y como se ha hecho en gran parte de las últimas dos décadas, las altas esferas, como diría un filósofo alemán, “construyeron la casa comenzando por el techo”.