Los dioses se han marchado, nos queda la televisión.<br>

Manuel Vázquez Montalbán

Las clásicas mala y buena noticias

En las semanas anteriores hubo problemas en La Octava, televisora de Radio Centro. Un periodista de internet renunció ruidosamente, bien a bien no supimos por qué e inmediatamente después se supo que dejaba la dirección editorial de la empresa uno de los columnistas más respetados y con mayor credibilidad de México, Julio Astillero Hernández. Ojalá las cosas mejoren en ese medio de comunicación que se había atrevido a intentar hacer cosas de manera distinta.

Dicen que las malas noticias nunca llegan solas. A veces llegan acompañadas de otras malas noticias, lo que es terrible. Pero en ocasiones, lo que viene después de ellas es algo muy positivo. Y es lo que está pasando en la industria de la televisión mexicana.

El buque navega

“Mañana, el trasatlántico El Heraldo llega a la TV abierta por el Canal 10 en el Valle de México”. Es lo que pensé cuando leí este domingo temprano la columna de Álvaro Cueva en el periódico Milenio.

No competirá con Televisa, líder indiscutible que mantiene los más elevados niveles de audiencia en México —en televisión, en radio, en revistas, inclusive en internet, donde como grupo, según las estadísticas de ComScore, es la empresa con más usuarios únicos en nuestro país—, eso por sabido se calla. El objetivo de El Heraldo TV es más realista y desde luego alcanzable: consolidar la integración de un grupo mediático del nivel de Grupo Milenio. Es un logro mayor que sus propietarios y directivos —Ángel Mieres y Franco Carreño, entre otros— alcanzaron en tiempo récord.

Antes del 2 de mayo de 2017, El Heraldo era una marca muerta. Hoy es uno de los grupos mediáticos más importantes de México, ya que opera un periódico (aclaro posible conflicto de interés: publico en sus páginas artículos de opinión tres veces a la semana), estaciones de radio FM en la Ciudad de México y en Guadalajara y, a partir de mañana lunes, estrenará su Canal 10 de televisión abierta.

Canal 10

Se dice fácil lo conseguido en el mes en que el nuevo El Heraldo de México llegó a sus primeras mil ediciones. Vaya reto el que ahora enfrenta esta compañía, un canal de televisión abierta en la Ciudad de México, el 10.

Canal 10, sí, que antes era el Canal 28. No es un cambio menor, ya que como ha dicho Cueva, con el nuevo número se “va a colocar entre las marcas Nueve de Televisa y Canal Once del IPN, que gozan de una popularidad altísima”.

A propósito del Canal Once, ¿nadie asesora a Felipe Calderón?

Para el anecdotario el tuit de hace unos días del ex presidente, quien se equivocó en su afán de culpar a AMLO de todo. Dijo Calderón en Twitter:

Pues no, señor Calderón, el periodista Javier Solórzano no dejó el Canal Once por presiones de la 4T. Este destacado personaje de los medios simple y sencillamente aceptó una oferta de trabajo en una de las empresas más pujantes de México. Hizo lo correcto porque él va a crecer en lo personal en una compañía no solo llamada a crecer en el futuro, sino que no ha dejado de incrementar su relevancia desde 2017. Solórzano competirá con grandes periodistas como Denise Merker y Ciro Gómez Leyva

Debería haber una ley que obligara a los políticos a informarse adecuadamente antes de decir cualquier cosa, ¿no lo cree así, Felipe? 

En todo México

El Canal 10 tiene cobertura abierta en la Ciudad de México. Pero, claro está, gracias a la TV de paga e internet su transmisiones se podrán ver no solo en la capital y estados vecinos, sino en prácticamente todo el país donde sin duda cobrará pronto mayor y merecida relevancia.

“Donde todos frenan yo acelero”

Es lo que parece decir el empresario Ángel Mieres que invierte, contrata personal y arriesga sus recursos en un contexto en el que otros medios han dejado de invertir e inclusive están despidiendo periodistas.

Eso es bueno para toda la industria. Que Heraldo Media Group agregue con el Canal 10 un importante ingrediente a su corporativo, necesariamente obligará a sus competidores a esforzarse más, sobre todo a ofrecer variedad y calidad de contenidos, análisis periodístico y oportunidades reales de crecimiento de todo tipo para su planta laboral.

Pareciera un lugar común, pero en estos casos no está de más decir que El Heraldo decidió apostar por México, invertir a lo grande, logrando insertarse en los primeros sitios de cobertura noticiosa a pasos agigantados. En prensa, radio y ahora TV viene a cimbrar el ámbito informativo en México, en un momento de por sí particularmente difícil para diversos medios de comunicación nacionales, incluyendo los públicos, debido a la nueva relación que sostiene el gobierno federal con ellos y muy particularmente a la reducción de presupuesto para la compra de publicidad oficial.

Será sumamente interesante ver cómo reaccionan a esta competencia —que sale de cualquier parámetro, que no acarrea viejos vicios y que carece de ataduras externas— los otros espacios noticiosos, así como observar cambios que se den en tendencias, orientaciones, ventas y audiencias.

Televisa y su liderazgo

Repasemos las noticias recientes más importantes de la industria de medios en México:

√ Primer acto: Juan Aguirre, de Radio Centro, invirtió en un canal local de televisión abierta en la Ciudad de México, La Octava.

√ Segundo acto: Francisco González, de Milenio, invirtió en un canal local de televisión abierta en la Ciudad de México, Multimedios.

√ Tercer acto: Olegario Vázquez Aldir, de Grupo Imagen, vendió una estación de radio y alquiló un canal de televisión (el que era 28 y ahora es 10) a Ángel Mieres, de El Heraldo, quien ha invertido más que nadie para participar en los medios electrónicos tradicionales?

¿Cómo se llama la obra? “Los medios electrónicos tradiciones, sobre todo la TV, siguen siendo los más relevantes en México”.

Digamos las cosas como son o, dice el refrán, honor a quien honor merece. Que la televisión abierta siga siendo tan importante en México se debe, más que a la demografía o a la estructura socioeconómica del país, al empuje de tres talentosos empresarios que han sabido conducir con destreza e inclusive aumentando la velocidad a la que camina la empresa de medios más importante de habla hispana, Televisa.

Si el líder no solo no ha cedido terreno frente a los nuevos medios, sino que ha sabido incrementar su relevancia, obliga a los seguidores a ponerse las pilas. Este es un mérito innegable de los que mandan en Televisa, Emilio Azcárraga, Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia.

Si alguien conoce la importancia de Televisa es el presidente López Obrador. No solo por la calidad de sus noticieros y otras producciones en la TV de paga (dominada por Televisa), en internet (el liderazgo es de Televisa), en radio (Televisa tiene la mitad del grupo radiofónico con mayor audiencia en México), en revistas (Televisa imprime y distribuye más que nadie)…, además de todo lo anterior, como bien sabe el político mexicano que —al margen de lo que pensemos de su ideología— es el que más recorre las comunidades verdaderamente pobres y apartadas de México, la única empresa de medios que llega a esas regiones marginadas es Televisa. No solo llega: lo hace con programas y noticieros interesantes que consiguen que la gente se siente frente al televisor y les dedique tiempo a verlos.