Uno no sabe para quién trabaja.<br>

Dicho popular

Bien los gabinetes paritarios, pero no basta

Se ha politizado (se usa la palabra aquí como sinónimo de grilla, politiquería), demasiado en mi opinión, la crisis del feminicidio. Conviene distinguir entre la justa protesta de las mujeres y la grilla en torno a la misma desatada por los oportunistas, de todos los partidos, que nunca faltan. En ese sentido, y solo en ese llevaré tal politización hasta sus últimas consecuencias.

Las respuestas que el presidente López Obrador ha dado cuando, en las mañaneras, lo han cuestionado sobre el tema, han sido utilizadas para golpearlo a él y a su gobierno. Normal en una democracia: los grupos de oposición o simplemente los ciudadanos que no están de acuerdo con el gobierno aprovechan cualquier circunstancia para debilitar a quien está en el poder.

Personalmente, y como dijo Jorge Zepeda Paterson en el portal Sin Embargo, creo que AMLO ha dado muestras de sobra de que apoya la causa de las mujeres: cuando gobernó la capital del país, en el 2000, presentó con “orgullo un gabinete paritario (ocho hombres y ocho mujeres)”. En el momento en que llegó a la presidencia a finales de 2018, hizo lo mismo. Muy bien, ¿es suficiente?

La vieja cultura 

Los problemas de Andrés Manuel al referirse a las mujeres son culturales —por ejemplo, llamar “mi reina” a cualquier reportera que lo cuestiona—, pero su utilización de un lenguaje no del todo apropiado en la actualidad se explica por su origen y por su edad. Y es que, en efecto, como en el caso de millones de mexicanos, la palabra “feminicidio” no había formado parte de su lenguaje. Esta es una palabra relativamente nueva, que se empezó a usar en los setenta: el término lo creó, en Inglaterra, Mary Orlock, pero en un tribunal lo usó por primera vez en 1976, en Bélgica, Diana Russell.

Tendrá Andrés Manuel no que incluir de ahora en adelante tal palabra en su vocabulario, sino ser mucho más empático cuando una mujer la mencione frente a él.

Problema real

Ahora bien, ¿la politización de la crisis del feminicidio perjudica a la 4T? Creo que no. Más bien fortalece el único proyecto sucesorio que parece contemplar AMLO.

Me pregunto: ¿ya se habrán dado cuenta algunos opositores a AMLO y a la 4T —pero muy particularmente los hoy vociferantes detractores desmemoriados— que están creando las condiciones para la candidatura presidencial de Claudia Sheinbaum en el 2024?

Me explico:

A partir de la conferencia mañanera del viernes, en medios y espacios de opinión, aunque mayormente en redes sociales, se ha generado una amplia crítica (no sé si real o ayudada por miles de bots, pero en el fondo eso no importa) contra López Obrador. Ello a raíz de lo que no dijo (más bien, de lo que dijo pero que aparentemente no fue suficiente) y por cuanto a lectura que algunos le han dado a su actitud mostrada al ser cuestionado sobre la crisis de feminicidios —esa sí real— que atraviesa nuestro país (en México, cada cuatro minutos ocurre una agresión sexual; cada dos horas y media, una mujer es asesinada; solo el 5% de los casos se resuelve).

Transcribo algunos fragmentos de la conferencia manera del 14 de febrero al respecto de este punto:

FRIDA GUERRERA: Uno de los puntos —¿me prestas el micrófono?— uno de los puntos —soy Frida Guerrera, nos conocemos desde hace muchos años—, uno de los puntos que desgraciadamente durante todos estos años se ha vivido en este país para que se tergiverse justamente los mensajes es la falta de claridad justo en esos mensajes.... Entendemos el tema de la igualdad, de verdad. Y no es guerra de hombres contra mujeres, pero tenemos que tener claro que el tema del feminicidio es un tema especial... Es que es justamente lo que la gente allá afuera está esperando que usted haga, que haya ese interés real del tema específico de feminicidio...".

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: ¿Y no basta con lo que estoy diciendo?

FRIDA GUERRERA: Pero me está hablando otra vez de hombres, mujeres…

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Ah, bueno, a ver, a ver, el mensaje para el feminicidio.

Uno. Estoy en contra de la violencia, en cualquiera de sus manifestaciones.

Dos, se debe proteger la vida de hombres y de mujeres, de todos los seres humanos.

Tres, es una cobardía agredir a la mujer.

Cuatro, es un anacronismo, un acto de brutalidad el machismo.

Cinco, se tiene que respetar a las mujeres.

Seis, no agresiones a mujeres.

Siete, no a crímenes de odio contra mujeres.

Ocho, castigo a los responsables de violencias contra mujeres.

Nueve, el gobierno que represento se va a ocupar siempre de garantizar la seguridad de las mujeres.

Diez, vamos a garantizar la paz y la tranquilidad en México.

Ya....

FRIDA GUERRERA: Ellas dicen que no van a parar la manifestación hasta que no salga a hablar con ellas.

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Que no la paren, que se sigan manifestando y que todo lo que resiste, apoya.

FRIDA GUERRERA: ¿Va a salir a hablar con ellas?

PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: No, ya expresé.

Insisto, faltó empatía

Mi muy personal opinión, como crítica declarada de la Cuarta Transformación, es que si acaso muy probablemente al presidente lo que le faltó fue empatía: mostrar una actitud más sensible a las interrogantes, al tema y a la situación que se vive. Una actitud que, por lo general, tiene y ha aprendido a manejar muy bien en la mayoría de los escenarios, sobre todo cuando se comunica con ciudadanos y reporteros, y que ciertamente su decálogo para el combate a la violencia contra las mujeres no pudo subsanar. Pero la verdad es que no hay mucho que reprocharle en las formas.

Por cuanto al fondo, ya dije en mi artículo del domingo en este mismo espacio, “Olga, las mujeres y el #FeminicidiosEmergenciaNacional“, que se hizo evidente que es la secretaria de Gobernación la que deberá corregir de inmediato ese vacío de la Presidencia (real o pretendido) y darle cauce a la configuración de una estrategia nacional real, efectiva y urgente para atender la crisis en la materia.

Ahora bien, de ahí a sostener que, porque AMLO se negó en ese momento a entablar conversación con los grupos feministas que se encontraban protestando a las afueras de Palacio Nacional, el lopezobradorismo no ha sido férreo defensor de las causas feministas en este país, requiere de plano mucha desmemoria o desconocimiento de su trayectoria, comenzando por parte de críticos —entre los que, repito, me encuentro yo.

Pero incluso más allá de que se piense o no que López Obrador ha luchado y sigue luchando por las causas feministas, por la igualdad de género y en contra del abuso a las mujeres, e independientemente de lo que se opine sobre la eficacia y pertinencia de sus posicionamientos, proyectos, y acciones para hacerle frente a los feminicidios en México, lo que comienza a dibujarse claramente es que este tipo de cuestionamientos combativos (mal y bien intencionados) que se le hacen al primer mandatario operan a favor de otra figura, esta del género femenino.

La señora presidenta

Claudia Sheinbaum, hoy jefa de Gobierno de la CDMX, debido a la discusión feminista ha pasado a verse de inmediato desde el punto de vista político y de gestión gubernamental, pero también de expectativa social, como la persona que puede simbolizar, primero, por la vía electoral y concretar, después, en la administración gubernamental muchas de las luchas y anhelos feministas. Algo como lo descrito, lo sabemos, solo lo podrá hacer una presidenta mujer y, por parte del Movimiento Regeneración Nacional esa, en este momento al menos, no podría ser otra persona más que Sheinbaum.

Así las cosas, en una de esas, el propio López Obrador encontrará muy propicio culminar la lucha en la que sí ha participado en favor de la paridad de género y la equidad (y de paso cerrar muchas bocas) entregando la herencia de su gobierno y del lopezobradorismo a una mujer.

Por eso repito: ¿ya se habrán dado cuenta los críticos desmemoriados para quién trabajan? Muy probablemente no.

Posdata: las gobernadoras

Antes de las presidenciales de 2024 habrá contiendas estatales. Morena preferirá mujeres como abanderadas; por ejemplo, Tatiana Clouthier, en Nuevo León. Resulta absurdo que solo haya dos gobernadoras. Había otra, Martha Erika Alonso, de Puebla, pero falleció en un accidente de helicóptero todavía no aclarado.

Como Morena, el PRI y el PAN, y hasta México Libre si logra su registro como partido político, tendrán que revisar sus padrones para encontrar a las mejores entre las militantes.

No es ilusorio pensar en las mujeres como una opción viable de cambio político. Porque, sin duda, otro México es posible, y si los hombres han fallado, ellas tiene la capacidad, las ganas y el coraje para enderezar las cosas.