Francisco Aguilar Chávez, mejor conocido como Paco Gruexxo en el ambiente artístico nacional e internacional del rock callejero, de barrio, tanto de Tlatelolco como de las colonias vecinas, falleció hace unos días. Paco fue un protagonista y promotor de la cultura popular citadina, al igual que su hermano, Guillermo “Memo” Aguilar, quien también fue un impulsor del deporte y la cultura en nuestro barrio tlatelolca.

Dos anécdotas recuerdo de Paco Gruexxo: La primera que me tocó ver, junto con otros amigos del “cuadro” (jardín de juegos infantiles) de los edificios Durango, Hidalgo, Chiapas, Querétaro y Guanajuato, fue una bronca que tuvo con un tipo flaco y güero que no era vecino de nuestra zona. Paco le puso una santa madrina, en medio de una pelea desigual pues, además de que Paco era alto y de peso completo, le sabía entrar bastante bien a los golpes; así es que nuestro rockero tlatelolca, enojado, (no supimos la razón por la cual se desató la bronca), a poco estuvo de mandar al hospital al flaquito aquel, que salió corriendo por los edificios sin voltear para atrás.

Otra anécdota es que a Paco y Memo les gustaba jugar al dominó. Ya sea en el club deportivo, social y cultural “Antonio Caso”, o en su casa, donde se reunían con sus amigos de vez en cuando y por las noches. Entre esos amigos se encontraba, mi hermano Pancho, quien es un apasionado del juego aritmético de las fichas, las “mulas” y los “zapatos”. Esto cuenta mi hermano sobre las tertulias con Paco y Memo: “…A Paco le gustaba jugar dominó en su casa y era divertido. Siempre con su fondo musical rockero. Ellos fumaban, pero como a mí no me gustaban fumar, yo sólo tomaba (brandy) “Presidente”. Como jugábamos toda la noche, cuando se terminaba el refresco para hacer las “cubas”, el brandy se servía con agua… o solito. Eran unas crudas espantosas…”.

Paco contó recientemente, en algún lugar de las redes sociales digitales, que él y su familia llegaron a la primera sección de la Unidad Habitacional Tlatelolco entre 1964 (año de la fundación del conjunto urbano) y 1965. En ese texto indicó que él fue promotor de uno de los primeros torneos de fútbol en el club “Felix Azuela”, ubicado en la primera sección de la Unidad, cerca de Av. Insurgentes norte. Como dato adicional, cabe mencionar que en 1967 se iniciaron los primeros torneos de fútbol en los dos campos de tierra que había en el barrio, tal como lo he narrado en mi libro sobre Tlatelolco (1).

Paco vivió un tiempo en el edificio Querétaro; y su mamá y Memo vivían en el edificio estado de Hidalgo. Paco fue creador de muchas bandas rockeras, pero quizá la más emblemática fue “La Parada Suprimida”. Con esa banda tuvo diversos éxitos musicales y él, como líder y primera voz, ejecutaba de una manera singular el rock pesado… aunque creo que sus creaciones fueron más cercanas al blues que al “heavy metal”; siempre rebelde e irreverente.

A Paco Gruexxo también le gustaba el “boogie” o los ritmos “blusísticos” de resistencia. De hecho tocó y cantó con bandas nacionales y extranjeras con base en esos géneros. Recuerdo que con mucho éxito, por cierto, Paco trajo a México a principios de los 70´s, a una súper banda gringa que tenía fuerte presencia en los barrios americanos: “Canned Heat”.

Si desean ver y escuchar más sobre la obra musical de Paco, busquen las rolas que están registradas en la plataforma “Youtube” con su nombre. Ahí se puede constatar, además, que Paco durante muchos años reivindicó y apoyó a la banda tlatelolca, como vecino fundador.

En una nota de Ana Mónica Rodríguez, del diario La Jornada, (7 de enero, 2020), se afirma que “Las “tocadas de rock” fueron la vida y el orgullo de Paco Gruexxo. Impulsor de los hoyos fonky en Tlatelolco, el roquero, promotor y “comunicador” abrió la puerta a este género así como a innumerables bandas que debutaron en foros que promovió en esa unidad habitacional, donde fue considerado “el rey”.”… Aseguró: “Me gusta el cigarro, el whisky y la champaña; el rock no puede ser totalmente transparente, si no tienes algo de malicia no puedes rocanrolear. Amo a Dios nuestro señor, porque es el único que me ha ayudado; siempre le he tenido respeto”.

La madrugada del lunes 6 de enero, Francisco Aguilar Chávez, falleció a causa de “un infarto fulminante” a los 73 años de edad. No tengo duda que pronto armará tocadas musicales y una jugadas de dominó con San Pedro y San Pablo en el cielo. Descanse en paz.

(1) “Tlatelolco es más que un minuto de silencio”. (2019) Ediciones Episistemas Educativos. Querétaro, México.

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