Científicos japoneses de la Universidad de Tokio han desarrollado un sensor electrónico hipoalergénico que puede usarse en la piel para monitorear la salud de una persona por un periodo largo y continuo de tiempo, integrando electrodos fabricados con mallas transpirables a nanoescala, previniendo la inflamación al permitir que la piel respire.

Los electrodos están formados por polímeros solubles al agua, alcohol de polivinilo y lámina de pan de oro, materiales que son considerados como seguros y biológicamente compatibles con el cuerpo.

El sensor puede ser utilizado de forma continua hasta por una semana, siendo perfectos para aplicaciones médicas y deportivas con el fin de monitorear la salud de un sujeto de estudio; el dispositivo se aplica al rociar una pequeña cantidad de agua para disolver las nanofibras del alcohol de polivinilo que se adhiere a la piel.

Las lecturas de la actividad eléctrica de los músculos son comparables a las obtenidas por medio de electrodos con gel convencionales, disminuyendo la incomodidad y mejorando la movilidad en los pacientes.