En enero del 2002 la actriz estadounidense Gwyneth Paltrow se adelantaba a la era "covid" emprendiendo con un producto que dejaría con la boca abierta a cualquier tiburón: una vela con olor a su vagina. Las fotos se viralizaron rápidamente.

Y, aunque los colmillos de los empresarios la hubieran hecho pedazos, la realidad fue que la extravagancia de la vela causó furor y estas se agotaron rápidamente. Pero como toda crónica de una muerte anunciada, esta feliz historia tiene un lado oscuro, y es que recientemente una compradora denunció que el producto explotó en su sala

Compradora pensó que se quemaría toda la casa

De nombre Jody Thompson, esta demostró con una foto el estado de la vela tras explotar y emitir enormes llamas con trozos volando por todas partes, según cuenta la mujer de 50 años. Asimismo, dijo que había demasiado calor en la sala de estar como para pensar que tendría que haber salido corriendo por su vida.

"Nunca había visto algo así. Todo estaba en llamas, había un infierno en la sala"

Jody Thompson, compradora.

La residente del Reino Unido sintió miedo de que se quemara todo el lugar, así que como pudo arrojó la vela por la puerta principal. Posteriormente declaró a The Sun que el producto de 75 dólares (mil 475 pesos) no valía la pena ni por el supuesto aroma a vagina de Gwyneth Paltrow.

Hasta el momento, el sitio donde se vende la vela (Goop) no ha lanzado ninguna declaración al respecto para averiguar cuál fue la falla del producto, que en realidad huele a geranio, bergamota cítrica y absolutos de cedro yuxtapuestos con rosa de Damasco y semillas de ambrette.

"Esta vela comenzó como una broma entre el perfumista Douglas Little y Gwyneth Paltrow. Los dos estaban trabajando en una fragancia y ella soltó un 'uhhh ... esto huele a vagina', pero se convirtió en una fragancia divertida, hermosa, sexy y hermosamente inesperada", se lee en el sitio.