La ternura que nos provocan los bebés hace casi inevitable que siempre los llenemos de besos, pero quizá muchas madres comiencen a limitar estas muestras de cariño, al conocer el caso del recién nacido Noah Tindle, quien casi pierde un ojo por esta causa.

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Lo llenaron de besos en su bautizo

Según reporta el sitio Daily Mail, todo comenzó el día del bautizo del bebé, originario de Inglaterra, cuando recibió varios besos en la cara por parte de los invitados, entre ellos, una persona contagiada con el virus del herpes simple (VHS-1), sí ese que también provoca el llamado “fuego” labial.

Noah tenía solo cuatro semanas de edad cuando su madre, Ashleigh White, notó que el ojo derecho de su hijo se había inflamado, poco después se llenó de ampollas y no paraba de llorar. Todo sucedió cinco días después de su bautizo.

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La mujer acudió al médico, quien ordenó el traslado urgente del bebé a un hospital, donde fue diagnosticado rápidamente con el virus del herpes simple.

Pasó dos meses hospitalizado

Los doctores dijeron a White que su pequeño casi se quedó ciego de un ojo, probablemente después de contraer el virus, cuando un adulto infectado le besó la cara.

Noah, que ahora tiene nueve meses, pasó dos meses y medio en el hospital recuperándose y, aunque tuvo una recaída en marzo de este año, actualmente ha superados sus análisis y recibirá medicamentos antivirales hasta 2020.

Para crear conciencia sobre los peligros del herpes simple, Ashleigh decidió compartir su historia en Facebook, donde pidió a la gente no besar a los bebés ya que carecen de las defensas adecuadas para protegerse.

Aunque no tengas un fuego labial activo, el virus está en tu sistema y puedes contagiarlo

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En su historia, que rápidamente se volvió viral en redes sociales, la joven madre advirtió:

Si bien el virus del herpes simple no es peligroso para los adultos, para los bebés puede ser mortal, ya que puede propagarse a su cerebro y causar una falla orgánica.