La fundación de caridad Dobry Górod, con sede en Rusia, compartió las fotos de 'Kiriusha', un perro que sobrevivió a la inyección letal, escapó de la tumba en donde lo habían enterrado y salió en busca de su familia.
La historia es la siguiente: el pastor alemán recibió un suero venenoso en la ciudad rusa de Ujtá, pero no murió. Se despertó desorientado en la soledad de un bosque, logró salir de la arena y se dirigió a la carretera más cercana.

Allí fue encontrado por una automovilista que lo vio tumbado y exhausto en la acera. Lo alimentó y condujo hasta el centro de rescate donde le ofrecieron vivienda temporal y revisión médica. Además, compartieron sus fotos en redes y el caso del perro comenzó a viralizarse, llegando hasta sus antiguos dueños.
Estos contactaron con la asociación, asegurando que el can padecía una enfermedad grave que los obligó a sacrificarlo y enterrarlo en el bosque, cerca del lugar donde fue encontrado. Pero la inyección letal sólo causó que este perdiera la conciencia y no despertara hasta después de ser sepultado.

No obstante, los veterinarios pudieron comprobar el lugar del hallazgo, la edad aproximada del perro e incluso la zona de la pata que fue afeitada para aplicar la inyección, pero no la enfermedad a la que sus dueños se referían. En cambio, sólo le hallaron una artritis crónica leve.
En consecuencia, estos cambiaron su declaración, asegurando ahora que se habían equivocado y su verdadero 'Kiriusha' aún estaba en el sitio donde lo habían enterraron. Pero cucando se les solicitó fotos del lugar, se negaron a mandarlas, así que los voluntarios decidieron dejar el caso allí y dedicarse a cuidar al perrito, que describieron como bondadoso y tranquilo.
