Maurice, el gallo acusado de cantar muy temprano en la localidad de Charente, Francia, murió de catarro en pleno confinamiento, al pie del gallinero. Hoy, su partida divide a usuarios de redes sociales que admiraban al animal, y los residentes de la zona que en septiembre del 2019 lo llevaron a juicio.

Pero Corine Fesseau, dueña de Maurice, ganó la disputa y el gallo cantó con libertad hasta morir el pasado mes de mayo, convirtiéndose en un ejemplo de resistencia para las comunidades rurales que se ven forzados a lidiar con las exigencias de los habitantes en zonas residenciales. Una foto del ave ahora circula ampliamente por Internet.

No sólo ganó el juicio, sino que se convirtió en ejemplo

Recapitulemos, los vecinos demandantes, que además usan la casa de al lado de Corine únicamente para vacacionar, se quejaron tanto de los cantos matutinos de Maurice, que la mujer optó por sacarlo a las 8:30 de la mañana para que no molestara. No obstante, estos continuaron con las quejas y demandaron al gallo y a su dueña por contaminación acústica.

Para verificar los hechos, un funcionario del tribunal pasó tres noches en la casa de la pareja y pudo comprobar que el ave empieza a cantar intermitentemente entre las 6:30 y 7 de la mañana, además de que si se cierra la ventana, no entra ningún ruido. Lo que pasó después fue que el juez no sólo falló a favor de Fesseau, sino que desmintió a los vecinos.

Maurice y Corine

Entonces, les obligó a pagar a Fesseau mil euros (25 mil 344 pesos mexocanos) por "haber actuado de manera abusiva al presentar una demanda". El caso dejó en manifiesto los temores de que desaparezca el mundo rural en Francia, debido al declive de la actividad agrícola y ganadera por el exceso de jóvenes en la ciudad.

"El campo tiene derecho a sus ruidos. El gallo tiene derecho a cantar, y no lo hacen cantan desde las 4:30 de la mañana como decían. Maurice era un emblema, un símbolo de la vida rural. Hicimos todo lo que pusimos para salvarlo", comentó la mujer.