Louise Porton, una mujer de 23 años originaria de Reino Unido, fue sentenciada a pasar el resto de su vida en la cárcel al ser encontrada culpable de matar el año pasado a sus dos pequeñas hijas: Lexi de 3 años y Scarleth de 17 meses. 

De acuerdo con las indagaciones policiales que se realizaron para determinar si la acusada efectivamente había privado de la vida a las menores, Porton impidió que sus hijas respiraran hasta hacerlas morir por asfixia. Primero lo hizo con la mayor, el 15 de enero de 2018; posteriormente repitió el acto con la más pequeña, el primer día de febrero. 

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Asesinatos premeditados

Las autoridades indicaron que antes de privar a Lexi de la vida, Porton lo había intentado dos veces más unas semanas atrás; entonces llevó a la niña al hospital argumentando que esta había dejado de respirar sin razón aparente y los médicos la diagnosticaron con infecciones en las vías respiratorias sin sospechar lo que realmente estaba sucediendo. 

El día del asesinato, Porton llamó a los servicios de emergencia (siempre con voz calmada) para pedir ayuda porque su hija “no estaba respirando”, sin embargo, cuando la ambulancia llegó a auxiliarla, la niña “llevaba un rato muerta” por lo que el jurado determinó que la mujer no hizo la llamada hasta asegurarse de que su víctima no podría obtener ayuda. 

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La madrugada del 1 de febrero, la homicida llevó a Scarleth al hospital con el mismo cuadro que Lexi, pero la policía descubrió que mientras su hija agonizaba en el asiento trasero del auto, se detuvo a cargar gasolina tranquilamente y todavía pasó a la tienda de la estación a hacer una compra. 

mommy's angels taken from me too soon. you will never be forgotten ❤️🔒 R.I.P. 💕😇Posted by Louise Porton on Saturday, November 24, 2018

Las niñas interferían con su vida sexual 

Durante un año, Porton negó su responsabilidad en los hechos, pero en una de sus últimas declaraciones dijo que “cuidar a las niñas no era fácil” y que ellas “interferían con su vida sexual” que además, era una de sus fuentes de ingresos ya que ella se desempeñaba como trabajadora sexual. 

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Entre las pruebas que terminaron por comprobar su culpabilidad, se encontró que una de las noche que la niña mayor estuvo en el hospital previo a ser asesinada, su madre estaba concertando citas para tener relaciones sexuales a cambio de dinero y que incluso envió selfies de ella sin ropa a uno de sus clientes, imágenes que fueron tomadas en el sanitario del nosocomio. 

Por otro lado, en una conversación con su hermana, Porton admitió haber tenido sexo en una camioneta a las afueras de su casa mientras las niñas dormían sin supervisión en el interior. En otra conversación con un probable cliente, le explicó que podrían tener sexo en su habitación aún cuando las niñas estuvieras presentes “siempre y cuando no hicieran ruido”. 

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Mató a sus hijas sin arrepentimiento

Según informaron medios locales, Porton no mostró arrepentimiento en ningún momento del juicio y al revisar su celular, los investigadores encontraron registradas búsquedas como “¿Cuánto tarda un cuerpo en enfriarse después de la muerte?, ¿Por qué mi hija de tres años dejó de respirar”, “¿Es posible morir si alguien te tapa la nariz mientras tienes una cinta adhesiva en la boca?”. 

Adicionalmente, se reveló que un par de meses después de las muertes, Louis hizo, en el apartado de ventas de Facebook, una publicación para vender por 30 libras (poco más de 600 pesos), toda la ropa que fue de las niñas. 

Con información de The Sun, Mirror y BBC.