Un ladrón quedó atónito cuando la cajera a la que asaltaba le arrebató la pistola en un abrir y cerrar de ojos y lo hizo salir del lugar. 

Sí, la mujer resultó más lista que el hombre que, embobado con el dinero, perdió el control de la situación. 

Para llevar a cabo su maniobra, fingió cooperar y sacar el dinero de la caja registradora, pero al entregarle los billetes utilizó la mano que tenía disponible para quitarle el arma.