Por José Luis Castillejos. EnviadoLa Paz, 24 Ene (Notimex).- El "Ekeko", el dios boliviano de la abundancia, la fecundidad y la alegría, de origen aymara y colla, recibió hoy, millones de pedidos: casas, carros, matrimonio, dinero y hasta títulos universitarios.En una de las festividades más grandes de Bolivia, venerado desde antes de la conquista del país por los españoles, el Ekeko está presente en la vida de los bolivianos que consideran que tienen que rendirle culto para que les vaya bien en sus vida cotidiana.Sus seguidores tienen la creencia que este hombrecito de barro, de baja estatura, sombrero y su indesprendible cigarro transforma la pobreza en riqueza, ahuyenta los males terrenales, la desgracia y da paz a quienes han pasado por el infortunio.Por eso este sábado los bolivianos paralizaron en diversos puntos del país sus actividades para venerar a quien les trae fortuna, les cumple el deseo de matrimonio, la posibilidad de adquirir un carro, una casa, un terreno u obtener un título universitario.A este hombrecito, sin embargo, le gusta "beber" alcohol y cerveza y "masticar" coca, por lo cual sus admiradores tienen que "challar" (rociar) con aguardiente el espacio donde se encuentra, prenderle el cigarro y colocarle hojas de la milenaria y controvertida coca.Romeo Videncio, es un vendedor de periódicos que abandonó temprano su quiosco para ir a la Iglesia católica a bendecir su imagen tras lo cual, comenta a Notimex, le prenderá un cigarrillo y le pedirá que transforme su actual miseria económica en bonanza económica.Para la ocasión, Romeo viste sus mejores galas y calza unos zapatos bien lustrados y al caer el sol en esta fría tarde sabatina participó en la denominada "Alasitas", la feria de miniaturas (carritos, casas, computadoras, billetes, alhajas, ganado, entre otros).Sobre la figura del Ekeko cuelgan miniaturas entre las que se incluyen electrodomésticos, muebles, títulos de abogados, médicos. La creencia es generalizada y los bolivianos estiman que entre más le rindan pleitesía y les expongan sus deseos, el Dios les dará todo.Historiadores indican que fue en 1781 cuando se inició esta tradición sugerida por el gobernador de La Paz, Sebastián Segurola y ahora los bolivianos creen que si no le rinden tributo no les irá bien en su vida por ello en algún rincón de la casa o dentro de los carros se haya un Ekeko.La festividad de la "Alasita" se efectuó este sábado en 27 puntos distribuidos en los macrodistritos Centro, Periférica, Cotahuma, Sur, Mallasa, San Antonio y Max Paredes, en la región de La Paz.Los comerciantes ofrecieron al público sapitos, herraduras, pequeñas vacas, entre otros a fin de obtener la felicidad terrenal en momentos en que el país se prepara para el referendo que definirá una nueva Constitución.La avenida Eduardo Avaroa, desde la calle Fortunato Pinto hasta el mercado Sagrado Corazón de Jesús, quedó abarrotada por esta feria y en el barrio de San Antonio se desarrolló la feria en el atrio de la Iglesia de Villa Copacabana y en la avenida 31 de octubre.Pero no todos los bolivianos se sienten atraídos por el Ekeko como Ramón Pinto, un pintor de casas que dice que el Dios sonriente, ligeramente obeso, vestida con ropas típicas del altiplano, nunca le ha dado nada y, por tanto, no tiene porque encenderle velas.Según la creencia popular, se piensa que el Ekeko se originó entre los Tiwanaku, habitantes del altiplano boliviano y de las riberas del lago Titicaca y tras la conquista por los incas, estos adoptaron la deidad, y la convirtieron en símbolo de la fertilidad y la buena suerte.Pero el Ekeko ha cambiado ya que en sus inicios era de piedra, jorobado, y tenía rasgos indígenas y su desnudez era el símbolo de la fertilidad, pero ahora tiene ropa, usa sombrero y tiene razgos occidentales.Aunque la iglesia católica quiso erradicar el culto a este personaje, los bolivianos decidieron que debían defenderlo tal como lo hicieron en la colonia cuando el culto a la deidad tomó nueva fuerza en La Paz durante el cerco que soportó durante un alzamiento indígena contra el control español.La presión de la iglesia contra un santo "calato" (desnudo) llevó a sus seguidores a vestirlo de opulencia y oropel y sus rasgos cambiaron a los de un mestizo.El patrono de la fortuna hoy tuvo su día con una variante: una festividad sin alcohol debido a la prohibición que rige desde la víspera ante la realización, este domingo del referéndum para decidir la nueva Constitución del país.