El pasado domingo Fareed Zakaria, colaborador del Washington Post y presentador de CNN, dedicó su espacio en esta cadena de televisión estadounidense para hablar sobre AMLO y lo que ocurre hoy en México en el marco del asedio operado por el presidente mexicano y por su partido para cercenar al INE y socavar la democracia.

En su programa, Zakaria se refirió a temas cruciales como la instalación de la fábrica de Tesla en Monterrey, a la fallida estrategia del gobierno para combatir el covid, el engrosamiento de las filas de la pobreza (recordemos que, a pesar de la narrativa oficial, de acuerdo con Coneval, el número de pobres ha aumentado), el fracaso de la lucha contra el crimen organizado, la proliferación de los cárteles de la droga, y con especial énfasis, en la tentativa oficialista de regresar a México a los tiempos del control único de partido.

En su intervención, el presentador hizo alusión al retroceso deseado por AMLO en términos de la vuelta al control de los comicios electorales, a la vez que llamó al presidente mexicano “un demagogo populista” quien busca, por todos los medios, a pesar de no figurar él mismo en las boletas en 2024, que su partido continúe en el poder y haga avanzar la autoproclamada 4T.

También se refirió a los ataques de AMLO contra la prensa, los intelectuales, sus opositores, e incluso, al estilo de vida de uno de sus hijos, en una clara referencia al escándalo de la casa de Texas, así como a los contratos entregados por el gobierno mediante la forma de la adjudicación directa.

Hacia el final de su presentación, Zakaria comparó a AMLO con Trump. Vamos a ver. Una de las grandes polémicas provocadas por el ex presidente estadounidense estuvo relacionada con la invasión del Capitolio el día de la certificación oficial de triunfo de Biden. Trump, desde la Casa Blanca, incitó abiertamente a sus simpatizantes a impedir la confirmación del triunfo del candidato demócrata; lo anterior, tras largos meses de repetidas mentiras en torno a un supuesto fraude electoral perpetrado por los gobernadores de los estados donde Biden resultó ganador.

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En otras palabras, Donald Trump, mediante la incitación política, intentó un golpe contra la democracia estadounidense y el orden constitucional. AMLO, por su parte, con miras a 2024, planea el desmantelamiento del árbitro electoral con el propósito de facilitar una elección de Estado, o en todo caso, favorecer que la oposición no cuente con los recursos para iniciar una exitosa querella jurídica.

En suma, como bien apunta Zakaira, quien es bien reconocido en la prensa internacional, aludió a dos personajes que desdeñan abiertamente la democracia, que aman el poder, y que están dispuestos, dentro de cada uno de los contextos nacionales, a lastimar la democracia. Al final AMLO y Trump comparten rasgos que los hacen un peligro latente para sus gobernados. Trump se ha ido y no volverá. El otro continúa.