Es imposible aceptar que el gobierno norteamericano, incapaz de gestionar de forma segura su espacio aéreo, tome medidas unilaterales y se salte todos y cada uno de los procesos prestablecidos con nuestro país para dirimir “diferencias”. Pero en lo personal detesto que esta forma pueril y abyecta esté afectando directamente a Viva.
Dentro de la historia de la aviación de México, Viva no la ha tenido fácil; y es que resulta, aunque es “bajocostera”, su modelo de negocio no es tan simple de entender, y ha sido “menospreciada” por hacer las cosas de manera diferente. No puso su base en la Ciudad de México, o en Toluca, como lo hicieron las bajocosteras que nacieron en el gobierno de Vicente Fox, sino que lo hizo en Monterrey, Nuevo León.
Yo sé cómo se pelean las líneas aéreas por la preferencia del pasaje, y aunque no vayan por ahí contándole a todo el mundo los detalles de sus pleitos, no puedo negar la existencia de una “guerra suave”, en la que unos a otros se la pasan molestando o fastidiando entre sí, (léase “jodiendo”), para destacarse entre líneas aéreas.
Y no debemos espantarnos, así ha sido toda la vida. Yo recuerdo una de esas grandes peleas, y fue originada por la llegada de aviones de mayor capacidad a la antigua Mexicana de Aviación. En ese entonces Aeroméxico llevaba las riendas y había jurado y perjurado que nunca íbamos a tener un equipo más grande que el A320.
¡Zaz! No sé cuál fue la cara que puso el caballero águila cuando a Mexicana llegó el primer Boeing 757, y como no podía quedarse el hito así como así, a quienes manejaban la aerolínea se les ocurrió -como respuesta a Aeroméxico- nombrar a la aeronave en cuestión “No que no”.
Por eso sé que “sottovoce” (en voz baja) existen roces entre las líneas aéreas, y son normales, porque cada una tiene su modelo de negocios, y por supuesto busca salir lo mejor parado. Y mientras se “atacan”, por supuesto que también se apoyan. Ejemplo de ello es que Viva apoya el Joint Venture entre Delta y Aeroméxico, porque desde hace algunos años los regiomontanos están buscando una alianza de ese tipo con otra línea de bajo costo norteamericana.
Y la pregunta es ¿de repente aparecen estos “Joint Venture” entre aerolíneas gringas y mexicanas? ¡Por supuesto que no!, justamente el acuerdo bilateral firmado en 2015 fomenta este tipo de alianzas, ante la disparidad de ambos mercados. Pero como se necesita un “chivo expiatorio” que cargue con todas las culpas, la administración de Trump alega que el gobierno de AMLO violentó ese acuerdo. Y nuestra prensa farisea, ni tarda ni perezosa, repite sin análisis lo que vomitan desde Estados Unidos.
En dicho acuerdo bilateral queda de manifiesto el tamaño de la aviación norteamericana, la cual es indudablemente mucho más grande que la mexicana, por eso, en aras de que los norteamericanos no terminen por comerse el mercado nacional, el entonces gobierno de Obama y el de Peña Nieto encontraron una salida en este tipo de alianzas, con la finalidad de beneficiar a la aviación de ambos países.
Por eso no resultan extrañas, o por lo menos para mí no lo son, las declaraciones del CEO de Volaris, cuando dice que en realidad no le afecta la decisión unilateral del Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT, por sus siglas en inglés) de cancelar 13 rutas, 11 de ellas que iban a salir del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y las otras 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Una manera de decir que ellos están bien parados.
En realidad, esta medida afecta más a Viva Aerobus, quien está apostando por utilizar al AIFA como segunda casa, para impulsar vuelos hacia los Estados Unidos, los cuales iban a comenzar para la temporada alta de invierno.
A través de un comunicado Viva expresó su desconcierto, y antes de revisar su contenido, aprovecho para opinar sobre la orden emitida, de forma totalmente unilateral y sin aviso previo, por el Departamento del Transporte de Estados Unidos “DOT-OST-2025-0436 (2025-10-13)” de fecha 28 de octubre.
Y es que al día de hoy estamos viendo, en tiempo real, el riesgo que significa volar en el espacio aéreo norteamericano ya sea por la falta de controladores aéreos, y por la falta de agentes que han hecho que se viva un verdadero viacrucis en los aeropuertos más importantes del vecino país.
Mientras escribo estas líneas siguen apareciendo noticias que ponen los nervios de punta: por un lado la U.S. Travel Association, que reclama al Congreso estadounidense que a causa del “shutdown” han perdido 4 mil millones de dólares en 35 días; y por otro lado, un avión de carga de la empresa UPS se estrelló cerca del Aeropuerto Internacional Muhammad Ali, en Louisville, Kentucky.
No hay fecha para reabrir el gobierno federal norteamericano y todo huele más a que Sean Duffy se quiere curar en salud, porque cada vez es más complicado “disfrazar” que la cancelación de rutas es solamente por un problema con México, pues es evidente que dentro de su país están recortando slots y rutas, porque están perdiendo el control.
De extenderse el cierre del gobierno federal, están analizando de forma seria cerrar el espacio aéreo gringo. Esto nos deja ver que la administración de Trump es un completo fracaso, y para paliar un poco la pésima gestión de los republicanos en el poder, toman estas medidas unilaterales, para no seguir perdiendo ante sus votantes; una muy extraña manera de mandar el mensaje; que se vea que hay mano dura contra un “incumplimiento” por parte de México.
Si analizamos con seriedad se puede comprobar que no hubo ningún incumplimiento, y que del propio acuerdo bilateral, que dicen “violentó” el decreto de Andrés Manuel López Obrador, se desprende que estaba en toda su facultad de realizarlo, y el sustento legal es la seguridad aérea, pactada de común acuerdo por ambas naciones. Desde 2014 estaba certificada la saturación del AICM, por lo que el Decreto de 2023 no hizo más que lo conducente para seguir manteniendo seguro el espacio aéreo mexicano para la aeronavegación nacional e internacional.
Retomo la parte conducente del comunicado de Viva, la aerolínea nacional de bajo costo que iba a comenzar un crecimiento exponencial hacia los Estados Unidos:
“La medida anunciada por el gobierno de Estados Unidos afecta a los vuelos de Viva que iniciarían operaciones saliendo desde el nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (AIFA) a partir de noviembre: Esto incluye las ciudades de Los Ángeles, Chicago, Orlando, Austin, Dallas, Denver, Houston, Miami y Nueva York”.
Pongan mucha atención en esto. Curiosamente en la lista están algunos de los aeropuertos más transitados de los Estados Unidos, mismos en los que hoy Sean Duffy no puede garantizar operaciones seguras, y donde está recortando rutas y slots.
Espero que quienes llevan las riendas en las negociaciones con el gobierno norteamericano, les hagan entender que afectar el mercado mexicano no evitará que su gobierno padezca las malas decisiones que ellos mismos tomaron.
No es casualidad que ataquen a México, y menos a Viva Aerobus, una empresa que apuesta por una aviación novedosa, de vanguardia y sobre todo con una visión muy inteligente. Lo dije en mi columna de ayer, las cifras de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) demuestran que la aviación del vecino país llevan 8 meses (de enero a agosto) en picada y sin crecimiento.
Cierro con este mensaje para los viudos del NAIM: cuando se firmó este acuerdo bilateral en 2015, el NAIM ni siquiera existía en proyecto, mucho menos el AIFA. Esto no es una consecuencia por la cancelación del NAIM, es consecuencia de la mala gestión aérea del país vecino.



