“La temperatura se mide en Kelvins, la frecuencia en Hertz, la energía en Joules, la presión en Pascals y la necedad en AMLOs.”

Chascarrillo mexicano

O como dicen otros: “Los físicos alguna vez teorizaron que la materia está hecha de protones, neutrones y electrones, olvidaron a los idiotas.”

Chascarrillo universal

Todo lo que toca la 4T, lo echa a perder. Van ahora por el Banco de México. Ya lo había comentado hace algunos meses en esta columna.

En razón de la decisión de Andrés Manuel López Obrador —y la próxima votación del Senado secundando su propuesta-, Arturo Herrera Gutiérrez será gobernador del banco central a partir de enero de 2022.

No es la primera vez que un secretario de Hacienda pasa de dicho puesto al de gobernador de uno de los organismos constitucionales autónomos más importantes del país. Pero tal vez si sea la más reciente ocasión en que no se hace esfuerzo por mostrar, en los planteamientos propuestos, autonomía de la decisión del presidente. Todo indica que Herrera piensa ser un economista que esté para llevar a cabo los deseos sin conocimiento de López Obrador.

Empezando por las mentiras. Aunque la 4T dice que no ha endeudado más al país, la deuda pública pasó de 10.7 billones de pesos (diciembre de 2018) a 13.1 billones de pesos (mayo de 2021), 24% más de deuda en 30 meses. Tristemente, esa deuda no fue para enfrentar la emergencia sanitaria.

Arturo Herrera ofreció a el diario El País una entrevista este 1 de julio. Considera que fue un acierto no aumentar la deuda nacional para enfrentar la emergencia sanitaria. De lo contrario, dice, hoy tuviéramos que pagar 350 mil millones de pesos adicionales por haber gastado en programas agresivos que otras economías avanzadas sí financiaron para hacer frente a la pandemia.

Sin embargo, la decisión de no invertir ni apoyar a la población durante la crisis sanitaria y económica tiene impactos peores que haberles apoyado. Tan solo el PIB, en lugar de haber tenido una caída del 8.5%, hubiera habido un retroceso tan solo del 5%; la recuperación, en lugar de llevar tres años hubiera tomado nueve meses; además, por no pagar 100 mil millones, dejaremos de crecer 2 billones de pesos en este sexenio.

Todo lo anterior solo en términos económicos. Pero los costos mayores son en los cientos de miles de personas que perdieron su empleo, salarios no recuperados, negocios cerrados, 10 millones de personas que cayeron en la pobreza. Eso sin olvidar a los miles que murieron y siguen muriendo por no tener las medicinas suficientes. Un desabasto negado por la 4T.

¿Cómo decir que el no haber realizado un plan masivo de apoyo fue lo adecuado? Máxime con los terribles resultados que impactan a nuestro país… Ufanarse de que no se implementó un plan masivo de apoyo, muestra más el resentimiento contra las miles de personas que trabajan, que una verdadera propuesta de política pública.

Lo que es más, cantar victoria antes de tiempo, cuando la pandemia no ha terminado y amenaza a nivel mundial con empeorar, convierte su presunción en palabrería vacua.

Pero llevemos su decisiones y pésimos resultados ahora al banco central. En la misma entrevista espetó: “estoy convencido de que el Banco de México debe preservar su mandato exclusivo de combatir la inflación.”

Arturo Herrera olvida lo establecido en el artículo 28 de nuestra carta magna: “El Estado tendrá un banco central que será autónomo en el ejercicio de sus funciones y en su administración. Su objetivo prioritario será procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional, fortaleciendo con ella la rectoría del desarrollo nacional que corresponde al Estado. Ninguna autoridad podrá ordenar al banco conceder financiamiento.”

El servidor público no debiera pretender dar lecciones, sobre todo cuando habla de autonomía de Banxico y se reflejan sus ideas cuatroteístas mismo antes de entrar en funciones. Aunque, pensándolo bien, mejor saberlo ahora para que todos tomen providencias.

El centrarse esencialmente en el control de la inflación como mandato único del Banco de México es un error. Es abandonar no solo la ortodoxia, sino también diferentes herramientas con las cuales cuenta el Banco Central para poder incentivar y apoyar la economía.

La función de los bancos centrales ha sido estudiada y optimizada durante muchas décadas. De igual forma, las funciones de Banxico están más que probadas; no se debe experimentar con ellas y menos ahora. Un economista como Herrera no debe —ni sabe cómo— hacerla de vanguardista en la gestión de cosas tan importantes. Entre más ortodoxa sea la política monetaria de la Cuarta Transformación, menos daño le hará al país.

Lo que sí, el próximo nombramiento de Herrera como gobernador del Banco de México es copia calca de lo que sucede en la administración pública de la 4T. Con las titularidades de cartera sólo puede hablarse —si acaso— de contención de daños, mas nunca de progreso. Y vale aclarar que contención de daños muchas veces resultado de las mismas pifias cometidas por el gobierno actual.

Por supuesto, la vergüenza reside no solo en que ignorantes como el presidente opinen sobre cosas de las que no tienen la menor idea, sino que personas que se supone saben —y se encuentran en posiciones de importancia—, tampoco tengan el valor civil de explicarle al primer mandatario lo que pasa o debería hacerse.

Si hasta ahora los bancos, la IP, el sector financiero, México todo, no estaban preocupados por la llegada de Herrera a Banxico, con su comentario, es momento de escandalizarse.

Y mientras Herrera quiere experimentar con un solo mandato y disminuir las funciones del Banco de México, la Reserva Federal de los Estados Unidos ve las ventajas de ampliar las formas de poder incidir en la economía. Anunció este jueves pasado que lanzará una nueva herramienta para apoyar a los bancos comunitarios, para que sepan de forma exacta la tolerancia monetaria que deben buscar.

Ojalá Herrera no experimente y recuerde que el Banco de México es autónomo de las decisiones, caprichos y deseos del presidente. Ojalá.