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El grupo financiero de Estados Unidos Citigroup anunció este martes 11 de enero que cerrará sus operaciones de banca minorista y de pequeñas empresas en México, que incluye la marca Citibanamex, un hecho que ha generado muchas dudas entre sus clientes e interés de otros bancos que operan en el país por adquirir esa parte del negocio que está poniendo a la venta la entidad financiera internacional, con lo que se correría el riesgo de que haya más concentración bancaria en detrimento de la economía nacional.

La decisión del corporativo estadounidense para desprenderse de una parte de su negocio se debe a una nueva visión estratégica global, pero esto no significa que la firma financiera salga de México ya que seguirá teniendo actividad de negocios en lo que se refiere a la banca corporativa mayorista, lo que podría implicar más inversión en el país.

La historia de la entidad financiera que se está poniendo a disposición del mejor postor se remonta al siglo XIX, cuando la institución se fundó en 1884. Se creó gracias a la fusión del Banco Nacional Mexicano (Banamex), de inversionistas franceses, y el Banco Mercantil Mexicano, de empresarios mexicanos y comerciantes españoles. Desde ese entonces, el Banco Nacional de México se consolidó como una institución financiera fundamental en la economía y, en particular, en el desarrollo bancario del país.

En su primera etapa, durante el Porfiriato, apoyó al gobierno en la administración de la hacienda pública y, principalmente, como Banco de emisión. Posterior al movimiento revolucionario de 1910, el Banco Nacional de México logró recuperar su importancia dentro del sistema financiero mexicano, adaptándose a una libre competencia con las demás instituciones bancarias y a la nueva organización del Estado mexicano.

En 1982 el presidente José López Portillo nacionalizó la Banca con lo que Banamex pasó a ser del Estado mexicano; para 1991 los bancos expropiados fueron privatizados.

En 1992 el gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari vendió el Banco Nacional de México al Grupo Acciones y Valores de México (Accival), encabezado por Roberto Hernández Ramírez y Alfredo Harp Helú. Durante los siguientes años, se integraron diversas subsidiarias, incluyendo Afore Banamex y Seguros Banamex.

El 17 de mayo de 2001, el grupo estadounidense Citigroup selló la compra del grupo Banamex-Accival, dueño del segundo banco de México, por 12,500 millones de dólares en efectivo y acciones; esta operación tuvo una exención de impuestos de más de 3 mil millones de dólares. Cada año el banco generó una utilidad de aproximadamente de mil millones de dólares; por lo que se puede afirmar que en 20 años la firma estadounidense duplicó su inversión además del ahorro fiscal, fue un negocio redondo.

El valor de la parte del banco que pretende vender Citigroup sin el corporativo y patrimonial AAA, el valor de venta rondará los 20 mil millones de dólares.

Banco Nacional de México durante muchos años fue la institución bancaria número uno del país y cuando la adquirió Citigroup era la segunda, pero en los últimos años Citibanamex ha perdido mercado minorista por su mal servicio, quedando en la tercera posición.

El presidente Andrés Manuel López Obrador exhibió hace unos días la condonación de impuestos de la que se beneficiaron algunas instituciones bancarias durante los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón.

“A Banamex le condonaron con Enrique Peña Nieto 10 mil 824 millones y con Calderón cinco mil 24 millones de pesos. No hay ningún municipio en el país que tenga ese presupuesto. Inbursa, 931 millones con Calderón, pero con Peña seis mil 403 millones de pesos, en total siete mil 344. Bancomer, cinco millones con Felipe Calderón, pero con Peña cinco mil 274, en total, cinco mil 279 millones de pesos”, aseguró el mandatario durante la conferencia matutina.

Citibanamex no estuvo exento de escándalos; el acto más significativo, y que retrata los malos manejos, los actos fraudulentos, el tráfico de influencias, además de la colusión de funcionarios públicos de alto nivel con empresarios, lo dio el caso de Oceanografía, que causó pérdidas significativas al patrimonio de Pemex.

La empresa de Armando Yáñez Osuna se volvió la contratista consentida de Pemex, tanto en transporte marítimo, como en limpieza y saneamiento de derrames, perforaciones en aguas someras y cuanta oportunidad hubiera durante los 12 años de gobiernos panistas en el poder, lo que provocó que Oceanografía experimentara una colosal expansión, además contaba también con el apoyo de sus socios, como el sobrino de Francisco Gil Díaz, Martín Díaz Álvarez, que volvió a la empresa el primer cliente de Banamex, y con los Rodríguez Borgio, dueños de Caja Libertad y de la tercera red en importancia de franquicias de gasolineras de Pemex.

Lo que desató el escándalo de Oceanografía 2014, fue el fraude de Armando Yáñez Osuna a Banamex- Citigroup, cuando esta empresa petrolera consiguió un crédito por más de 400 millones de dólares del banco estadounidense con facturas apócrifas de Pemex, lo que causó una pérdida millonaria a la institución financiera.

El fraude de Oceanografía a Citibanamex, le costó la chamba en la institución financiera al primo de Margarita Zavala quien también estuvo implicado en el Fobaproa: el Sr. Javier Arrigunaga. quien ostentaba un alto cargo en el grupo.

La venta de una parte de Citibanamex puede convertirse en una buena noticia si es que la compra inversionistas mexicanos y rescaten para el país el nombre del Banco Nacional de México, pero si lo adquiere un banco extranjero que ya participa en el mercado nacional como podría ser Santander o HSBC, brincarían a ser el banco número uno en México y la concentración del mercado estaría en manos de inversionistas foráneos.

Los inversionistas que adquieran la parte de Citigroup que se está vendiendo tendrían que pagar millones de dólares de impuestos.