Recientemente, algunas personas me han preguntado ¿quién fue el maestro Rafael Ramírez? Para responder a esta pregunta consulté varias fuentes y me di cuenta que una de ellas registra datos interesantes y pocos conocidos de su vida.

Lo que sigue son fragmentos de un texto escrito por el dr. Santos Hernández Medina, quien ha redactado una de las biografías más completas y documentadas sobre la vida y obra del maestro Rafael Ramírez Castañeda (1).

El maestro Rafael Ramírez Castañeda nace en “Las Vigas”, una pequeña población del estado de Veracruz, que se localiza entre las ciudades de Xalapa y Perote. “Situada entre las montañas de la sierra a una altitud de 2481 metros sobre el nivel del mar, donde el frío y la humedad dan al poblado un carácter melancólico y silencioso.”

Ahí, en las Vigas, “el 30 de diciembre de 1884 nació un niño a quien bautizaron como José Silvestre Rafael de Jesús. En el registro civil fue inscrito solamente con el nombre de Rafael.”

Ramírez Castañeda cursó en la escuela primaria de su pueblo los cuatro grados que se ofrecían. Como don Francisco Javier, su padre, ya había muerto, doña Pascualita, su madre, atendiendo las recomendaciones de uno de los maestros de Rafael, dio su consentimiento para que el niño continuara estudiando en Xalapa, Veracruz, para cursar la carrera de profesor.

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“Al egresar de la escuela normal de Xalapa en 1906, Rafael Ramírez tuvo contacto con el medio rural en la escuela de una hacienda de Tuxpan, Veracruz, y trabajó en algunas zonas rurales del estado. Después se trasladó a Durango y a fines de 1909 llegó a México, Distrito Federal, donde fundó un plantel que denominó Escuela Nueva.” Al año siguiente a don Rafael le tocó vivir, como maestro rural, el inicio del movimiento revolucionario en México.”

Nos dice Hernández Medina: “Posteriormente en el Distrito Federal dedicó algunos años a la educación industrial, en la escuela Vasco de Quiroga. Estableció la educación técnica ‘aprendiendo haciendo’, convencido de que la mejor educación es la que resuelve las necesidades vitales a través de la práctica. Su primera obra, fue un estudio comparativo que realizó de este tipo de educación técnica entre varios países europeos y Estados Unidos.”

En 1922 es profesor de Metodología en la Escuela Normal Nocturna, y al año siguiente, jefe de sección del Departamento escolar e inspector general de enseñanza del mismo departamento de la Secretaría de Educación. En 1923 se le nombró miembro de la primera misión cultural destinada a Zacualtipan, Hidalgo. Su participación en esta importante actividad fue determinante para definir su interés por la problemática que se vivía en las comunidades rurales, que llegó a convertirse en pasión, por la educación rural. A fines de 1925, en unión con otros maestros, fue enviado a Estados Unidos a estudiar el sistema de segunda enseñanza de aquel país y, a su regreso, participó en las tareas de organización de ese sistema.

Hizo una breve incursión como docente en la educación secundaria, preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras.

Como director de Misiones Culturales desde el primero de enero de 1927, estableció un programa general de trabajo, logrando el mejoramiento colectivo en todos los aspectos de la vida rural.

Para ello, en lo económico-social, promovió que se entregara la tierra a los campesinos y se modernizaran las técnicas agropecuarias, se impulsaran las pequeñas industrias locales y se introdujeran otras nuevas.

En el aspecto social le dio gran importancia al concepto de propiedad y trabajo colectivos, a la dotación de ejidos y restitución de tierras comunales, con el fin de fortalecer los sentimientos de solidaridad, unidad y armonía en las relaciones sociales en torno al ejido.

En el ámbito educativo, además de los contenidos estipulados para el nivel primario y de alfabetización de adultos, Rafael Ramírez fomentó y enriqueció la vida espiritual de los campesinos con tareas recreativas, como el deporte, las actividades artísticas y culturales, la danza, canciones populares y representaciones teatrales.

En 1928, a su regreso de Estados Unidos, el que realizó con el propósito de observar la educación rural, se le nombró jefe del Departamento de Escuelas Rurales, primarias foráneas e incorporación cultural indígena.

Desde esa fecha hasta 1934 dirigió la educación rural y nutrió a los maestros rurales con orientaciones teórico-didácticas por medio de artículos que escribía en las publicaciones periódicas especializadas de la época, y con una vasta producción bibliográfica; o bien por medio de sus visitas a los lugares a un más apartados del país, con sus conferencias y su correspondencia para ayudar a los maestros a sistematizar sus experiencias.

A fines de 1934 dejó la Dirección de las Escuelas Rurales y fue nombrado asesor del Departamento de Enseñanza Agrícola y Normal Rural. Fue profesor de la escuela Nacional de Maestros. Participó en los cursos orales del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio y Director del Centro de Perfeccionamiento para Profesores de Enseñanza Secundaria, antecesor de la Escuela Normal Superior de la que Ramírez fue catedrático y director.

Hechos poco conocidos: “Acostumbró ceder a la Secretaría de Educación Pública las regalías que una casa editora le pagaba por sus libros de lectura para cuarto grado de educación primaria llamados ‘El sembrador’, con tiradas de varios cientos de miles de ejemplares”.

Como casi todos los aspectos fundamentales de la vida nacional, con el régimen del presidente Manuel Ávila Camacho (1940), se modificó el enfoque de la política educativa lo que propició que algunos funcionarios, buscando quedar mejor con la nueva política, persiguieran a quienes como Ramírez Castañeda habían simpatizado con los planteamientos del régimen anterior (de Lázaro Cárdenas).

En 1942, la Secretaría de Hacienda por petición de la Secretaría de Educación Pública, fincó responsabilidades a Ramírez por concepto de algunos muebles que habían estado bajo su resguardo durante su gestión como jefe del departamento de Escuelas Rurales. Dicha responsabilidad tenía un monto de mil seiscientos treinta pesos con ochenta centavos, mismos que se le obligó a pagar con descuentos quincenales de setenta y dos pesos de un sueldo de cuatrocientos pesos mensuales. (2)

Cuatro años después, en 1946, tras más de treinta años de servicio continuo a la Educación del país, se jubiló. A partir de entonces cambió el hábito de su acción en beneficio de la escuela rural mexicana. Habló a favor de ella al ocupar diversas tribunas en congresos, reuniones de trabajo y asambleas. Empleó su pluma para defenderla en las páginas de periódicos y revistas más reconocidas de su época.

“Su experiencia y su capacidad reflexiva lo llevaron en la última etapa de su vida a adoptar posiciones muy críticas respecto a diversas políticas educativas gubernamentales. Estas actitudes críticas lo acercaron a muchas corrientes ideológicas y políticas de izquierda y las concretó con su militancia en esa época en el consejo Mundial de la Paz.”

“En su obra escrita pueden observarse tres etapas: antes de 1921, cuando trabajaba en la Escuela Industrial “José María Chávez” dedicó sus reflexiones a la educación industrial. Durante los años veinte y treinta se dedicó con toda su plenitud a la educación rural y a esta época corresponde el mayor volumen de su producción escrita, y durante la última época de su vida, ya jubilado, sus escritos, reflexiones, conferencias, asesoría y artículos publicados en revistas especializadas, están destinados a hacer un recuento de la labor desarrollada por la escuela rural en su llamada época de oro.”

Don Rafael Ramírez Castañeda muere en su casa de Coyoacán en la Ciudad de México, el 29 de mayo de 1959.

“En honor a tan ilustre personaje, el Gobierno de Veracruz en el año de 1968, siendo gobernador el lic. Fernando López Arias, cambia el nombre de Las Vigas por el de Rafael Ramírez Castañeda.”

De la mano de Hernández Medina, espero haber contestado a la pregunta que me hicieron unos días antes. Ojalá que el legado, la visión y la tradición social de la escuela rural, que nos dejó don Rafael Ramírez, nunca se olviden.

Fuente consultada y nota:

(1) Santos Hernández Medina. Evolución del pensamiento y la obra de Rafael Ramírez Castañeda. S/f. EspacioLatino.com

(2) Esto me recordó, toda proporción guardada, un tratamiento similar del cual fui víctima, en 2015, después de haber laborado como jefe del Departamento de Capacitación, durante doce años, en la Unidad de Servicios para la Educación Básica en el Estado de Querétaro (USEBEQ). El gobierno panista entrante, de Pancho Domínguez, me quiso fincar responsabilidades sobre algunos bienes muebles a mi salida de la institución, hechos que a la postre se demostraron como imputaciones falsas, producto de “venganzas políticas”. Tres años después, dada la inexistencia de pruebas, quedé “absuelto” por el Órgano Interno de Control.