Elizabeth Vilchis ha recibido sistemáticamente -como la mayoría de las mujeres comunicadoras- un oleaje de ofensas e insultos cada que su sección “Quien es quien de las mentiras” pone incómodos a medios o internautas. Particularmente este miércoles después de que el Presidente López Obrador hiciera lectura de un tuit escrito por Felipe Calderón en el que se mencionara que ella no sabía leer.

La mañanera de este miércoles, Elizabeth García Vilchis fue tristemente violentada por haber tenido un error de lengua al momento de leer. El primero en violentarla fue el ex-presidente Felipe Calderón al lanzar tuits cuestionando su capacidad para leer y su cargo. El segundo en violentarla fue su jefe directo, Jesús Ramírez Cuevas, al incitar aquella expresión de odio introduciendo el tuit para ser leído por el presidente; igualmente, López Obrador no tuvo la mesura de emitir una defensa sin el reproche que colocó a Liz Vilchis como Trending Topic por más de 10 horas y finalmente, los internautas, particularmente de Twitter, que llenaron el TimeLine de insultos, ofensas, humillaciones y memes contra Vilchis. El mensaje era para la gente: en caso de que pensaran lo mismo que el tuit de Calderón de que ella no sabía leer, por lo menos ella no es mentirosa.

La provocación fue burda y no ha sido un acierto de López Obrador caer en ella. De la clase política que representa el calderonismo podemos esperar todo tipo de humillaciones contra las mujeres porque esa es su naturaleza, lo han hecho contra otras mujeres del propio Acción Nacional. Pero aunque el presidente cayó en la provocación para decir que Calderón es un mentiroso, el daño contra Vilchis no es menor.

Lo que le faltó decir al presidente es que suponiendo y sin conceder que no supiera leer, al menos ella no es mentirosa. Aún así, sin ser su intención, concedió y prácticamente, coincidió en la crítica. No es que Vilchis sepa o no leer, es que sistemáticamente ha sido utilizada para recoger todo el odio que emana de las redes y los medios contra la Cuarta Transformación. Es claro que el video fue sacado de contexto con dolo. La violencia más grave ha sido la de los internautas que replicaron el video con mensajes que cuestionan su capacidad para el cargo, su inteligencia, su forma de expresarse y un sinfín de ofensas sexistas.

Estoy segura de que Elizabeth Vilchis fuese hombre, el presidente no le habría dicho “Señorita”, le habría llamado por su nombre o por su cargo.

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Estoy segura, también, de que si Vilchis usara pantalón y saco, el error de lectura no le habría costado más que un par de segundos incómodos. No sería noticia nacional.

Es noticia nacional no solo porque el presidente lo mencionó. Lo es porque ni el más mínimo error a una mujer en una palestra pública de aquel nivel se puede perdonar por un México violento.

El error no fue ni del presidente ni de Liz Vilchis

Aún así, no creo que el error sea de Elizabeth Vilchis por haber leído como leyó. Tampoco es el presidente, es el productor de las mañaneras. No es la primera vez que en las diapositivas le presentan a López Obrador tremendos tuits falsos, ofensivos e innecesarios para ser leídos en un ejercicio que lejos de desacreditar a los emisores, genera una terrible persecución y exhibición de las personas que son mencionadas en aquellos tuits. Lo vivimos hace unos meses con Beatriz Gutierrez Müller. Lo hemos vivido también con sus propios hijos y es hora de que ese productor y jefe de Vilchis cambie su forma de comunicar. Lejos de cumplir con su misión, daña más a quienes, paradójicamente, sirven a la 4T.

Elizabeth García Vilchis no es una “señorita” con una sección, es una servidora pública que se desempeña como directora de Redes de la Coordinación General de Comunicación Social y Vocería de Presidencia. La exhibición pública de sus errores es violencia mediática y violencia simbólica. Si es que el presidente no coincide con la opinión de Felipe Calderón, le toca cuidar a su equipo, no evidenciarlo. Y si es que coincide, definitivamente la cadena nacional no es lugar para resolverlo.

El problema de la sección

De entrada, la sección de “FakeNews” es un espacio cuestionable que lejos de aclarar noticias falsas -que las hay- se ha enfocado en ser la herramienta de exhibición y persecución desde Palacio Nacional contra periódicos, revistas e influencias.

La lógica de las mañaneras tiene algo de valor en un ejercicio de comunicación social necesario para las personas que prefieren enterarse de programas y avances directamente de la voz presidencial. Tiene más rating que muchos programas televisados. Sin embargo, una sección que en teoría, garantizará el derecho a la información, pero que en la realidad, ataca y contrapone a los medios que analizan al presidente, no tiene lugar en un régimen democrático.

Esa misión conferida por Ramírez Cuevas en gran medida, son parte de las condiciones hostiles contra Vilchis. Ella recaba el coraje y odio igual de opositores que de comunicadores. Me pregunto, seriamente, hasta dónde permitirá García Vilchis esto.

El termómetro de violencia contra las mujeres en cada ejercicio del Presidente

Nada en los actos del presidente ni en las mañaneras es casualidad. A pesar de que parezca un error lo que sucedió durante la mañanera de hoy, desde hace varios meses se insertan varios “ganchos” donde las mujeres de la 4T son protagonistas de humillaciones y ofensas que posteriormente, son exhibidas con el mero interés de observación. En aquellas reacciones hay más de lo superficialmente puede verse. No se trata sobre violencia de género - que la hay - .

Se trata sobre la reacción del pueblo cuando se ofende a una mujer política o pública. El presidente sigue midiendo si es que una mujer al poder tendrá el poder de cohesión y de blindaje que él tiene pues, a todo esto: Nunca un error verbal del presidente ha sido motivo de tanto odio por parte de sus pares. A Vilchis entonces, que la defiendan sus pares.

Frida Gómez en Twitter: @FridaFerminita