La vida no es un partido de fútbol, y aunque cuesta trabajo entenderlo, no se trata de defender a capa y espada a un equipo. A mí me gusta pensar que la vida es más parecida a una puesta en escena, pero sin guiones.

En ella los actores representan un papel, y dependiendo de su posición y momentum (fuerza que mantiene el progreso en un proyecto, una situación o una tendencia) lo harán de una manera u otra, pero somos personas con muchas dimensiones; no se puede reducir a que alguien es totalmente bueno o malo; parafraseando al filósofo español José Ortega y Gasset: “yo soy yo, y mi circunstancia”.

Dicho lo anterior, quiero mencionar que una realidad que vivimos dentro del mundo aeronáutico de nuestro país, es que no podemos salir del rezago. Me sigue asombrando que la última reforma a la Ley Federal del Trabajo, en torno al capítulo de tripulaciones, data de 1970, siendo entonces presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz.

Las reglas con las que siguen trabajando los tripulantes en la actualidad son las mismas que se establecieron hace 55 años, algo literalmente “increíble”.

Es cierto que el único gremio que ha levantado la voz sobre ese particular ha sido la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), pero no solo eso, sino que además han dejado constancia de sus esfuerzos por actualizar las condiciones laborales plasmadas dentro de la Ley Federal del Trabajo.

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Por eso inicié diciendo que la vida no es un partido de fútbol, así como puedo no estar de acuerdo con ciertas posturas de ASPA, es de reconocerse que ellos llevan años trabajando para que se puedan actualizar las condiciones legales, que no solamente los benefician a ellos, sino a todos los trabajadores que se rigen del capítulo a tripulaciones.

En el mes de abril de hace casi dos años, se presentó una propuesta de modificación legal, una reforma con perspectiva de género, porque aunque ustedes no lo crean, en la Ley Federal de Trabajo no existen las capitanas. Aprovecho para citar un ejemplo puntual plasmado en la iniciativa, que hoy por hoy sigue durmiendo el sueño de los justos en la Cámara de Diputados.

La primera modificación que se solicitó es en el artículo 218, que a la letra dice:

“Deberán considerarse miembros de las tripulaciones aeronáuticas, de acuerdo con las disposiciones legales y técnicas correspondientes:

I. El piloto al mando de la aeronave (Comandante o Capitán);

II. Los oficiales que desarrollen labores análogas;

III. El navegante; y

IV. Los sobrecargos.”

Y proponen que diga lo siguiente:

“Deberán considerarse miembros de las tripulaciones aeronáuticas, de acuerdo con las disposiciones legales y técnicas correspondientes:

I. La o el piloto al mando de la aeronave (Comandante o Capitán);

II. Las o los oficiales que desarrollen labores análogas;

III. La o el navegante; y

IV. Las y los sobrecargos.”

Y este es solo un ejemplo, porque hay mucho más; hoy en la antesala de la aprobación de las 40 horas, el gremio aeronáutico requiere modernizarse y actualizarse a las demandas que la aviación requiere y necesita, salvaguardando los derechos laborales.

No se puede tapar el sol con un dedo, para tener una aviación eficiente, se requiere que no se siga pateando esta reforma, urgente para la vida laboral de miles de trabajadores aeronáuticos.

Ahora que el nuevo secretario general asuma el cargo en la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación, sería prudente que se echara un clavado en este tema, y apoye el trabajo que ha realizado previamente ASPA.

Conozco perfectamente cómo se logran hacer los cambios, y estos no llegan solamente presentando una solicitud, y esperando a que un rayo iluminador espabile a los diputados.

Hay que estar de manera constante haciendo lobby (cabildeo) con los diputados, y si avanza la propuesta, en la Cámara de Senadores; es un trabajo arduo y de mucha labia, convencer a los distintos partidos de unirse, pues no es tarea fácil, pero menos lo es, si solamente es un grupo de trabajadores quien hace la chamba.

Los sobrecargos, y me apena decirlo, jamás se han interesado por abordar este tema que debería ser preponderante, por estar inmersos en sus dinámicas de pleitos vacuos y sin sustancia alguna. Deben estar convencidos de que estamos hablando de condiciones laborales, que repercuten en su salud.

Porque esa es otra arista: la forma de operar una línea aérea es muy distinta a como se hacía hace 55 años; los descansos, recesos por ejemplo, son insuficientes si comparamos que hace 55 años nadie volaba las 90 horas al mes, y mucho menos nadie trabajaba las 180 horas.

Eso ha quedado en el pasado y la constante es que los tripulantes vuelan las 90 horas o más, y trabajan muchas veces pasando las 180 horas que están estipuladas en la ley, generando con ello un desgaste físico y mental. Eso sin contar con la afectación que sufren de sus ciclos circadianos por la forma en como se programan los vuelos.

Eso sí, increíblemente México tiene mejores condiciones que los norteamericanos; por lo menos en el caso de los sobrecargos, somos un país de vanguardia al establecer dos horas distintas de pago: la hora de vuelo y de servicio. ¿Sabían que actualmente una de las grandes quejas de los tripulantes del país del tío Sam es que solamente les pagan las horas de vuelo?

Esto es, no les pagan el tiempo que están durante el abordaje de una aeronave, ni el desembarco. Aunque estén trabajando, ese tiempo es “gratis” y a ellos solamente les pagan las horas que vuelan, así que, si un vuelo se demora, y pasan de tres a cuatro horas en el aeropuerto, todo ese tiempo gratis para la aerolínea, ¡maravillas del capitalismo!

En cambio, algo que tenemos que reconocer es que en nuestro país sí se paga ese tiempo a los tripulantes; no al mismo precio que la hora de vuelo, porque esa es más “cara”, pero el trabajador sí recibe un salario y prestaciones. Pero no nos podemos quedar ahí; es urgente una modificación al capítulo a tripulaciones, porque -por ejemplo- no viene contemplada la maternidad para las compañeras que son pilotos.

Es verdaderamente necesario que no solamente la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) se sume e impulse esta iniciativa congelada en el Poder Legislativo.

El ideal es que otros sindicatos también se sumen y apoyen este trabajo iniciado por ASPA y su Secretaría de Género e Igualdad Sustantiva, hoy a cargo de la capitana Yessica Camuñas, sumado al magnífico trabajo que el Colegio de Pilotos Aviadores de México está haciendo en torno al tema del transporte de la leche materna.

Desde este espacio los felicito por no dejar de poner el dedo en el renglón y haber estado presentes en la Comisión de Comunicaciones y Transportes de la Cámara de Diputados, durante la votación del dictamen de la leche materna de las tripulantes, lo que les permitirá seguir con la lactancia, un pequeño paso dentro de los derechos a las mujeres a maternar y a amamantar.