El domingo pasado, que velozmente corrió la noticia de lo que pasó, toda la sociedad nos dimos cuenta del trágico accidente que sucedió con un vagón de pasajeros del Tren Interoceánico. Es, por cualquier ángulo que queramos verlo, una desgracia porque se han perdido vidas humanas. Cuando pasan este tipo de situaciones o tragedias, a propósito de ello, rápidamente surgen muchas versiones y especulaciones de lo que pudo llegar a provocar el incidente. Desde luego que eso, más pronto que tarde, tendrá que ser aclarado por la autoridad correspondiente, sobre todo para los familiares de las víctimas que viajaban. Antes de que eso suceda, como hemos visto, se tendrán que llevar a cabo muchos estudios periciales para encontrar la falla o el detonante que pudo ocasionar. A partir de ahí, queda claro, saldrá una lectura que nos haga entender esa cadena de acontecimientos.

Mientras eso suceda, no podemos sumarnos a la espiral de acusaciones que lanza la oposición que ha desplegado una campaña en alusión a la negligencia. Ellos, mezquinamente, acusan al gobierno de Claudia de lo que pasó. Nuevamente, podemos decirlo así, son tentados por los acontecimientos y, por desgracia, buscan sacarle todo el provecho posible a una situación que, no hay que descartar, pudo ser un sabotaje o un exceso de velocidad. Pero no lo sé. Los oportunistas dirán que, en sí, se trató de la mala planeación, llevando el suceso a otras latitudes ruines y perversas. Como dijimos, se tendrá que llegar al fondo en una investigación más que obligada. Si hay algún responsable, en definitiva, no tengamos la menor duda de que la presidenta lo mencionará con total claridad. Hacerlo es una determinación sensata y habla de los principios de la honestidad que siempre deben salir a flote.

Más allá de la desgracia y de la gravedad de la situación, lo que no deja de sorprendernos es la visceral actuación de los actores más visibles de la oposición, lo mismo que algunos comunicadores que muestra toda su mezquindad en la forma en como anuncian la noticia. Pese a que no existe una conclusión oficial, quieren hacernos creer que todo es culpa del gobierno de Claudia. Lo repiten una y otra vez en las redes sociales con una lingüística que podemos calificar como ruin. Es ahí donde la derecha quiere que se centre el tema de la discusión. No respetan ni siquiera el luto de las personas que han perdido un familiar. Basta con ver la forma cuando buscan exteriorizar algunas situación. De hecho, el PRIAN no puede afirmar nada sin antes seguir los protocolos.

Por eso es ruin y perverso la desinformación y las conclusiones sin sentido que divulgan algunos actores de la oposición. Es, además de una falta de sensibilidad, una irresponsabilidad salir a escena y señalar a alguien sin pruebas periciales. Como sabemos, el único interés de la oposición, que no es precisamente lo que sucedió, sino la raja política que le sacarán, nos da una perspectiva muy clara que es sembrar la intriga y la zozobra de parte del PRIAN. Siendo así, aplaudo la transparencia con la que se ha manejado la presidenta para que toda esta situación se aclare hasta el más mínimo detalle de lo que aconteció. De momento, hay que decirlo así, reconocemos que la jefa de Estado ha sacado el temple para dar la cara y, de paso, asegurarse de que cada familia sea atendida por la situación que esté atravesando con la mayor de las empatías. Bajo esa premisa, en efecto, lo hizo desde el primer minuto de que ella se enteró. Rápidamente, y cumpliendo con el objetivo de salvaguardar la integridad de quienes resultaron heridos, se comunicó con Zoé Robledo, director general del IMSS para proporcionar toda la atención de especialistas, lo mismo que el suministro de medicamentos si fuese necesario.

Y cuando hay instituciones organizadas y bien coordinadas como el IMSS, queda claro, se vuelve de vital importancia el aporte que ponen en práctica con ese compromiso de servir. Desde luego que las tareas son complejas; sin embargo, el personal de esa institución de salud nos ha demostrado que está capacitado para atender situaciones de esa envergadura. Lo más sustancial, más allá de eso, es el humanismo con el que se actúa. Eso es lo que realmente queremos de una autoridad. Hablamos de su empatía, entrega y amor, que no se quedan en el discurso como en los gobiernos neoliberales que simulaban el apoyo. De ese modo, la oposición no deja de sorprendernos. Cada vez actúa con más rabia e irritación, pese a las desgracias. No son ni siquiera congruentes. De hecho, no he visto una muestra de solidaridad honesta y franca del PRIAN.

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Ya dijimos que no es de extrañarnos esa actitud. De un tiempo para acá vienen actuando con esa mezquindad en la que aparentemente se solidarizan con las tragedias, pero, en el fondo, buscan sacarle todo el provecho posible haciendo de la situación una perspectiva de lucro. En contraparte, debemos decir que este es un momento de solidaridad, de empatía, de humanismo. Llegará el momento en que alguien tenga que asumir la responsabilidad; la misma Claudia, en varias ocasiones, ha dicho que no se encubre a nadie porque el compromiso es con la gente. Por eso tomamos partida con la verdad a la que se concluirá. Eso es posible, de plano, con una investigación y peritaje a detalle. Mientras eso pase, hay que decir gracias a todos aquellos que, de corazón, salieron a mostrar un mensaje franco y honesto. Con esas muestras de respaldo, lo hemos dicho, los gobernadores y gobernadoras del país, básicamente de la cuarta transformación, se han convertido en personajes cruciales para expresar su solidaridad y apoyo con la mandataria.

Rápidamente, del transcurso del domingo en la tarde, comenzamos mirando mensajes de apoyo y solidaridad de Mara Lezama, Ricardo Gallardo, Julio Menchaca, Clara Brugada, Lorena Cuéllar, Delfina Gómez, Alejandro Armenta, Rubén Rocha, Marina del Pilar, Margarita González Saravia, Joaquín Díaz Mena, Américo Villarreal, Alfonso Durazo, Eduardo Ramírez Aguilar, Indira Vizcaíno, Alfredo Ramírez Bedolla, Miguel Ángel Navarro, Layda Sansores, Evelyn Salgado, David Monreal, Víctor Castro, Rocío Nahle y Javier May. Esos signos de humanismo, desde luego, fueron también para su compañero, Salomón Jara, por lo ocurrido en Oaxaca. De esas voces visibles, por su relevancia, podemos nombrar a Ricardo Monreal y Adán Augusto López Hernández, que se sumaron a estas causas empáticas.

Y si de solidaridad y empatía hablamos, ayer Claudia visitó Oaxaca, principalmente a las familias que padecieron este incidente tan lamentable. Habrá todo respaldo para ellos; no están solos.