Les escribo desde Madrid. Es mi primer viaje fuera del continente americano. A mis casi cincuenta años es verdaderamente un milagro estar aquí. Desde que entré al avión de la aerolínea Iberia sentí una especie de vergüenza. Pero no por lo que el presidente ha dicho con respecto a su doloroso y no procesado resentimiento hacia España, no… Yo no me siento conquistada por ellos.
Lo que me avergüenza justamente es que el presidente Obrador desde el día uno de su mandato ha mostrado sentir resentimiento contra España.
La verdad de las cosas es que, como en todos lados, encontré en la aerolínea gente amable y gente que no es amable.
Pero me puse a reflexionar acerca de qué pensaran de nosotros simplemente los de la aerolínea, que son españoles, subiendo a su avión a mexicanos.
¿Quizá pensarán que todos pensamos como el Presidente? ¿De verdad creerán que nos siguen conquistando?
No sé, pero me sentí algo confundida. Trataba de identificar porqué el presidente tiene tanto rencor hacia los españoles. Supongo, que viene de un tema paterno, algún dolor no elaborado, algo que le sigue doliendo al presidente, tanto, que hasta le ha solicitado a España que nos pida perdón.
¡Ah caray! No me imaginaba yo en el avión diciéndole al sobrecargo que me pidiera perdón.
Pero ciertamente nos tocó uno que nos regañó por llevar una maleta en el equipaje que estaba un poco más grande. “¡No deberían de haber subido esta maleta acá!”, nos dijo en tono molesto.
Y pues sí, me dio pena. Ya mero le empezaba a contar que era mi primer vuelo trasatlántico y que me acababan de dar un diagnóstico médico que era muy grave, para luego decirme que había habido una confusión y que para mí era muy emocionante viajar a Europa y todas estas cosas le quería contar al sobrecargo en lo que me regañaba. Pero pensé que no era justo deprimirlo de esa manera.
Tampoco fue muy amable el trato en migración. Con un muy mal modo me revisaron el pasaporte para sellarlo. (Mi primer sello y así de malas me lo pusieron.) Pero si de groserías hablamos la chica mexicana que estaba en el filtro en la sala de abordar no fue amable tampoco. Así que no me tomo nada personal. Supongo que esos oficios ponen de malas a la gente que se hace cargo de ver cómo viajan los demás.
Llevo dos días en Madrid y lo que he visto es belleza y más belleza. La verdad me recuerda mucho a mi CDMX. Sus calles y avenidas son parecidas a las de la capital de mi país pero, acá todo es limpieza y respeto.
Desde que se entra al Metro, en perfectas condiciones, sin un solo rayón en la pared; absolutamente limpio. Pero además en las escaleras las personas se colocan del lado izquierdo, para quien quiera ir corriendo por ellas pueda hacerlo libremente. Nadie empuja a nadie. Nadie agrede a nadie. Y en todos mis viajes encontré asientos... y limpieza.
Me dio tristeza pensar en el porqué no podemos tener algo así. Es decir, que el presidente mexicano critica a este país y ¡tiene tanto por imitarle!
Madrid es una belleza y se está llenando de jóvenes mexicanos que al no encontrar esperanza ya en su país están decidiendo salirse de México y se han querido venir a vivir aquí. Es que como padre de familia yo me sentiría súper tranquila de que mis hijos vivieran acá. Porque además de todo hay seguridad en esta capital. Obviamente hay asaltos a transeúntes, son famosos los casos de carteristas pero de eso al horror que hay en México en temas de seguridad hay un mundo literal de diferencia.
Y pues estando yo en Madrid, qué pena con los españoles al leer hoy que los de Morena le quieren quitar el nombre oficial al Zócalo de la capital mexicana por la razón de que se su nombre original: Plaza de la Constitución, que es de origen español. Y que según dicen los amigos morenistas, ese nombre se dio en homenaje a la Constitución de Cáliz y que debería de ser un nombre que tuviera que ver con la Constitución Federal de 1824 cuando México era ya una nación independiente.
Según los morenistas, el Zócalo cuenta con su nombre real que es Plaza de la Constitución, lo que significa que es Plaza de la Constitución Política de la Monarquía Española.
Total que la culpa de que el Zócalo sea el Zócalo es de los españoles.
Y pues imaginen mi vergüenza al leer esta nota estando acá, hasta pena me da salir a la calle.
Al final de cuentas los españoles no son tan diferentes a nosotros los mexicanos y viceversa, nada nos separa más que políticos que tienen resentimientos por sus orígenes, por un árbol genealógico lastimado y ofendido.
Estar como extranjera en España, viniendo de un país desde donde el presidente dice que los españoles nos conquistaron cual así fue pero él intenta trasladar la emoción de saqueó y de esclavitud a la actualidad con ningún fin más que seguir dividiéndonos.
Pido disculpas a este país que me ha abierto las puertas de su casa por los dichos de mi presidente.
Pido disculpas a los españoles que aunque probablemente haya uno que otro que aún se sienta conquistador, me avergüenza tener a un presidente que viva del pasado y los ataque constantemente.
Mucho que aprenderles deberíamos.
Bello Madrid.
¡Qué viva México!
¡Qué viva España!