Ricardo Monreal es un individuo que no necesita presentación. Ha sido desde siempre un alfil imprescindible del obradorismo. Lo fue en campaña, durante el gobierno de AMLO en la cámara de Senadores y lo es hoy en tanto que jefe de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados.
Al igual que Adán Augusto López, AMLO y tanto otros, Monreal es expriista; de aquel PRI de antaño que hoy ve resucitar las prácticas más añejas, rancias y desfasadas abiertamente abrazadas por el partido oficial.
Las controversias lo han tocado. Es bien conocida su oposición a ciertos elementos de la reforma sobre nepotismo enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum hace unos meses. Sus razones no merecen mayor explicación. La familia Monreal son hoy en Zacatecas lo que los Del Mazo o Hank fueron en el Estado de México; clanes intocables que se disputan el poder como si fuesen en los hechos amos y señores del Estado.
Sin embargo, Monreal no es solo un político, sino que es también profesor de derecho constitucional en la Facultad de Derecho de la UNAM.
¿Qué les enseñará Monreal a sus estudiantes cuando se aborde el contenido y espíritu del artículo 49 de la Carta Magna, que se refiere a cómo el Estado mexicano se integra por tres poderes? ¿Cómo explicará el profesor Monreal, desde el prestigio que conlleva ser catedrático de la Universidad Nacional, la independencia del Poder Judicial? ¿Tendrá el diputado el coraje para explicar cómo los jueces y magistrados deben ceñirse a la letra constitucional y servir como contrapeso frente a los posibles actos de inconstitucionalidad cometidos por el Ejecutivo y el Legislativo?
¿Les explicará Monreal a sus alumnos que la independencia del Poder Judicial ha sido aniquilada por un movimiento ideológico que ha desmantelado el orden jurídico? ¿Cómo podría hacerlo el mismo personaje que fue clave en el momento de su legislación en la Cámara de Diputados? Resultaría interesantísimo escuchar al profesor; ciertamente no por el valor académico de su clase, sino por las piruetas obligadas a las que debe recurrir el catedrático.
No debe olvidarse, en este contexto, aquel vergonzoso 3 de septiembre de 2024 cuando Monreal, al lado de sus comparsas morenistas, sesionaron en el Deportivo Magdalena Mixhuca contraviniendo todo proceso parlamentario. Según se informó la mañana siguiente, ni siquiera hubo controles de asistencia ni verificación de la identidad de los diputados, por lo que cualquier persona que se hubiese hecho pasar por legislador habría tenido acceso al “recinto parlamentario”. En un país de leyes, los resultados de esa sesión habrían quedado invalidados por el Poder Judicial.
El legislador que encabezó ese pavoroso suceso es hoy profesor de derecho constitucional. Así las cosas en el México de la 4T.