Como hemos dicho en reiteradas ocasiones: el proceso de transformación que encabeza la presidenta de México, a grandes rasgos, constituye un andamiaje integral no solamente para aterrizar acciones de beneficio de la población civil, sino también para generar mecanismos de apoyo en rubros sustanciales como ciencia, deporte e innovación. Eso, contrariamente a lo que pasaba en los gobiernos neoliberales, ha tenido un despegue que alienta y motiva, pero que, de igual manera, incentiva en acompañamiento bajo el financiamiento. Desde que llegó Claudia Sheinbaum a Palacio Nacional, por cierto, se mostró muy abierta para abrir y consolidar un trabajo que el mismo Andrés Manuel le dio toda la importancia que merecía.

Entonces ese papel que ha tomado Claudia Sheinbaum, como científica y académica, son precisamente las bases de lo que ha presentado a través de distintos proyectos. El Plan México, además de incentivar la capacidad de producción por medio de los recursos naturales, tiene metas específicas para que nuestro territorio esté inmerso en la innovación. Para ello, queda claro, se emplea la utilización de esa diversidad amplia de mecanismos tecnológicos que tenemos al alcance. Aunque, como en toda actividad, hay que tener espacios para aterrizar esa elevada capacidad que tienen algunos mexicanos. Y hablando de competencia, que también es un vehículo para conseguir objetivos que nos lleven a otras latitudes globales, el gobierno de Sheinbaum se concentra en ello.

Hace poco, en efecto, constatamos el nivel de competencia que han alcanzado algunos talentos en nuestro país. Destacamos, sin lugar a dudas, el primer vehículo que tendrá movilidad a base de hidrógeno. Eso es, evidentemente, una noticia potencialmente relevante que se dio en el marco del lanzamiento de la convocatoria al Premio Innovación, que a la par de la Secretaría de Economía, hay una plena coordinación con el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI). Todo eso, aumentará el nivel de participación, y será una vitrina para ver el numeroso repertorio de componentes que las manos mexicanas elaboran. Uno de esos objetivos, quizá el más importante, es que los ganadores tendrán acompañamiento y financiamiento para explorar nuevas plataformas en las que puedan capitalizar su labor.

Todo eso que mencionamos, con objetivos específicos, viene implícito en el Premio a la Innovación que ha convocado la Secretaría de Economía, como uno de los sostenes importantes del desarrollo en México. Aplaudo este tipo de coyunturas que han venido cerrando la brecha a lo que otros gobiernos no llevaban a cabo. Antes, de hecho, todo esto estaba sujeto o, mejor dicho, se prestaba para otros fines que no permitían visibilizar el despegue que ahora vemos a todas luces con el proyecto de la Cuarta Transformación, pues la presidenta Claudia Sheinbaum, en innovación y tecnología, ha puesto principal acento para encontrar áreas de oportunidad que, a la postre, los lleven a ese objetivo de estar entre las naciones cuyos mercados son potencialmente productivos.

Entonces el Premio a la Innovación, que tendrá cabida en todas las entidades de la república para descubrir talentos, será el hilo conductor para conocer ese rol innovador que ha destacado en las manos mexicanas, especialmente porque es parte fundamental de esa planificación que nos permita llegar a las metas o estándares establecidos. De hecho, qué mejor que este tipo de instituciones como el IMPI faciliten esa visión que se adapte a las necesidades de un mundo cada vez más globalizado. Siendo así, vale la pena seguir el curso de ese marco que muy pronto hará gala para conocer el nivel y el salto que hemos dado como un país altamente competitivo.

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Y con esa competitividad de la que hablamos, ahora que el Plan México ha tomado cauce, no podemos soslayar el simple hecho de lo que constituye un conjunto de ideas como esas. El mejoramiento de muchas áreas de oportunidad, lo mismo que la movilización de recursos para capitalizar más los insumos naturales, son fruto de esos elementos que vienen contribuyendo tanto a la industria como a los mercados para incentivar la producción.

Y sí, el Plan México, por su esencia, sigue abriendo camino no solamente con miras a posicionar los productos mexicanos a otras latitudes, sino también para dar apertura ahora que se está consolidando como un mecanismo de la propia transformación que abandera este proyecto. Ayer mismo, desde la tribuna de la mañanera, la presidenta de México, acompañada del titular de la Secretaría de Economía, hizo gala de la presentación de los polos de desarrollo que, en gran medida, será un generador de fuentes laborales a través de la industria, específicamente en regiones altamente productivas en actividades como agroindustria, bienes de consumo, energía, textil y calzado, así como economía circular. Tan solo eso, en palabras de Ebrard, alcanzará una generación de 300,000 mil espacios de empleo una vez establecidas. Es, ni más ni menos, un volumen importante que, en concreto, ayudará a muchas familias a mejorar la calidad de vida.

Todo eso pasó, en efecto, desde que se desplazó al modelo neoliberal que predominaba en México. Precisamente hoy, que estamos viendo el otro lado de la moneda, somos testigos como la 4T ha priorizado uno de los grandes ejes de la economía que hoy contribuye para poner a México con una fuerte presencia mundial, eso sí, adaptadas a las necesidades de todos los sectores de la población civil a lo largo y ancho de nuestro territorio. Eso ha sido posible, lo dijimos, por la voluntad de la presidenta constitucional, Claudia Sheinbaum, y de las directrices de un Plan que ha venido a revolucionar la innovación y la tecnología.

Esos logros, evidentemente, hay que sumárselos a Claudia Sheinbaum, y la estructura que armó, específicamente en la Secretaría de Economía, que nos da una muestra de ese potencial que puede echar andar a través de estrategias de innovación, ciencia y tecnología, ante los resultados evidentes que podemos presumir.

A propósito de ello, Michoacán, que avanza a pasos agigantados, fue uno de los 14 estados que hicieron acto de presencia en Palacio Nacional con su representante del legislativo. El mismo Alfredo Ramírez Bedolla, que agradeció en sus redes el respaldo de Claudia Sheinbaum, aludió a la importancia que tendrá el Parque Bajío y el Puerto de Lázaro Cárdenas. Este último, por cierto, uno de los corredores más importantes del país para la exportación e importación de productos de otros países. Esto, que florece con el Plan México, es un síntoma del esfuerzo y la responsabilidad con la sociedad.